Capitulo 18

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Yeosang movía sus pies que quedaban colgando en la orilla de la cama. San andaba de aquí para ella por toda la habitación y bueno, por todo el departamento en realidad.

-¿Qué haces? -se animó a preguntar.

-¿Recuerdas que cuando te conocí te dije que iba a la universidad? -Yeosang asintió- Me estoy alistando para ir, las vacaciones terminaron y tengo que volver.

Algo en el interior de Yeosang pareció romperse ¿lo iba a dejar solo? No quería eso y mucho menos cuando él ya había aprendido a trasladarse con sus propias piernas, se tambaleaba un poquito, sí, pero al menos ya podía caminar sin que San lo sostuviese.

-¿Me dejarás?

San, quien tenía un par de libros en sus manos los dejó caer al escuchar al mayor sorbiendo su nariz.

-Oh no, no. Solo serán unas horas y volveré -el azabache se colocó de cuclillas en frente de Yeosang- Bebé, mírame.

Desde la vez anterior que San lo había llamado por ese apodo jamás dejó de usarlo, al rubio parecía gustarle lo que llamen así y, además, eso era Yeosang para San, su bebé.

El mayor levantó la vista que anteriormente estaba en sus pies al rostro del ojiazul- Te prometí que no te dejaría solo de nuevo, pero necesito que entiendas esto. Mis padres no pueden mandarme dinero siempre, necesito conseguir un trabajo y si quiero uno con sueldo decente, tengo que graduarme de la universidad. Te prometo que cuando vuelva te traeré muchas galletas ¿sí?

El ojigris solo asintió dándole su apoyo a San. Aún recuerda los días que llegaba a su cueva con unas ojeras enormes y lo primero que hacía era recostarse en el piso de piedra permitiendo gastar el resto de energía que le quedaba hablando con Yeosang. No quería que San se preocupase por dejarlo solo, él estaría bien.

-Sannie, te quiero mucho.
Y eso fue suficiente para hacer que el duro corazón del menor se ablande y comience a palpitar de una manera agradable.

San se puso de pie y le dio un pequeño beso a Yeosang en su frente.

-Tengo que seguir preparándome, verás que las horas se pasan rápido y cuando menos te lo esperes ya estaré aquí con muchas galletas.

El ex tritón se dejó caer de espaldas a la cama mientras que el universitario seguía moviéndose por todo el departamento, después de un rato, ingresó al baño avisándole al chico que estaba en la cama que se daría una ducha y luego se iría.

Una ducha, una simple ducha que a Yeosang le costó aprender.

Sus necesidades cambiaron drásticamente al convertirse en un humano, en su vida había escuchado la palabra baño o la palabra ducha y nunca las hubiera escuchado de no ser porque San le informó que tendría que empezar a adecuarse a la vida de los humanos. San tenía hambre alrededor de tres o cuatro veces al día, se cansaba rápido, necesitaba dormir más de ocho horas, tenía necesidades como ducharse e ir al baño. Yeosang no.

Bueno, no mientras era un tritón. San tuvo que enseñarle como usar la tina y que agradecía profundamente que tenía una ya que así, Yeosang no tendría que estar parado y fue más fácil para él aprender a asearse a diferencia de usar el retrete.

En sus nuevas extremidades, Yeosang había notado una tercera que jamás había visto en otras personas, ni siquiera en San y creyó que era alguna deformación suya pero grande fue su sorpresa al descubrir que era completamente normal tenerla, al igual que era normal las cosquillas que sentía en su parte baja que San llamaba como “ganas de hacer pis”.

Fue muy vergonzoso para San el ayudarlo a cumplir esa necesidad de vaciar su vejiga, pero ahora no podía estar más feliz de saber que el ojigris ya podía mantenerse de pie y podía ir al baño por su propia cuenta. Bien, una cosa menos que enseñarle.

𝐌𝐄𝐑𝐌𝐀𝐍- SanSang (Adaptación)Where stories live. Discover now