𝓛𝓪 𝓞𝓻𝓭𝓮𝓷 𝓭𝓮 𝓵𝓸𝓼 𝓒𝓮𝓵𝓮𝓼𝓽𝓲𝓪𝓵𝓮𝓼

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- ¿Cómo es eso de que mi reloj... entrelazado...historia...vosotros?- preguntó Starior, balbuceando, mientras volvía a transformarse en Peter.
- Cálmate- respondió tranquilamente el Celestial- Permíteme presentarme primero: mi nombre es Warren, y soy parte de la orden de los Celestiales. Somos los encargados de proteger Almyth y todos los universos de las amenazas del mal. En este caso, del mal que afecta a tu universo desde tiempos ancestrales: el indulio y los entes vinculados a él.
- ¿Ancestrales?- preguntó Peter extrañado- Si apenas hace unos meses que el meteorito y su gas impactaron en Mitania...
- Esta sustancia lleva siglos infectando Almyth...- respondió Warren- Pero sé que te estás preguntando por la conexión entre tu reloj y la orden de los Celestiales.
- Así es- afirmó Peter, sorprendido de que Warren supiera lo que pensaba- ¿Por qué están mi reloj y vuestra orden conectados?
- Porque es una creación de nuestroJefe. Es un arma que nunca debe caer en manos equivocadas- dijo Warren, cuyo semblante se había tornado serio- Si lo hace, podría no solo condenar tu planeta, sino el resto del universo. Permíteme relatarte la historia de nuestra orden, que a su vez, en cierta forma, es la historia del Atantrix.
- "Hace miles de millones de años- empezó a narrar Warren- mucho antes de que Mitania siquiera existiera, nuestro Jefe ya existía. Es un ser de infinita bondad que fue, es y por siempre será. Él creó la Atanita desde su propia esencia, como una fuerza mágica de infinita bondad que debía ser compartida... y así lo hizo. Nos creó a cada uno de nosotros, los Celestiales, usando la Atanita, pero observaba que el potencial de esta sustancia debía compartirse y expandirse... y así lo hizo: creó vuestro planeta, componiendo a los humanos a su imagen y semejanza y dándoles esta milagrosa esencia, que otorgó habilidades especiales a toda vuestra especie y promovió el desarrollo de la ciencia y cultura a niveles que ni siquiera hoy habéis alcanzado. Esta esencia que impregnaba el planeta se solidificó y se transformó en un enorme cristal que llenaba de vida todo cuanto le rodeaba. Quizás os suene un lugar llamado "La Fuente de la juventud": era simplemente un arroyo que vio  afectado por las propiedades de la atanita y que frenaba el envejecimiento de aquel o aquella que bebía de sus aguas. Este es solo un ejemplo de lugares místicos que provienen del poder de la Atanita."
- Un momento- interrumpió Peter- Eso no puede ser, si no todos tendríamos habilidades únicas y...no las tenemos. Además, sitios como ese sólo son leyendas... nunca se han encontrado.
- Permíteme proseguir- dijo Warren- " Todo hubiera sido maravilloso...si por entonces, uno de los nuestros, ávido de poder, se hubiera rebelado contra nuestro Jefe para conseguir el poder absoluto y el dominio de la Atanita. Durante esta cruenta lucha, muchos de los nuestros se unieron a este Celestial, al que llamamos Diaval, y, al verse superados por el inmenso poder de nuestro Jefe, se retiraron de nuestra base, creando la suya en el extremo opuesto del universo. Sin embargo los oscuros deseos y ambiciones de Diaval afectaron su propia esencia, transformando la Atanita de su cuerpo en otra cosa... el indulio, una fuerza mística que se nutre de todo lo negativo que existe. Comenzó entonces a probar cómo transferirlo  de su propio cuerpo a sus seguidores,  tal cual nuestro Jefe lo había hecho con nosotros. Pero esto conllevaba un precio para ellos: para obtener el poder de su indulio, se debía renunciar a algo, y en concreto, ese algo era su Atanita, ya que ambas sustancias eran opuestas y no podían coexistir al en un solo cuerpo. Diaval, siendo el Induliano Original, les hizo someterse a su voluntad, a pesar de que sus seguidores eran pura Atanita. Y por desgracia... así lo hicieron: algunos por elección, otros por obligación... pero Diaval les transfirió un indulio menos fuerte, ya que no quería que ninguno de sus súbditos tuviera más poder que él ni tenía la fuerza para transmitir tanto indulio puro sin desaparecer. Esta es la forma de indulio a la que actualmente te enfrentas. Una vez completada esta transfusión, todos se transformaron en los seres que acabas de vencer, Peter. Los llamamos Ghostshields: al perder su esencia atánica, perdieron su corporeidad y gran parte de su alma, quedando sólo ese cascarón vacío al que te has enfrentado. Esa daga que llevan esta compuesta de indulio modificado por Diaval para ser mil veces más tóxico que el que afecta a la humanidad en estos momentos, pero levemente menos poderoso que el indulio del que está hecho Diaval. "
- Y entonces, ¿qué pinta mi reloj en todo esto?- preguntó Peter. 
- "Una vez observado que no había redención posible para este maligno ser,- continuó Warren- nuestro Jefe se dedicó a vigilar Mitania, ya que sospechaba que podía ser el destino de las maquinaciones de Diaval. Y efectivamente, así fue: Diaval se transformó en un cuervo en apariencia y buscó almas que corromper, encontrando en una curiosa y trabajadora pareja su objetivo. Estos, poco a poco, engañados por el cuervo, empezaron a convencer a todos de que la Atanita solo refrenaba su poder y que sería el indulio lo que les conduciría a un futuro mejor. Día tras día insistiendo...hasta que convencieron a suficientes personas como para atacar el cristal de Atanita con el indulio que Diaval se había ya encargado de proporcionar a la pareja. Cuando llegaron a la zona donde estaba situado el cristal, la pareja repartió a cada persona un frasco con indulio y Diaval les dijo que solo con rociarlo en el cristal serían libres de "la esclavitud de la Atanita" y podrían ser sus propios dueños, sin depender de esa sustancia. Sin embargo, en el último momento, la pareja descubrió las verdaderas intenciones de Diaval y rogó a nuestro Jefe por ayuda... pero ya era demasiado tarde: el indulio que el resto de personas habían rociado sobre el cristal había hecho desaparecer su poder y tanto los sitios místicos como las habilidades y conocimientos adquiridos mediante la Atanita estaban desapareciendo. Aun así, nuestro Jefe, sabiendo lo que iba a acontecer, había preparado un arma para detener el avance del indulio de Diaval: el Atantrix, un reloj compuesto de una gema de Atanita pura, parte de nuestro propio Jefe. Esta la entregó a su hijo, el cual siendo también atanita pura y habiendo sido entrenado para usar este arma con sabiduría, se volvió humano manteniendo toda su esencia atánica, que canalizó por el reloj, y utilizó todo su poder para evitar que el indulio destruyera el cristal por completo, y con él, Mitania...pero a un alto coste: sacrificó hasta el último aliento de su vida y su esencia atánica para protegeros, impidiendo que el indulio destruyera por completo este planeta. Por ello parte de vosotros habéis recuperado vuestros poderes."
- Y ¿por qué no los hemos recuperado todos?- preguntó Peter.
-"Cuando el hijo del mi Jefe sacrificó todo su atanita para destruir el indulio, Diaval se regocijó, dandole por muerto, pero olvidó que, a pesar de ser humano, también estaba compuesto de Atanita que era completamente pura, así que esto le permitió regenerarse en 3 días y volvió a nuestra base, en los confines del universo Almyth. Aun así, debido a la rebeldía de la raza humana, el cristal de Atanita ya se había visto muy afectado por el indulio, de forma que no se recuperaron los conocimientos ancestrales y Mitania no volvería a ser igual. Además, debido a la onda nociva del indulio, muchas personas sufrieron un daño tal que no pudieron recuperar sus poderes..."
- Los Powerless- dijo para sí Peter.
- Así es.- dijo Warren- Tras esta batalla, el cristal, dañado por el indulio, implosionó, esparciendo esta atanita por todos los rincones de Mitania y desapareciendo para siempre...Y por primera vez desde aquel momento, el Atantrix ha escogido un nuevo portador para luchar contra el mal...
- ¿Es que mi reloj está vivo?- preguntó Peter asustado.
- Sí, la pureza y la fuerza de la Atanita pura le han conferido voluntad propia e incluso, durante un tiempo, corpoeridad... sin embargo hace un tiempo hubo que confinarla en el interior de tu reloj- respondió Warren, señalando al brillante aparato.
- Y, ¿por qué me has contado todo esto?- preguntó Peter, que aún no había asimilado toda esta información.
- Porque creo que estas preparado para unirte completamente a esta lucha- respondió el Celestial.
- La verdad es que ya tengo mucho trabajo con detener a los indulianos y recuperar el indulio que se ha esparcido con la caída del meteorito- dijo Peter, abrumado.
- No me estás entendiendo: tu lucha es la nuestra. Los Ghostshields son entes compuestos de indulio, y no cesarán de causar el mal y esparcir el indulio y propagar el caos hasta que los detengamos- dijo Warren.
- Y ¿cómo propones que lo haga?- preguntó Peter, exasperado-  Aunque quisiera, no puedo tocarlos: ¡son casi todo gas! Por no hablar de esas tóxicas dagas...
- Es por ello un placer entregarte esto- dijo Warren, tocando con su espada el Atantrix.
De repente, el reloj empezó a brillar, más intensamente de lo que lo había hecho nunca y una nueva función apareció en el centro del reloj de Peter: rezaba "MYSTIC POWER".  Justo cuando la leyó, y antes siquiera de tener tiempo a pulsarla, el icono desapareció de la pantalla y no aparecía en ningún lado:
- Esta función te permitirá adquirir temporalmente las habilidades y características de un Celestial durante 15 minutos, pero solo en momentos de extrema necesidad. Somos una sociedad secreta y así debemos permanecer. Cuando uno de estos momentos llegue, el reloj te lo hará saber...- dijo Warren, desapareciendo en una nube luminosa.
- ¿Por qué todo dura sólo 15 minutos?- preguntó irónicamente Peter, viendo desaparecer al Celestial
Tras esta larga conversación, Peter tenía la imperiosa necesidad de salir de aquel edificio y pasear, para poder aclarar sus ideas: aún no podía creer todos los increíbles sucesos que acababan de suceder: la existencia de unas fuerzas del bien y del mal que habían estado influyendo en Mitania desde siempre... era mucho que asimilar. Pero aún más lo era el hecho de que lo hubiesen escogido para luchar contra esos entes malignos. Pero entre las sombras, una malvada persona sonreía, sosteniendo un pequeño frasco que brillaba en un tono verde ominoso...

Los secretos de WandiaWhere stories live. Discover now