Cuando Laetitia conoció a Marc jamás imagino que tarde o temprano acabaría sintiéndose atraída por él. Ese amor prohibido, ese sentimiento de culpa, esas ganas de huir bien lejos. Él no pudo dejar de mirarla, Marc quiso adentrarse en el mundo de ell...
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- Este tío es gilipollas o que le pasa -me quejé levantándome del asiento en cuanto Marc le hizo una entrada a un chico del equipo contrario sin venir a cuento.
- ¡Laetitia! -me regañó Sergio por haber sido tan evidente.
- Sabes porqué lo ha hecho, ¿verdad? -susurré para que Carmen no pudiera oírme.
- Claro que lo sé, por eso mismo, disimula un poco más anda -me miró de forma seria, asentí con la cabeza apretando los labios.
Antes de que comenzara el partido, estuve hablando con Manu, el chico al que Marc le hizo la falta y con el cual había tenido algo en un pasado. Él fue mi primera vez en todo, íbamos juntos a clase y la verdad es que a pesar de lo que pasó entre nosotros, nos llevábamos muy bien. Siempre tuvimos una relación muy especial y bueno no fue a más porqué él fichó por otro equipo y se tuvo que marchar de Barcelona. No hablábamos a diario ni nada, pero siempre que venía a Barcelona quedábamos para vernos. Hablábamos y nos poníamos al día y no sé, a pesar de todo yo lo sentía como un amigo.
Y por supuesto que Marc era conocedor de esta historia y evidentemente le hizo la entrada a posta. No sé con qué finalidad, pero desde luego que no tuvo miramientos. Me cabreé, por suerte no fue nada y Manu se levantó y pudo seguir jugando, pero podría haber pasado algo grave.
- Se le ha ido la puta cabeza -murmuré quejándome, mi padre me dio un golpe en la pierna para que no siguiera con el tema.
- ¿Pasa algo? -Carmen se giró para mirarme, yo negué con la cabeza.
- Nada, no pasa nada -suspiré.
- Tata, me voy -dijo para mi sorpresa -. He quedado con Patri para ir a hacerse la ecografía.
- Vale -en cualquier otra situación le habría preguntado, pero preferí no hacerlo. ¿Para qué? Si lo más seguro es que me mintiera en la cara. Como tampoco estaba segura de que aquello fuera verdad, no insistí. ¿Qué se quería ir? Perfecto, mejor, así podía hablar con Marc sin tener que buscar una excusa. Todo pareció ir más o menos bien -. Ya me cuentas -le lancé un beso y ella se marchó.
- Disimulas fatal -se quejó Sergio -. Esto se va a ir de las manos por completo.
- ¿Qué quieres que haga? -gesticulé indignada.
- Callarte, es así de sencillo.
- Ojalá pudiera, pero es que este tío es gilipollas.
El partido terminó, mi padre me obligó a ir a saludar a la familia de Manu y aunque intenté negarme, no valió la pena. Me crucé de brazos y los saludé por puro compromiso. Me giré unos segundos, buscando a Marc y lo pillé mirándome mientras bebía agua. Aparté la mirada y apreté los labios. Sorprendentemente la familia de Manu fueron bastante majos con nosotros, los últimos recuerdos que tenía de ellos no eran precisamente buenos. No les llegaba a gustar para su hijo, pero al parecer esa perspectiva cambió.
