Capítulo 27

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Me quedé mirando un punto fijo, visualizaba la maleta que pedía a gritos que la deshiciera, pero no entraba en mis planes hacerlo. Di vueltas con la silla perdiendo la concentración por completo del estudio. Inglés, estaba harta de estudiar inglés, mira que tenía buen nivel, pero no había forma de que la profesora me tomara en serio y menos después de mi discusión con Toni. Me cogió una tirria increíble y tuve que pasar a esforzarme un poco más para sacar buena nota. Y yo odiaba estudiar, no había forma de que me esforzara un poco a sabiendas de que no dependía de mis esfuerzo, sino de cómo me tratara la profesora.

Por otro lado estaba el tema de Marc que no llegaba y me tenía desesperada. Me dijo una hora y aunque me había mandado un mensaje avisándome que llegaría más tarde, no podía esperar. Los minutos pasaban tan lentos, sentía que me sabía el tema y controlaba bastante bien el contenido que entraba en el examen. Inglés no fue una asignatura que me supusiera un problema, pero sí a la hora de poder subir la nota por culpa de las correcciones de aquella mujer. Cerré el libro de texto y me quedé mirando la habitación. Me dio el venazo y me puse a mover muebles, cambiando la distribución de la habitación mientras esperaba a que Marc llegara. No sé cuantas veces cambié la distribución a lo largo de mi vida, mis padres ya estaban más que acostumbrados.

- ¡Voy yo! -grité en cuanto sonó el timbre.

Salí corriendo cruzando todo el salón hasta llegar a la puerta. Abrí a Marc y esperé con ansias a que llegara. Tan solo habían pasado veinticuatro horas desde la última vez que lo vi. Y aunque aquel momento fue un tanto agridulce debido a la derrota del equipo, estar con él y apoyarlo fue una de las mejores sensaciones que viví. Porque siempre estuve ahí, en los buenos momentos, pero también quise estar en los malos. Demostrarle que podía contar conmigo para todo y que juntos podíamos con todo y más. La noche anterior apenas pude estar ahí para mostrarle todo mi apoyo, sucedió todo tan rápido que no pude decirle todo lo que me hubiera gustado. Su avión salió mucho antes que el mío, fue un viaje un tanto peculiar y a pesar del resultado negativo, mereció la pena ir. No jugó, pero allí estuve con él a pesar de todo.

- Estás demasiado enamorada -comentó Sergio, negué con la cabeza.

- Me hace ilusión verle -me encogí de hombros -. ¿Acaso a ti no te hace ilusión ver a papá cada vez que te despiertas? -arqueé una ceja, él sonrió e hizo el típico gesto de que prefería callarse.

Mi comentario le sorprendió y es que no era para menos ver como era la misma sensación, pero en épocas y edades distintas. Marc tardó más de la cuenta, el ascensor parecía no llegar nunca y a mí me desesperaba. Axel e Isadora me miraban desde el sofá expectantes, y solo podía pensar en si realmente estaba luciendo tan ridícula como parecía. Igual un poco dramática y exagerada sí que era, pero qué aburrida sería la vida sin ese toque de intensidad que a veces le ponía. Mis padres mandaron a mis hermanos arriba y yo lo agradecí, ya que Marc y yo íbamos a cenar juntos en el salón, ver la gala de OT y esperar a que Anthea no saliera expulsada aquella noche.

Plaies d'amour ▪︎ MARC GUIUWhere stories live. Discover now