Epílogo II

117 11 26
                                    


8 años después

Yeosang terminaba de guardar los libros, libretas y útiles escolares de su pequeño mientras esperaba por la llegada de su esposo.

Durante estos ochos años, habían logrado comprar su propia casa, inscribir a Minjae a una escuela e inclusive se habían casado, aunque esto último fue algo complicado ya que técnicamente Yeosang nunca había existido para el gobierno, pero pudieron arreglar ese problema.

A veces, a Yeosang le gustaba ver a su pequeña familia riendo y divirtiéndose, le gustaba verlos porque sabía lo que tuvieron que pasar para estar como hasta ahora y sin duda estaba muy orgulloso y feliz.

La puerta de entrada hizo un rechinido cuando fue abierta dejando ver una grisácea cabellera.

A San le gustó tanto su cabello gris que se lo teñía cada vez que el color se iba.

Yeosang dejó la mochila de Minjae en un mueble y fue en busca de los brazos de su pareja. San lo recibió y llenó de sus besos su rostro, él siempre regresaba en las noches después de trabajar.

Un poco menos de un año después de que Choi’s wine cayera en la quiebra, San decidió pelar por la empresa al ser el hijo del difunto dueño ya que Siwon había dejado una especie de herencia por si San decidía unirse a la empresa de su padre antes de que San fuera a Inchon, aunque al principio se negó tuvo que usar el poder para darle una mejor vida a su familia.

Convirtió a esa empresa de vinos en uno de los centros turísticos más populares de Inchon y Corea ya que sus edificios estaban llenos de hermosas pinturas, estatuillas, objetos típicos de Corea, vestimentas, música, comida, entre muchas cosas, lo hizo con el propósito de no dejar su sueño de ser pintor y también para darles trabajo a sus amigos.

Todo estaba bien ahora.

-¿Y Min? -preguntó San dejando un beso en la cabellera rubia de Yeosang.

-Se cansó de esperarte, ahora está durmiendo -hizo un puchero que rápidamente cambió a una expresión de sorpresa cuando San lo cargó de los muslos y él, por inercia, enrolló sus brazos en el cuello del contrario al igual que sus piernas las enredó en la cintura del menor.

-¿Isa? -preguntó para asegurarse de que sus dos hijos estén dormidos.

A sí, Yeosang también quedó embarazado por segunda vez teniendo a su primera niña.

-Igual, se quedó dormida con su biberón.

-Entonces hay que aprovechar -dijo llevando al sorprendido Yeosang a la habitación de la gran casa.

San comenzó a besar los labios de su pareja con calma, nada apresurado pues le gustaba disfrutar de la sensación de los rojizos y gruesos labios de Yeosang siendo besados por los suyos.

Llegaron a tropezones a la recamara que era mucho más grande que el del departamento donde anteriormente vivían.

El menor recostó delicadamente el cuerpo de su esposo en el suave colchón deleitado con la imagen que tenía debajo de él. Yeosang estaba agitado y sus labios se encontraban mucho más rojos e hinchados por los precios jugueteos.

Le dio un suave beso más en sus labios para posteriormente bajar a su cuello dejando ahí, varias lamidas y leves mordidas mientras Yeosang soltaba suaves suspiros.

-Trata de no hacer mucho ruido -Yeosang solo respondió con un jadeo- eres tan hermoso, Yeosang.

-San~

El peligris desabrochó los primero botones de la camisera de Yeosang y dejó varios besos por su pecho.

-Nunca me cansaré de repetírtelo.

-Sa-San.

-Y sé que te gusta que te lo repita -dijo juguetonamente mientras terminaba de desabrochar toda la camiseta.

-Min-.

Las luces de la habitación fueron encendidas dejando ver a un pequeño niño parado en una baquita para poder llegar hasta el interruptor.

-Min está aquí -completó Yeosang su frase.

- ¡Papá! -gritó el pequeño ojigris comenzando a correr a la cama de sus padres.

San atrapó a Minjae en brazos mientras Yeosang terminaba de abrocharse nuevamente su prenda, por suerte el pequeño no lo notó.

-¿Qué haces despierto? Creí haberte arropado -dijo Yeosang fingiendo un regaño.

-Escuché dos voces en tu habitación y conozco la voz de papá así que vine -sonrió.

La habitación de Minjae estaba justo al lado que el de sus padres por lo que pudo escucharlos ya que no estaba dormido del todo.

Los tres se acomodaron en la cama matrimonial, Minjae abrazando un enorme pato amarillo, Yeosang abrazando a su hijo por la espalda y con la cabeza en el pecho de San quien abrazaba a Min y Yeosang, la bebé de ocho meses se les sumó unos minutos después cuando comenzó a llorar.

La mejor parte después de un día de arduo trabajo, eran las noches que compartía con su esposo e hijos, las noches en las que se acurrucaban juntos para darse una sesión de besos y abrazos y después, caer en brazo de Morfeo.

La felicidad no es fácil de conseguir, de hecho, nada en la vida es fácil de conseguir, pero si se trabaja con dedicación y esfuerzo se puede lograr todo y ver que vale la pena tantas preocupaciones y momentos difíciles.

La curiosidad mató al gato decían por ahí.

La curiosidad le regaló un paz al gato decía San.



Y ahora sí que sí, hemos terminado está bonita historia.

De verdad muchas gracias a quienes habéis seguido está historia, no me cansaré de agradecer eso.

De nuevo muchísimas gracias a Diamoshi por dejarme adaptar está historia, se convirtió en una de mis favoritas cuando la leí. ❤️‍🩹

Muchísimas gracias por el apoyo y cariño a esta historia.

Nos leemos pronto por la otra historia que estoy escribiendo, cuídense. ♡



Simbs 🌷

𝐌𝐄𝐑𝐌𝐀𝐍- SanSang (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora