Capítulo 11: El inicio de los rumores

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Un joven de mirada fría escuchaba con molestia los comentarios de sus compañeros, cuando de repente entro al ambiente donde estaba una joven de cabellos cobrizos, quién evitaba mirarlo, aumentando su molestia.

Yuna, ven con mi equipo, pronunció uno de los jóvenes.

Claro, dijo la nombrada.

4 horas después:

La joven de cabellos cobrizos se puso de pie, para ir almorzar, siendo seguida por el joven de mirada penetrante.

Yuna, espera, expreso Black.

¿Se te ofrece algo?, contesto la joven con calma.

Sí, necesito hablar contigo, agrego el joven de mirada penetrante.

No creo que tengamos nada de qué hablar, dijo Yuna.

Ya sé que Hit te estuvo hablando de mí....

Minutos después:

Sí gustas, ¡vamos a mi departamento! para que compruebes que vivo solo, decía Black.

No creo que sea para tanto, contesto la joven.

Es que necesito que me creas Yuna, yo, estoy solterito, agregaba el joven de mirada penetrante.

Bien, te creeré, contesto la joven.

Entonces, ¿almorzamos juntos?, agrego Black.

Está bien, dijo Yuna.

En tanto:

Una rubia de cabello corto caminaba por un pasillo, mientras platicaba con otra joven.

Black es encantador, aunque también muy mujeriego, por ello te aconsejo no te dejes envolver por sus técnicas de seducción, decía la joven.

No te preocupes, ya lo conozco, respondió Dieciocho, cuando el sonido de su celular interrumpió su plática. ¡Disculpa! acoto la joven.

No hay problema, dijo la joven, mientras la rubia tomaba la llamada.

Si, voy para allá Bulma, pronunció la rubia, mientras caminaba por el pasillo.

Bien, yo llamo a Milk, escucho.

Minutos después: "Departamento de Black y Milk"

Me encantaría, pero hay un pequeño problema, decía Milk.

¿Cuál?, escucho.

No sé cómo llegar a ese lugar, agrego la pelinegra con cierta nostalgia.

No te preocupes Milk, dame la dirección del lugar donde vives, y yo le pido a mi Vegui que pasemos por ti, escucho.

Bien, vivo en....

Mientras tanto:

Una rubia de cabello corto caminaba presurosa a abrir la puerta de un auto, sin notar que ese auto había sido detenido por otra persona, la cual al estar presuroso no había notado las intenciones de la joven y sin darse cuenta, termino colocando su mano sobre la mano de la rubia, haciendo que esta pose su mirada molesta sobre él.

¡Disculpa! yo, había detenido el auto, decía de manera nerviosa un joven calvo, mientras miraba embobado a la rubia.

¡Ah sí! No me había dado cuenta, ¡discúlpame entonces! respondía la joven.

Pero no hay problema puedes tomar tú el taxi, decía con voz temblorosa el calvo, haciendo que la rubia lo mire con ternura.

No, como crees, esperare otro, decía Dieciocho, mientras el chofer los miraba desesperado.

ROMPIENDO CADENASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora