Los secretos de Wandia

𝓟𝓸𝔀𝓮𝓻 𝓓𝓻𝓪𝓲𝓷𝓮𝓻

- ¡Ey, chicos! ¡Esperadme!- exclamó Peter, dando la vuelta a la esquina para llegar a su cafetería preferida: " Power Latte".
Era un sitio muy sencillo: un pequeño local, en la esquina de la calle detrás de la escuela, que daba al parque natural. El interior estaba diseñado de tal modo que hacía que tus preocupaciones desaparecieran: simplemente unas paredes verde pastel, una barra repleta de dulces que variaban cada día, dos pequeñas máquinas de café trabajando y cuatro mesas preparadas para recibir clientes que, por desgracia, debido a la localización del lugar, nunca llegaban. Era su sitio seguro, donde podían ser ellos mismos, hablar y tener un rato de paz, alejados de la estresante rutina:
- Buenas tardes y bienvenidos al Power... ¡ Pero si son mis chicos favoritos!- exclamó una joven detrás de la barra- ¿Qué os apetece hoy, corazones? Tengo tus galletas favoritas hoy, Mack.
- ¿EN SERIO...?- dijo ella, conteniéndose inmediatamente- Esto, sí, por favor, tráigame un par de ellas.
- Buenas tardes, Loretta- dijo Peter- Para mí, un vaso de leche templada con canela, si puede ser.
- Y una leche manchada para mí- pidió Harry
Loretta era la persona más amable y bondadosa que Peter había conocido: ellos sabían que, pese al hecho de que había nacido con poderes, ( de los cuales nunca hablaba) ella había decidido labrarse un carrera en el mundo de la repostería. Pero, tras una estresante y prometedora carrera, había decidido no trabajar para otra persona, sino crear algo que fuese suyo, que reflejara su esencia y su forma de ver el mundo.
Mientras Loretta preparaba sus comandas, los chicos conversaban en una mesa cercana a la pequeña ventana que daba al pequeño jardín que estaba en la entrada:
- Pues sí- comentaba Harry- llevo dos noches sin dormir porque no paro de oír gritos por los alrededores de mi manzana. Y si no son gritos, son las dichosas sirenas de policía que....
En ese momento se oyó un ensordecedor ruido de sirenas y un montón de coches que perseguían a lo que parecía ser una especie de duende negro, de unos 80 cm de altura que portaba un cetro coronado por un orbe rosa. Peter, Mack y Harry salieron de la cafetería y vieron una escena impactante: el ser se paró en seco y dos de los policías salieron del coche. Al acercarse a él, este se movió y les golpeó con el orbe de su bastón. De repente un halo rosa les envolvió, empezaron a convulsionar y, entre gritos,  fueron absorbidos por el cetro. Tras esto, el monstruo creció hasta alcanzar aproximadamente el metro de altura. Era el momento de actuar: aprovechando el caos que reinaba, Peter reaccionó: huyendo  y escondiéndose tras un contenedor. Tras esto se transformó en Starior y fue al encuentro del villano:
- ¡Eh, tú, duende!- exclamó Starior, intentando llamar su atención- ¡Aún no es Navidad, así que no es tiempo de elfos!
Él se giró y, de un salto, se plantó en frente de Starior y empezó a atacarlo, intentando atacarle con su bastón:
- ¡Estúpido héroe!- gruñó el duende, con una voz sorprendentemente aguda- ¡Eres patético! Tanto que ni siquiera te has planteado buscar la verdad que se te ha ocultado...
- ¡Menos cháchara!- exclamó Peter- ¿De qué verdad hablas? Si es sobre tu fealdad, no es ningún secreto.
- Te crees muy gracioso, ¿verdad?- rugió enojado- Pregunta a tu amigo, el Celestial, a ver si es verdad lo que digo.
Peter se quedó paralizado, dudando de la veracidad de lo dicho por el duende: ¿ que secreto le habían ocultado? Después de arriesgarlo todo por Mitania, ¿no estaban siendo sinceros con él?
En ese momento, notó algo frío en su espalda y vio que el cetro estaba posado en su espalda y el duende estaba creciendo exponencialmente. Peter reaccionó y consiguió quitarse al duende de encima justo antes de que la función de capturar indulio y el poder oculto desaparecieran.
De repente notó que una luz muy fuerte salía de reloj, donde, ocupando toda la pantalla, estaba un icono multicolor que ponía "Mystic Force" y recordó que tenía el regalo de los Celestiales, que al parecer tampoco había sido absorbido, por lo que entendió que, al igual que él, el reloj pensaba que era un momento de necesidad.  Cuando pulsó la función notó que algo en él estaba cambiando: una energía más allá de lo que había experimentado jamás estaba abriéndose paso: desde sus cabellos hasta la punta de los pies, esa energía lo llenaba todo. Una vaina apareció en su costado derecho y Peter vio que, en su interior, estaba una espada que brillaba con mucha fuerza, igual que la que portaba el Celestial al que había salvado anteriormente.
El ser retrocedió, asustado, bien porque sabía a que se iba a enfrentar o porque la luz de la espada parecía molestarle. Starior aprovechó este momento de recelo para atacar su bastón con este arma, el cual se rompió como si fuera de cristal al entrar en contacto con la hoja de la espada. Entonces el duende redujo su tamaño hasta tener el de un humano corriente. Starior observó cómo el indulio se escurría hacia una alcantarilla y disparó un inhibidor, que absorbió el líquido y lo hizo desaparecer como de costumbre.
Una vez a salvo, Starior activó su poder oculto para que todo volviera a ser como antes. Al usarlo, Peter vio como todo volvía a su estado original y asimismo, el villano recuperaba su forma humana, siendo su hermana Julia, que se suponía que estaba en el campus de la universidad. Aún así, la duda le corroía: ¿cómo podía su hermana saber algo sobre un secreto acerca de él? ¿ Lo sabía en verdad? ¿ O era algo que el indulio le había hecho decir? ¿ Habría alguien involucrado tras estos terribles sucesos causados por el indulio?
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En un oscuro callejón, dos oscuras almas se encontraban a medianoche:
- Señor, de nuevo ha sido un fracaso. Otro induliano que no ha servido para nada- dijo una voz aguda
- No- respondió una voz sinuosa- se han sembrado dudas y es el momento perfecto para atacarle por este flanco...
Un halo de luz negra envolvió a estos seres, que desaparecieron en la oscuridad de la noche...