Capítulo 6

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— ¿Qué hay de cenar? —pregunté en cuanto entré en la cocina

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— ¿Qué hay de cenar? —pregunté en cuanto entré en la cocina.

— Nos hemos saltado un poco el menú —sonrió Sergio mirando a mi padre —. Hoy no hay cena ligerita, hemos preparado patatas gratinadas con un poco de salmón a la plancha.

— ¡Eres el mejor! —exclamé abalazándome sobre él.

Las patatas gratinadas desde bien pequeña eran mi comida favorita. Recuerdo esperar con ansias frente a la puerta del horno preguntándole a Sergio que cuanto quedaba para que se hicieran. Tuve mucha suerte de que a mi padre le gustara tanto cocinar, todos los domingos preparábamos postres juntos, fue una forma de pasar tiempo juntos. Si algo me gustó siempre de él fue que nunca intentó suplantar el lugar de mi madre, se acomodó muy bien en la familia, estuvo a mi lado prácticamente toda mi vida, desde que tenía un año me crié con él y para mí reflejaba muy bien la otra figura que necesitaba a mi lado. Mi padre y Sergio se conocieron en Marbella, cuando mi padre vino a España de Erasmus, eran compañeros en la universidad de Málaga y poco a poco fue surgiendo algo entre ellos, aunque finalmente mi padre se decantó por mi madre. Tiempo después volvieron a coincidir en Sitges mientras estaban de vacaciones y surgió el amor entre ellos de nuevo.

— ¿Qué tal las clases? —me preguntó Sergio mientras me sentaba en la mesa.

— Bien, papi —sonreí —. El examen que tuve hoy me ha salido regular, pero no quiero ser pesimista, igual saco buena nota —me encogí de hombros.

— Seguro que sí y sino no pasa nada —me guiñó el ojo —. ¿Con Marc? —Demasiado tardaron en sacar el tema, me mordí la parte interna de las mejillas pensativa, dudando en si contarles la verdad, hacerme la loca o hacer una selección de lo que sí y lo que no debería decir.

Nunca les escondí nada, con ellos siempre fui sincera y creo que eso fue clave para tener la relación tan buena que tenía. Si que es verdad que había cosas que me guardaba para mí, no les contaba todo, pero sí gran parte de mi día a día. Necesitaba consejos con los que afrontar la vida, era muy independiente, pero siempre necesité hablar y vaciarme y quién mejor que ellos para poder hacerlo sin sentirme juzgada.

— En su casa, supongo —respondí obviando el tema. Me hice la loca, como si no hubiera entendido hacia donde iba la pregunta.

— Amor —mi padre arqueó una ceja, me crucé de brazos y fruncí ligeramente los labios.

— Es guapo —confesé —, pero me cae mal. No sé, es muy insoportable, me mira raro, se cree el mejor y encima me raya la cabeza con los mensajes que me manda. Es el novio de Carmen y sé que no tengo que acercarme, pero hay veces en las que no puedo tomar distancias.

— ¿Te gusta? —mi padre se sentó a mi lado, yo me limité a encogerme de hombros algo dubitativa.

— Físicamente sí —admití —. No lo conozco lo suficiente, bueno digamos que no lo conozco más allá de las cuatro veces que hemos coincidido y en dos de ellas hemos terminado discutiendo. Carmen sospecha que a Marc le gusta otra chica y me preocupa ser esa chica.

Plaies d'amour ▪︎ MARC GUIUTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon