Capítulo 2 : Cómo encontrar el amor

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De verdad no puedo entender bien lo que el profesor está diciendo, pareciera que todo lo que dice me pasa por un oído y sale por el otro, entiendo porque la persuasión de mi padre para que yo estudiara negocios, por todo su trabajo, pero la verdad a veces me noto tan aburrido y con la cabeza en las nubes, aunque me considero una persona con una gran creatividad, simplemente no sé si los negocios sean 100% lo mío, tal vez exista algo más...

*La puerta del salón abre*

- Una disculpa profesor, llegué tarde —Exclamó Chris sin aliento —.
- ¿Ahora qué pasó señor Figueroa? — Preguntó el profe —.
- Seguramente todavía viene ebrio —Susurró Olivia—.
- Como es de costumbre — Susurré —.
- Es la última vez que lo dejo pasar Figueroa, pase a su asiento.

Chris es mi mejor amigo, los tres nos conocemos desde chicos, y esto...  digamos que Chris tiene un gran interés cuando se trata de fiestas, alcohol y chicas, no lo culpo, se que yo también tengo una reputación.

- ¿Qué pasó Chris? — Le pregunté —.
- Me quedé dormido, la fiesta de ayer duró hasta el amanecer y creo que vengo ebrio.
- ¡Sabía! — Exclamó Olivia con orgullo —.
- ¡Silencio! — Gritó el profesor —.
- ¡Lo siento! — Respondió Olivia — Saliendo de clase recuerden que tenemos que pasar por el libro para nuestra clase de psicología.
- Ah es verdad, para el proyecto final, la "Carta al amor" — Dijo Chris con un tono de burla —.

Sigo sin entender porque esa necesidad de poner en nuestro horario materias de relleno, porque eso es lo que son, son materias inútiles y de relleno, pero desgraciadamente son obligatorias, es una por año y está vez escogimos psicología, la "Carta al amor" es nuestro proyecto final, como lo dice, una carta al amor, lo que representa para nosotros, etc... blah blah blah, como fiel creyente de que el amor no existe, es un proyecto un poco incómodo para mi, pero ya con esto me libro de esa detestable materia de relleno.

- Bueno chicos hagamos algo divertido, separémonos y el primero en llegar con su libro gana, el perdedor compra el café de todos — Dijo Olivia —.

Olivia en ocasiones es tan dulce y tierna que no podemos decirle que no a nada, de alguna forma mantiene un poco más sana y feliz la vida de nosotros dos.

- 1, 2, 3 ¡Corran!

El libro tiene que ser obligatoriamente de amor, el punto es poder aprender de el amor, desde otro punto de vista, pero no conozco ningún libro sobre amor, entonces lo haremos a la antigua, basándonos por la portada, el libro será escogido, justo como niño chiquito.

- !Lo encontré! — Gritó Olivia a lo lejos.

Obviamente la primera sería Olivia... recorriendo estos pasillos me di cuenta que nunca había visitado la biblioteca de la escuela, no soy un gran lector como muchas personas podrían decir, pero este libro de portada blanca me gusta...

- ¡Ey, ese libro es mío!

No puede ser, esa voz la conozco, es ella...

- Perdóname pero ese libro es mío, no es de la biblioteca, solo lo dejé en mi mesa unos minut... ¡espera!

Por supuesto que me recuerda, digo cómo olvidar eso.

- ¡Eres el chico del restaurante! — Exclamó —.

Dios mío... la chica del labial rojo, la de esos bellos ojos, es muy hermosa, no pude evitar prestar atención a su rostro, la forma perfecta de su barbilla, sus pecas que a simple vista no son notables, ese cabello marrón ligeramente ondulado y sus ojos, los ojos más grandes y brillosos que he visto.

- Y tú eres la chica a la que le gusta dejar su labial marcado en la taza de los demás.
- Si... aún me da vergüenza lo qué pasó, pero bueno ,entonces si así son las cosas, tú eres el ladrón de libros — Dijo con un tono de burla —.
- Perdóname, no sabía que era tu libro...

Hasta que la noche nos separeWhere stories live. Discover now