Capítulo 1 : Labios Rojos

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Tengo una guerra con el café me encanta el café pero no puedo tomarlo, por mis problemas con esta estupida ansiedad, por eso lo pido descafeinado lo cual se me hace un poco ridículo pero bueno café es café supongo...

- ¿Theo? — Preguntó Olivia con una cara como de asco —
Mierda otra vez hice lo de pensar tanto tiempo que no digo nada y quedo con esta cara como de idiota
- Perdóname Oli, ¡si! Si quiero tomar un café, ¿Conoces algún buen lugar aquí?
- Mmm la verdad no pero podemos buscar un buen lugar en el camino.
- Me parece bien...

Muy pocas veces me pongo a pensar esto pero, adoro este clima, el frío me hace sentir tan bien, tan fresco, tan romántico por alguna razón, amo la navidad y todo lo que tiene que ver con ella, ¡carajo! Discúlpenme aún no me presento con ustedes, esta es mi pequeña y resumida historia, la verdad no los voy a agobiar con todo el inicio de mi, porque hay mucho de lo que podríamos hablar, mientras la historia avance se podrán dar cuenta de muchas cosas, por ahora mucho gusto yo soy Diego Arciga, antes que otra cosa... ODIO que me digan Diego, prefiero el apodo que me pusieron desde pequeño "Theo" que por alguna razón lleva una "H", se ve más "cool", mis papás son Latinos pero yo nací en la "hermosa" ciudad de Toronto, aquí llevo viviendo mis escasos 18 años de edad, soy acuario, mido 1.80cm, tengo un hermano menor llamado Nicolás y mi hermana menor Camila, he jugado fútbol toda mi vida, aunque también he tenido otros intereses, es complicado cuando tienes a un padre que era básicamente una "estrella" jugando fútbol, nunca me ha obligado a jugar, pero de alguna forma siento que podría decepcionarlo si le digo la verdad de todo...

- ¡Llegamos! — exclamó Olivia —.
- Es una torre, ¿No íbamos a una cafetería?
- Theo es prácticamente lo mismo, solo que es un poco más caro, es un restaurante que está en el 7mo piso de esta torre, mientras estabas en silencio encontré el lugar en internet, al parecer tienen buen café.
- Bueno está bien, la verdad si podría comer algo estoy muriendo.

No entiendo porque hizo énfasis en "esta caro", el dinero no es como tal un problema.... ¡AHH! se me olvidó, mis padres tienen como tal "bastante" dinero, obviamente no me gusta hablar de eso como algo para presumir, pero si... son dueños de bastantes empresas y negocios construidos por ellos dos, son un gran equipo como pareja de negocios, como padres hay cosas de las que no me encanta hablar, después llegaré a ese tema, seguramente mencionó que esta caro para que yo pague, aunque es obvio.

- Wow mira que hermosa la vista de este lugar, desde aquí podemos ver todo... — Dijo Olivia —.
- No le voy a arruinar su pequeño momento de felicidad aunque entre nosotros hay un edifico que tapa la mitad de la vista y la otra mitad solo es parte de carretera.
- Sentemonos aquí — Dijo Olivia —.
- Olivia, sabes que me encanta el frío pero aquí  está congelando, ¿Podemos sentarnos adentro?
- Mmm no, siéntate ya, tengo hambre.
- De verdad, eres un poco insoportable.

El lugar era techado pero estaba al aire libre, en cambio la parte de adentro estaba más acogedora y caliente, de almorzar pedí un cappuccino caliente y un croissant, hay algo que odio del café caliente y es que en cualquier lado te lo dan extremadamente caliente, tanto que tienes que esperar mucho para que se pueda empezar a tomar con comodidad.

- Aquí está su orden joven, un croissant y para su pareja...
- Oh no no, ¡no somos pareja! (Dijimos los dos).
- ¡Oh! Perdón su... Acompañante.

Mhm un poco mejor, si es un poco probable que la gente piense que Oli y yo somos pareja, pero la verdad somos totalmente lo contrario, es mi mejor amiga, no esa clase de mejor amiga que termina siendo tu amante o lo que sea, Olivia Castro es genuinamente mi mejor amiga, amiga para toda la vida, aunque sea muy irritable.

- Para la señorita su panini y un americano caliente... — Dijo el mesero —.
- Disculpe, a mi me faltaría un cappuccino caliente — Agregué —.
- Ah, es verdad, una disculpa ya no tarda...

Odio cuando los meseros dicen que ya no tarda algún alimento, porque literalmente termina tardando aún más.

- Perdone, aún no me traen mi cappuccino y ya pasaron más de 15 minutos.
- Una disculpa señor, qué raro, debió haber algún error, ya no tarda mucho.

Y ahí vamos de nuevo, por suerte ahora solo tardó 45 segundos en llegar, aunque para variar tenía un elemento sorpresa mi café.

- Wow Oli, se tardaron demasiado en traerme un simple café pero valió la pena, está a la temperatura perfecta para tomarlo ya, de alguna forma ya está endulzado y no extremadamente dulce, más bien, justo cómo me gusta, aunque no pedí que le pusieran azúcar, parece como si me hubieran leído la mente y me dieron el cappuccino perfecto.

- ¡Theo! ¿Qué es eso que tiene tu taza?
- ¿Eh?

Tomando un sorbo de la taza me percaté de una pequeña y ligera mancha roja en el otro extremo de la taza, ¡Qué asco!

- No lo puedo creer, es el labial de otra mujer — Exclamé —.
- Se puede ver la forma de lo labios en la taza, te trajeron una taza usada — Dijo Olivia muriendo de risa —.

No lo puedo creer, no solo se tardaron con el café, si no que me trajeron una taza que ya había sido tomada, no entiendo, si el café estaba intacto, a la vista parecía recién hecho, bueno eso explica el porque de la temperatura perfecta y el azúcar, alguien ya lo había tenido...

- Dios, perdóname... — se escuchó a lo lejos—.

¿Quién dijo eso?

- Perdóname, ese era mi café lo regresé porque lo pedí descafeinado y me lo trajeron regular.

MIERDA, NO ES DESCAFEINADO

- Seguramente se confundieron y te lo trajeron, porque recién lo había probado, perdóname también por lo del labial — Dijo la mujer con un tono de burla —.

Por una parte claro que me dió un poco de asco, pero a la vez me gustó, el café estaba perfecto y lo disfruté demasiado, ya no había razón de quejarme y cambiarlo, aparte ya teníamos que irnos.

- Déjame ayudarte a pedir otro... — Dijo la chica —.
- No te preocupes, la verdad es que disfrute mucho este café — Respondí —.

Okay, ya tomamos mucha confianza, tranquilo...

- ¿Ah sí? — Respondió —.

¡Dios!, no me gusta que hagan ese gesto y esa pregunta, es muy atractivo, como si tratara de retarme esta ridícula... con unos ojos muy bonitos, una ridícula pero de ojos bonitos, mi corazón está latiendo como si fuera a explotar.... LA CAFEÍNA.

- Si, la verdad estaba buenísimo, qué mal que no lo tomaste.

Al final ella se sentó, le digo ella porque no le pregunté su nombre, no había necesidad después de todo ese drama, la verdad es que disfruté mucho el desayuno, la cafeína no me sentó mal, ni un poco, saliendo del restaurante, volteé y al ver la chica se estaba despidiendo de mi... la ridícula chica de ojos bonitos, la chica del labial rojo.

Hasta que la noche nos separeWhere stories live. Discover now