Capítulo 14: Los rumores crecen

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Por los pasillos de una emisora radial caminaba un apuesto joven de cabello alborotado, cuando de repente su caminar se vio interrumpido por una mujer de cabello negro largo ondulado y ojos verdosos.

¡Hola chico lindo! dijo la mujer, mientras se acercaba al apuesto joven a besar su mejilla.

Buen día, Hayaka, ¿verdad?, pronunció Gokú.

No seas tan formal, llámame por mi nombre, Arimi, respondió la mujer.

Bien, dijo con calma el joven de cabello alborotado.

Ya va a empezar tu programa, ¿verdad?, contesto la mujer, mirándolo fijamente.

Sí, en 15 minutos, expreso Gokú.

El mío va después del tuyo, pero quise venir antes por ti, agrego la mujer, al tiempo que un calvo salía de uno de los ambientes del lugar que daban al pasillo donde estaba la mujer y el joven de cabello alborotado.

Gokú, apresúrate, en 10 minutos empezamos, pronunció Krilín, interrumpiendo la plática.

Suerte en tu primer programa, agrego el joven de cabello alborotado, antes de continuar su camino.

Gokú Son, tienes que ser mío, pensó la mujer, mientras veía alejarse al nombrado.

En tanto:

Una pelinegra escuchaba lo que una de sus vecinos le decía, mientras compraba en el supermercado.

Entonces debí de haberme confundido, decía la mujer.

Si, se confundió. Black estuvo trabajando para fiestas, respondía Milk con calma, mientras colocaba unas verduras en una bolsa, mientras pensaba: No es la primera vez que alguien me dice que vieron a Black en algún pub o playa, cuando él está en su trabajo, pero no por ello, puedo desconfiar de él.

2 horas después:

Milk, retornaba con sus bolsas al edificio donde vivía, cuando de repente alguien se acercó a ella.

Te ayudo, dijo una voz, haciendo que la joven pose su mirada en la persona que le hablaba. Yo soy tu vecino de piso, ¿no me recuerdas?, agrego un joven.

¡Eh! la verdad..., contestaba Milk un tanto dudosa.

Jiren, ese es mi nombre, hace poco me mude al departamento que esta frente al tuyo, acoto el nombrado, tomando la bolsa.

Ya te recordé, dijo la pelinegra, haciendo una pausa para añadir: Yo puedo llevar las bolsas.

Tal vez si estás sola, lo debas hacer, pero habiendo un hombre, no, añadió Jiren con amabilidad, haciendo una breve pausa para añadir: Yo la llevo.

¡Gracias! pronunció Milk.

El par de jóvenes caminaron hacia un ascensor y lo abordaron, durante el trayecto Jiren empezó hablar sobre él, mientras la pelinegra solo se limitó a escucharlo.

Minutos después:

Un placer poder servirte Milk, pronunció Jiren, tras dejar las bolsas en la puerta del departamento donde vivía la pelinegra.

¡Gracias! nuevamente, contesto la joven, mientras su pequeña mascota se acercaba a ella a acariciarla con su cabecita.

Era tuyo, agrego Jiren.

¿Qué?, dijo Milk.

El perrito, respondió el joven.

Sí, es mío, pero como el departamento no es muy amplio, se queda fuera de este, añadió la pelinegra.

ROMPIENDO CADENASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora