Capítulo 15

3.7K 176 7
                                    

•••

Ups! Ten obraz nie jest zgodny z naszymi wytycznymi. Aby kontynuować, spróbuj go usunąć lub użyć innego.

•••

Me froté los ojos nada más abrirlos, la luz se colaba por los pequeños agujeros de la persiana. Estiré el brazo para agarrar el móvil y comprobar que no era tan tarde como pensaba. Me giré y no noté a Titi conmigo. Ella siempre madrugaba, no sé como podía levantarse tan temprano cuando podía dormir más los fines de semana. Escuché ruido fuera de la habitación, pero no quise salir. Me daba cosa enfrentarme a sus padres, aunque sabía que ellos estaban al corriente de todo, me dio apuro. Más que nada porque después de lo que pasó esa misma noche, no podía mirarlos de la misma forma.

Me metí a Instagram, como solía hacer cada mañana, y lo primero que hice fue meterme en el perfil de Laetitia ya que vi que había subido un par de historias. Sonreí al ver una foto de su madre de joven junto a un pequeño texto:

"Un beso al cielo. Te quiero mami, gracias por cuidarme desde allí arriba🤍✨️".

En la siguiente historia salía cantando, tocando un ukelele. Su voz era hipnótica, escucharla cantar conseguía transportarte a otro mundo.

Dime quién soy yo
La que manda la que ordena
La que lleva el timón
La que sufre las penas
Pero dime quién soy yo
La que canta cuando llora
La que ríe en los momentos
Cuando la pena me ahoga

Y entonces caí, era su cumpleaños y no me había dicho nada. Tampoco hablamos del tema, ni ella sabía cuando era el mío, ni yo cuando era el suyo. Me levanté de la cama, levanté la persiana y abrí la ventana para ventilar la habitación. Salí y me topé con Axel, el cual me miró con confusión, le removí el pelo y fui a buscar a Titi. Por suerte la encontré antes que a sus padres, estaba sentada en la terraza, con una manta, mirando al frente mientras sostenía en sus manos una taza con alguna infusión. Era adicta a las infusiones.

— Felicidades —murmuré desde dentro.

Percibí cómo sonrió. Se mordió el labio inferior y se volteó para mirarme. Aquella noche nos cambió por completo. Quizás ninguno lo esperábamos, pero tarde o temprano acabaría sucediendo.

— Gracias —susurró. Se destapó y dio un par de palmaditas al banco de madera para que me sentara a su lado —. ¿Así de sosa va a ser tu felicitación?

Sonreí mientras me rascaba la nuca, ella sonrió. Y es que tras besarnos y prometerle que iba a dejar a Carmen nos tumbamos en su cama. Estuvimos hablando largo y tendido, ambos nos abrimos y nos confesamos muchas cosas, creamos un vínculo muy especial y terminamos besándonos de nuevo, pero aquella vez sin pausa. Beso tras beso fuimos avivando la llama y acabamos matando la tensión que había entre nosotros. No nos arrepentimos de habernos acostado, pero sí que nos sentíamos culpables.

Me senté a su lado y la agarré del cuello. Estampé mis labios sobre los suyos y la besé. Su boca y la mía volvieron a coincidir demostrándondose las ganas que se tenían. Besarla sin reprimirme se volvió un deseo que se hizo realidad. Lo imaginé tantas veces que me parecía irreal que acabara ocurriendo.

Plaies d'amour ▪︎ MARC GUIUOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz