El mejor sabor

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Jimin

—Adelante.

Su voz gruesa y ansiosa me erizo todos los vellos de mi piel, su aroma cada vez más me hacia aguar la boca, solo que mi humedad no era tan intensa como lo esperaría.

Quiero pensar que es porque es un alfa común.

Porque de que lo deseo en realidad lo hago, pensé que su casa sería más una zona residencial.

—No sabía que vivía en un departamento.

Se paró detrás de mi y acaricio mis hombros, sus labios besaban mi nuca y cuello.

—No vivo aquí, aquí solo vengo a pasar mi celo —me tense ante su respuesta —en casa tengo empleados omegas que se les dificultaría estar conmigo.

—Entiendo.

¿Lo hacía?

—Pero dejemos la conversación otra otro día.

Ejerció presión en mi cadera, haciéndome sentir su dura y gruesa erección. Dio un largo suspiro cuando sus manos se metieron debajo de mi camisa.

—Tu piel es tan suave Jimin, te sientes terso y caliente.

—Déjame llevar el ritmo.

No es porque no deseara que él tomara el control, pero necesita lubricar un poco más.

—Esta bien.

Lo tome de la mano y lo lleve hasta su cama, todo su cuerpo se sentía caliente ahora sus ojos eran totalmente negros y sus colmillos se asomaban en pequeños gruñidos.

El se quito la ropa para posarse en la cama boca arriba, comenzó a masturbarse, sin duda si algo faltaba para que mi lobo despertara en totalidad era esa imagen.

Sus músculos se contraían en sus respiraciones entrecortadas mientras movía con violencia su mano, su torso estaba marcado mostrando unos duros abdominales.

—Ven aquí Minnie no me hagas esperar.

Aun necesitaba preparación, me estaba sintiendo frustrado. Subí a la cama y tomé su miembro para meterlo a mi boca, mi lengua rodeaba el tronco que palpitaba por lo duro que estaba, mis dedos se fueron a mi entrada para comenzar a estimular, el sabor de su miembro más mis dedos me ayudaron a dilatar y por fin mojarme como deseaba.

—Necesitamos preservativos.

—No me jodas con eso ahora.

—Es que...

—Están en el cajón.

Mi pecho se encogió un poco por el tono en que me hablo, pero lo entiendo un poco, el esta ansioso, es su celo después de todo.

Me alargué para alcanzar un preservativo, cuando lo puse en su miembro apenas me estaba alineando cuando se incorporo y me sentó de golpe. Lo empuje un poco al sentirlo así.

—¡Mierda que apretado estas!

Gruño en mi oído, empezando a moverse debajo de mi, me aferre a su espalda, pues estaba doliendo un poco más de lo que lo estaba disfrutando.

—Yo. Yo... quiero moverme espere.

Lo detuve y moví mis caderas en forma circular. Subía y bajaba aún nuevo ritmo haciendo que las fibras nerviosas de mi cuerpo reaccionarán, al lamer mis labios por el placer, un sabor a chocolate llego a mi, mire al alfa debajo de mi y en una visión, un beso llego a mi mente, me desconcentre por un segundo, cuando Hoseok me giro para quedar encima de mi.

Sus embestidas fueron más duras, pero cayó mis gemidos con un beso hambriento, su aroma seguía siendo delicioso, pero por alguna razón me mareo, pensé que lamería su glándula de aroma cuando llegara este momento, pero siento que daría una arcada.

No puede estar pasándome esto.

Si un momento era malo para ser un omega dominante era este. Siento ganas de llorar.

De pronto se aferro a mis caderas y se hincho dentro de mi llegando a su orgasmo, pero sin llegar a hacerse el nudo.

Se paro al terminar y arrojo el condón a la basura, yo ni siquiera tenía una erección decente.

—Iré a darme una ducha, en el cajón están unas pastillas, tomalas antes de irte aun con preservativo no deseo accidentes.

Me dejó ahí sin decir más, se metió al baño encendiendo la ducha de manera inmediata.

Saqué la pastilla mirando la montaña de preservativos y supresores, yo me ofrecí a esto, pero ¿por qué me siento como un idiota?

Es su celo, no debería de esperar mimos. En lo que pedí el auto, me vestí y salí de ahí.

Jungkook.

Tome dos expresos al momento de venir a la oficina, no pude dormir en toda la noche, me sentía inquieto, me acabe casi dos puros completos además de media botella de whisky, algo me oprimía el pecho cada vez que cerraba los ojos. Por lo que mi humor no sería el mejor.

—Buenos días señora Kang.

—Vaya, parece que fue una mala noche para todos.

—¿De que habla?

—Jimin también viene con el rostro como si no hubiera dormido bien, ¿No se estarán resfriando?

Fui a la cafetería y compré un vaso enorme de chocolate caliente y algunos panecillos, fui hacia el escritorio de Park y sus feromonas de tristeza me hicieron querer correr a abrazarlo.

—Toma —deje un panecillo y el vaso de chocolate —esto sabe mejor que el café cuando te desvelas.

—Creo que he muerto, usted jamás tiene estos detalles conmigo.

—Necesito un favor, así que pago antes, ¿Podrías pasarme una de las cotizaciones que vimos en Nueva York? Creo que eso te mantendrá ocupado un rato.

—De hecho si, pero dígame los nombres y se los entrego a Junji, de todos modos, el señor Jung se tomara el día, no tengo mucho que hacer.

—Ese hijo de puta, solo le dura un día el celo, ¿A quién engaña?

—No lo se.

—En fin, creo que te mantendré ocupado, no creo que te de tiempo de pensar en nada más.

Asintió y dio un sorbo al chocolate.

—Es delicioso.

—Te lo dije —camine hacia mi oficina —te mando correo entonces.

—¿Señor Jeon?

—Dime.

—Respecto a Nueva York... —sacudió la cabeza —nada olvídelo.

—Si recuerda lo que desea preguntar, no dude en decírmelo.

Lo miré sorber de nuevo del chocolate y me sentí mucho mejor al verlo, incluso mi lobo había saltado un poco ante ello.

Por la maldita madre luna.

Me gusta Park Jimin.




Si hasta yo estoy molesta con Hoseok...

Perfect Boy (Kookmin) CompletaWhere stories live. Discover now