Capitulo 30

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San veía a sus tías -muy pocas veces- jugar con sus pequeños hijos, educarlos, darles de comer, mimarlos y amarlos, era muy lindo apreciar eso, también le parecía tierno de alguna forma ver las enormes pancitas que algunas de sus vecinas tenían, el jamás lo había dicho ni lo diría pero le parecía extremadamente tierno cuando la pareja le hablaba al enorme vientre de la mujer simulando hablar con su hijo o hija, son escenas que podrían lograr ablandar su corazón por un momento.

-Ey ¿Estás bien?

Seonghwa pasaba su mano por enfrente de los ojos del peligris tratando de hacerlo reaccionar, su vista estaba posada en el rostro de Yeosang quien lo miraba con preocupación al ver una expresión neutra en su rostro.

San ignoró todo, absolutamente todo lo que pasaba a su alrededor y se acercó hasta la camilla donde Yeosang estaba recostado. Acarició sus hebras rubias como la primera vez que lo vió con la ligera diferencia de que está vez, estaba llorando, su rostro no tenía reacción alguna pero las lagrimas caían sin parar. Llevó su otra mano hacia el vientre descubierto de su novio importándole poco el que se haya manchado los dedos cuando tocó su vientre aún con la crema.

-Yo... -por fin habló pero sin mostrar expresión alguna- yo no sé cómo es esto posible, no se que más pasará porque justo cuando creí verlo todo más sorpresas llegan -una sonrisa, una hermosa sonrisa apareció en sus labios- pero quiero que sepas, que estaré contigo en todo momento, que te amaré hasta el último día de mi vida y que te agradeceré siempre por este lindo regalo que me diste -las lágrimas fueron aún más haciendo que su vista se nuble un poco- gracias por esto -tocó con su palma el vientre del mayor quien estaba confundido por sus reacciones y también por sus propios sentimientos ya que, sin saber el por qué, también estaba llorando- te amo, te amo mucho, Yeosang.

Dejó que los sonidos del llanto fluyan mientras cerraba los ojos tratando de reprimir sus lagrimas pero no lo logró, solamente hizo que comiencen a caer con más fuerza concentrando todos sus sentimientos ahí, sentimientos que por muchos años había guardado para sí mismo, los estaba dejando fluir con la única persona que logró adentrarse hasta el fondo de su corazón sin la posibilidad de salir de ahí. Su novio, su pareja, su destino, su media naranja, su Yeosang, el ser que logró hacerle ver lo bueno de la vida, que todo lo malo acabaría algún día, que la felicidad puede ser complicada de alcanzar pero sin embargo valía la pena cualquier esfuerzo por conseguirla, Yeosang era como su ángel, el ángel que lo cuidaba de las malas vibras y momentos, sin dudarlo un segundo, estaba agradecido con él por poder darle un pequeño ser que ambos crearon con amor y que ahora, crecía lentamente en el vientre de su pareja.

Yeosang olvidó todo el dolor y lloró justo a su pareja, no sabía el por qué pero lo estaba haciendo. Por un momento, se desconectó por completo de su cerebro y le dejo todo a su corazón y su corazón decía que debía abrazar a San y así lo hizo, se sentó en la camilla aún con la mano de San en su vientre oeronnonla apartó, incluso puso su propia mano encima de esta sintiéndose protegido. con su mano libre acaricio la mejilla de San rompiendo aún más en llanto, konybico que se podía escuchar en el consultorio era los hipidos y sollozos provinientes de los próximos padres, Seonghwa había abandonado la sala unos minutos antes dejándoles privacidad para ordenar sus emociones y pensamientos porque después de todo, el había pasado por lo mismo.

-Sa... San... -su voz salió temblorosa, casi incomprensible pero para el peligroso no, el entendería cada palabra, gesto o reacción de Yeosang. Ambos juntaron sus frentes.

-¿Entiendes lo... Lo feliz que me haces, Yeosang? -cerrarok sus ojos y San sonrió en grande sin dejar de llorar- me darás un hijo, una personita creada por los dos una o un pequeñín al que voy a amar de la misma forma que te amo a ti.

Sin soportarlo más, el mayor enredó sus dedos en las hebras grises juntando sus labios llorando a todo lo que su ser daba, el beso de rompió en varias ocasiones donde ambos no podían callar sus sollozos pero siempre volvían a juntar sus labios, siempre se volverían a juntar, no importa cuán lejos estén, por cuánto tiempo no se vean, sus labios siempre se encontrarán formando un perfecto beso en donde ambos se sentían seguros.

𝐌𝐄𝐑𝐌𝐀𝐍- SanSang (Adaptación)Where stories live. Discover now