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Jimin

Mi madre siempre me dijo que ser un omega dominante tenia sus ventajas, que los alfas no tendrían tanto poder en mi, como con los omegas normales, que podría estar con un beta si asi lo deseaba, que yo tenía el control de decidir el alfa que me atraía, era una enorme ventaja. Además de que el trabajo que deseara no se me negaría, ya que podemos controlar nuestro celo mucho mejor.

Se anunciaba antes y con los inhibidores adecuados todo se controlaba, incluso podría asistir a trabajar de manera normal sin que los dolores me molestaran, eso si nuestras feromonas seguían siendo un poco mas altas y atractivas, pero los alfas saben jugar sus batallas la mayoría de las veces.

Actualmente trabajo para uno de los grupos financieros mas grandes de corea, soy el secretario de uno de los socios principales y el alfa mas atractivo que he visto en toda mi vida.

Jung Hoseok.

Su aroma a café fue lo primero que me llamo la atención, además de su personalidad, es caballeroso, inteligente y tiene un carácter precioso, sin duda totalmente mi tipo. Lo único malo es que me ve como un trabajador mas, me elogia y demás pero nunca lo he visto insinuarse mas allá de lo que desearía, tampoco es como si quisiera que lo hiciera en la oficina, pero me encantaría una mirada coquete de vez en cuando. Seria con gusto un omega sumiso a su lado.

—Buenos días Secretario Park —miro las carpetas en mi escritorio —¿Son todos mis pendientes?

—Si Licenciado Jung, todo esta ahí —me levante y acomode un poco mi cabello —¿Quiere que le lleve algo de tomar a su oficina?

—Si —el otro alfa socio de la empresa dejo su saco en mi escritorio y estirándose dando un bostezo enorme —un café negro con dos de azúcar y si puedes una dona de chocolate, mil gracias lindura.

¡Maldito gorila, de medio centavo!

—Le decía a el Licenciado Jung, le recuerdo que trabajo para él, no para usted señor Jeon.

—Le llevare su café Licenciado —Junji tomo el saco de mi escritorio —deje de molestar al joven Park.

Junji es una beta que representa la dulzura en persona, tiene un poco mas de cuarenta años y tiene trabajando aquí desde mucho tiempo antes que yo entrara a la empresa, no entiendo como alguien tan dulce como ella trabaja para el lobo salvaje de Jeon Jungkook.

—Solo jugaba Park, te tomas todo muy enserio —me guiña un ojo y se va para la oficina.

—No le prestes atención, sabes lo tonto que es —me deja un pequeño dulce en el escritorio —solo quiero un vaso de jugo, por lo demás te encargo que no nos molesten, estaremos en junta casi toda la mañana, debemos de ver algunas nuevas inversiones.

Asentí mientras el se retiraba caminando con esa elegancia que me derretía, desearía que me mirara mas allá de un simple empleado, pero tampoco quería verme tan necesitado.

Como me encanta Jung Hoseok.

Perfect Boy (Kookmin) CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora