Capítulo 8: La ilusión del amor continua

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Una pelinegra de mejillas sonrojadas y bata de color rosa, se encontraba entre los brazos de un apuesto hombre de mirada penetrante, que llevaba puesta una bata de color azul.

Nunca me dejarás, ¿verdad?, dijo Milk con cierto temor.

¿No comprendo tu pregunta Milk?, por qué tendría que dejarte, si ahora estamos más unidos que antes, ya somos de verdad una pareja, contesto Black, dándole un fugaz beso en los labios a la pelinegra.

Papá también me quería mucho, y sin embargo viajaba mucho, y yo, y yo me sentía sola, agrego la pelinegra, con nostalgia.

No me compares con tu padre, él es ello tu padre, yo soy tu marido, y tú mi bella mujercita, dijo Black apegándola más a él, haciendo una pausa para agregar: No quiero mentirte, por trabajo habrá días en lo que llegue tarde o tal vez viaje, pero no tienes por qué sentirte sola, pues yo te llamare a todas horas.

¡Gracias por tus palabras! dijo Milk con dulzura.

No hay nada que agradecer hermosa, mejor démonos un baño y cambiémonos de ropa, que quiero desayunar, agrego el joven de mirada penetrante.

¿Qué quieres que te prepare para el desayuno?, contesto la pelinegra.

Saldremos a tomarlo fuera, de paso que conocemos mejor el pueblo, dijo Black.

Es una gran idea, pronunció Milk.

Lo sé, pero antes, a darnos un baño, contesto el joven de mirada penetrante, mientras se ponía de pie.

Entra tú primero, luego lo hago yo, respondió la pelinegra con las mejillas sonrojadas.

Ya somos pareja Milk, es normal que...., expresaba Black.

Dame tiempo, todo esto es nuevo para mí....., decía la pelinegra.

¿Y crees que para mí no lo es?, contesto el joven de mirada penetrante con firmeza, causando cierto temor en la pelinegra.

Yo,..., yo no quise decir ello, pronunciaba en tono nervioso la pelinegra, haciendo que su pareja note su error.

¡Disculpa! no debí hablarte así, es solo que, aunque lo dudes, tu para mí también fuiste la primera, solo que al ser hombre pues yo conozco algunas cosas más que tú..., decía Black.

No tienes que darme explicaciones, ¡discúlpame a mí! yo soy un poco vergonzosa, expreso Milk.

Olvidemos estos si hermosa, tomare el baño yo primero, luego lo haces tú, respondió el joven de mirada penetrante, dándole un fugaz beso en los labios a la pelinegra, mientras pensaba: Milk no tiene por qué saber que no fue la primera, además me conviene quedar como el chico perfecto ante sus ojos, así la enamoro más de mí.

1 hora después:

Black y Milk abandonaron el departamento, para ir a desayunar en algún café del pueblo. Justo cuando iban a subir al auto del joven de mirada fría, un pequeño quejido llamo la atención de ambos.

¿De dónde viene ese ruido?, dijo Black, tratando de ocultar su molestia.

Parece que, de abajo del auto, contesto la pelinegra inclinándose para ver bajo el mismo. Pobrecillo, ahora te ayudo, pronunció Milk, llamando la atención de su pareja.

¿Qué es Milk?, expreso el joven de mirada penetrante.

Un cachorrito, y está herido, dijo la pelinegra mientras sacaba al mismo, sin importarle ensuciarse su ropa.

Minutos después:

Hay que curarlo, decía Milk, ya teniendo al cachorrito en sus manos.

ROMPIENDO CADENASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora