Capítulo 3

3.8K 211 10
                                    

Agarré el móvil mientras solté un bostezo, la vida se me iba por momentos deseando que Marc se despertara, tampoco sabía si ya lo estaba

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Agarré el móvil mientras solté un bostezo, la vida se me iba por momentos deseando que Marc se despertara, tampoco sabía si ya lo estaba. Moverme no fue una opción, ambos nos estábamos dando la espalda y aunque dormí mejor que nunca, fue raro, muy raro sobre todo cuando quería girarme, lo hacía y lo tenía cara a cara. Sentir su respiración tan cerca me alteró y no poco, no sé, aquella noche todo en mí cambió.

— ¿Estás despierto? —dejé el móvil sobre la mesita de noche esperando que su respuesta fuera afirmativa. Noté que se movía por lo que opté por romper el silencio.

— Desde hace un rato —respondió con la voz ronca.

Diablo, casi me da algo en cuanto lo escuché hablar recién levantado. Encendí la luz e intenté no mirarlo, ni siquiera sé porqué le dejé dormir aquella noche en boxers. Hacía calor, claro que lo hacía y si le sumamos que ambos estábamos súper nerviosos todo se incrementaba.

— ¿Qué tal has dormido? —me interesé, tenía una cara de sobado que me causó gracia hasta que pensé qué yo estaría igual o peor y me entró el pánico.

— Súper bien la verdad —esbozó una fugaz sonrisa —. ¿Tú?

— De locos, pensaba que me iba a costar, pero lo cierto es que no, he descansado mejor que nunca —lo imité y le dediqué una sonrisa.

Se creó un silencio, para nada era incómodo, pero sí que hizo que me pusiera nerviosa. Al final no lo conocía, era el novio de mi amiga, pero lo conocí esa noche y aunque había oído hablar mucho de él, no tenía la confianza como para entablar una conversación como si nada. Siempre fui una persona bastante reservada, no me gustó compartir mi vida con los demás hasta que no tuviera una confianza extrema. Muchas veces lo tacharon de timidez, pero yo nunca fui tímida, simplemente me reservaba para la gente que le importaba. Según mi padre Sergio era una persona muy exclusiva que no dejaba que cualquiera entrara en su vida.

Marc se levantó de la cama y se acercó a mí, me puso nerviosa tenerlo tan cerca, fue raro, muy raro. Se me secó la garganta en cuanto su cuerpo se colocó sobre el mío. Duró segundos sobre mí, pero bastaron para acabar de ponerme nerviosa. Cogió su móvil y volvió a tumbarse en la cama. Vi como sonreía con picardía, lo hizo a posta, claro que lo hizo a posta. Rodé los ojos y me levanté de la cama. La camiseta se me había subido dejando todas mis piernas y parte de mi espalda al descubierto. Su mirada se fijó en mí, no se molestó en disimular. Hasta se quedó quieto mirando el tatuaje que sobresalía, noté como quiso decir algo, pero finalmente se quedó callado.

— Voy al baño —dije levantándome de la cama y por ende la camiseta cayó cubriendo mi cuerpo, tampoco mucho, pero sí lo suficiente como para no sentir incomodidad —. Vístete o al menos ponte unos pantalones —sugerí. Y no fue por mí, me dio absolutamente igual, pero si mis padres nos pillaban en aquellas circunstancias por mucho que les explicara la verdad, la situación se podría llegar a malinterpretar —. ¿Qué sueles desayunar?

Plaies d'amour ▪︎ MARC GUIUWhere stories live. Discover now