capítulo 14

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Tras lo ocurrido esa noche, ya nada volvió a ser igual para Jungkook, de pronto no se concentraba en su trabajo y se pasaba el día entero pensando en los maravillosos momentos que había compartido con ese omega. Su entrega, su fuerza, su pasión le gustaron y deseaba poder repetir. El problema era que Kim Taehyung lo evitaba. En el edificio lo había visto muy poco y de lejos. Se enteró de que Taehyung estaba utilizando el estacionamiento subterráneo. Al dejar su coche, subía directamente al elevador que lo llevaba a su piso y Jungkook casi siempre estaba en recepción.
En sus recorridos entre pisos tampoco logró verlo. Y eso estaba frustrándolo. Ya que su mente era todo un desastre, una parte de él decía que se olvidara de una vez por todas del arrogante omega, pero otra parte lo atraía irrevocablemente a él.
Las razones para olvidarse del omega eran muchas, y también muchas más que las razones para intentar tener un acercamiento a él. Su lado irracional ganó. Como no sabía dónde vivía, Jungkook optó por acecharlo en el trabajo. A la hora de la salida esperó pacientemente en el estacionamiento.
Tras una columna lo vio aparecer, venía elegantemente vestido en su traje color gris y se veía realmente agotado. Cuando lo vio abordar su auto.
Jungkook supo que era entonces o nunca.
Jungkook estaba muriendo de hambre y los suministros que Yoongi le había llevado a casa tres días atrás, ya estaban en números rojos y no deseaba pasar en esos momentos por su local, pero se estaba quedando sin opciones. Las investigaciones sobre lo ocurrido habían arrojado un dato muy interesante, según el investigador privado, había encontrado distintas denuncias sobre omegas que habían sido drogados y atacados sexualmente, eso por su parte era un alivio. Quería decir que su atentado fue al azar y no algo deliberado por alguien que lo odiara.
El problema era que, según el reporte, el atacante no desistía de su intento tan fácilmente. Si el omega que drogo por algún motivo se salvaba la primera vez, el atacante insistiría hasta conseguirlo. ¡Maldita sea! Eso quería decir que era un objetivo y tenía que estar alerta. Su caso no fue reportado a las autoridades, ni siquiera tenía sentido que lo hiciera, un ataque a un omega no era algo que la policía consideraba relevante. Y los pocos casos que existían denunciados sobre este psicópata, solamente estaban archivados, pero nadie investigaba. Era realmente frustrante. No quería ni imaginar el esfuerzo que representó para esos omegas denunciar su violación y para colmo no eran tomados en serio. ¡Maldita sociedad de mierda!
Respecto a las provisiones, decidió que por el momento comprar comida enlata era una opción, mañana se pondría de acuerdo con Yoongi para una entrega de alimentos a domicilio.  Era mucho mejor para Taehyung que Yoongi fuera a su casa o que enviara las cosas con Jimin. Por el momento se las arreglaría con sopa para recalentar.
Abrochándose el cinturón de seguridad, puso música y empezó a tararear. Con tranquilidad, arrancó el coche, se echó en reversa, pero al ver que alguien se le atravesaba, frenó en seco. Asustado, salió del vehículo dando un portazo.
—Pero ¿Tú estás tonto o qué?
Gruñó molesto al tonto Alfa que lo miraba con suspicacia.
—No. Pero esta era la única forma de llamar tu atención.
Taehyung apretó los dientes.
—¿Acaso pretendes que te atropelle otra vez?
—Si el resultado final es como el de aquel día, no me importaría… Se mofó él. Taehyung entrecerró los ojos.
—Serás idiota, estaba drogado.
—Cierto, esa parte podemos omitirla. Pero podemos repetir todo lo sucedido después de que casi me matas con tu coche.
Lo ocurrido aquel día no era para bromear, en verdad Taehyung estaba preocupado. Pero extrañamente sonrió. Jungkook se acercó a él. Taehyung no hizo nada cuando él lo sujetó del brazo y de un tirón lo acercó a su cuerpo.
Luego, sin decir nada, lo besó con ímpetu y pasión. A Jungkook le temblaron las piernas al notar el calor extremo que él le provocaba, en mitad de aquel estacionamiento donde inició todo.
—¿A qué juegas?
Preguntó Taehyung apartándose para respirar.
—Aquella noche te marchaste.
Jungkook frunció los labios y arrugó la nariz.
—Te encerraste en el baño y no tenía la menor idea de que esperar.
Taehyung apretó los labios para no decir una tontería, ciertamente fue su culpa en un inicio, pero en su defensa diría que fue el momento en que recibió el reporte del investigador, y no le había sentado nada bien. Cuando salió de la ducha y no encontró a Jungkook, Taehyung se sintió… Aliviado.
—Tarde o temprano habría terminado mi ducha.
Afirmó a la defensiva.
—¿Y qué hubiera sucedido después?
Preguntó Jungkook mirándolo con los ojos entrecerrados.
—El hubiera no existe Superman.
Comentó con burla, a lo cual Jungkook respondió dándole un azote en el trasero.
—¿Acaso estás loco?
Gruñó molesto. El alfa sonrió.
—Sí, y algo excitado también.
—¿Excitado? No me extraña, es una cualidad de los alfas, siempre parecen animales en celo.
—Tal vez.
Jungkook no se ofendió por el comentario.
—Ahora decide ¿En mi cama o en la tuya?
—En ninguna ¡suéltame!
Gruñó, pero Jungkook no lo soltó.
—Mi casa o la tuya. Tú decides.
Insistió, mientras un coche pasaba por un costado de ellos.
—Ni lo sueñes.
—Vamos, no te resistas, señor Kim. Me deseas, acéptalo. Ten por seguro que si supiera que no puedo estar contigo, desistiría, pero la sensación que tengo es realmente encajamos bien.
Taehyung lo miró incrédulo.
—La arrogancia es otra cualidad de los alfas.
Dispuesto a conseguir lo que deseaba, Jungkook acercó de nuevo su boca a la del omega
—Escucha, cabezota, me deseas tanto como yo a ti. Tú me fuiste a buscar esa noche al bar y ahora el que te busca soy yo a ti. Quiero volver a hacer lo que hicimos y no voy a cesar de pedirlo hasta que me digas que sí.
¿Y sabes por qué?
Taehyung negó con la cabeza
— Porque el otro día vi en ti a un hombre que hasta el momento nunca había visto.
Taehyung sintió que su boca se resecaba. Este era el problema que tenía con este alfa. No mantener la distancia y dejaba que sus muros cayeran cuando estaba con él. Algo que por lo general nunca permitía.
—No sé de qué estás hablando. Yo soy el mismo en cualquier lugar.
Se defendió. Jungkook lo volvió a besar. Esta vez lo apretó más contra su cuerpo para que sintiera su dura erección.
—Vamos a mi casa.
—¿Por qué no escuchas lo que te digo? Ya te dije que no.
Taehyung le sonrió.
—Te aseguro que no vas a escapar de mí tan fácilmente.
—Solo tienes dos opciones, mi casa o la tuya. Aunque te advierto, si me metes a tu cama, dudo mucho que podrás correrme después.
Taehyung frunció los labios. Con este tipo de insistencia dudaba que alguien pudiera resistirse.
—Está bien, Jungkook, elijo tu casa. Pero iré en mi automóvil.
—Sí, iremos en tu auto.
Afirmó Jungkook.
—Mi moto puede quedarse aquí. No me fío de ti, podrías escapar.
—Pero…
—Sin peros, anda, sube al coche.
Resignado entró en el coche y Jungkook abordó en el asiento del copiloto.
Taehyung aún seguía sin entender cómo se había dejado embaucar por aquel hombre.
No hablaron mucho en el trayecto a al edificio del alfa. En silencio entraron en el departamento de Jungkook. Claramente, era un apartamento de soltero dada la escasa decoración. Aunque no era excusa, Taehyung también era soltero, pero amaba su apartamento y realmente se esforzaba porque fuera cómodo y funcional. Criticar el apartamento de Jungkook fue un pensamiento vago e insignificante que desapareció cuando sintió al alfa colocarse a su espalda.
Sin decir palabra, Jungkook besó la parte de atrás de su cuello. Taehyung no utilizaba collar para proteger su nuca todo el tiempo. Lo usaba solamente cuando follaba en bares con personas al azar. Pero ese día no había tenido intención de hacerlo. ¿Y si Jungkook lo mordía por accidente?...
Jungkook estaba descubriendo que era adicto al olor, este omega, el ver la pasión en él cuando se corría y la manera que gritaba tenía un efecto afrodisíaco que encendía la sangre de Jungkook.
—Me encanta tu olor.
Jungkook besó las palabras en la piel mientras su lengua seguía un rastro por el cuello del omega. Taehyung gimió, empujó su culo hacia la ingle de Jungkook. Presionó su erección contra los redondos globos del omega, sus necesidades aumentaron en espiral con ese acto. Jungkook pasó su mano por arriba de la espalda del omega y suavemente lo empujó hacia el respaldo del sofá. Deslizó sus manos dentro de los pantalones y lentamente los bajó hasta los tobillos de Taehyung. Jungkook depositó una lluvia de besos por la columna de Taehyung y entonces sobre cada montículo antes de pasar su lengua por la apretada estrella.
—Oh, infiernos.
Taehyung levantó una de las piernas y empujó su trasero hacia atrás, moviendo su cuerpo hacia la lengua de Jungkook. El alfa lamió alrededor de su arrugado agujero, su pulgar se deslizó dentro hasta que su lengua siguió el rastro hacia el sur, pasando sobre las bolas de Taehyung
—Jungkook, por favor. Hazlo ya.
Taehyung gimió. Sexo era algo que Nikolái sabía hacer bien, y él iba a darle ese regalo al omega una y otra vez. Taehyung parecía florecer cuando Jungkook lo tocaba.
—Jódeme, ahora.
Taehyung demandó con un gruñido. Jungkook sacó un pequeño tubo de lubricante de su bolsillo y lo vertió en el rosado agujero del omega. Lanzó el paquete vacío a la mesilla mientras empujaba tres dedos al interior. Los omegas se autolubricaban muy bien y no necesitaban mucha preparación, sin embargo, Jungkook siempre los estiraba primero. No era tan idiota como otros alfas. Cuando el cuarto dedo entró cómodamente en el interior, Jungkook sabía que él estaba listo. Sacando a toda prisa un preservativo de su bolsillo, se lo colocó y tomando su pene, Jungkook lo alineó y entonces lo hundió profundamente en la dulce y gloriosa estrella.
Al inclinarse hacia delante su vista quedó clavada en la nuca desnuda del omega, sus caninos comenzaron a doler con las poderosas sensaciones que lo recorrían, era una tentación inclinarse un poco más y... Salió de su aturdimiento cuando la cabeza de Taehyung cayó hacia atrás, a sus hombros. Sentía que nunca se había sentido así antes. Jungkook deslizó su mano hacia abajo y pasó un dedo sobre el pene del omega.
—Oh mi dios, Jungkook. Sí, más Taehyung gimió. Jungkook lentamente comenzó a moverse.
—¿Te estoy lastimando?
Jungkook preguntó mientras se empujaba adentro y afuera.
—No, no me lastimas. Quiero más. Siii.
Taehyung siseó aferrándose al respaldo del sofá. Taehyung movió sus caderas para empalarse totalmente en el pene de Jungkook. Jungkook lo fijó sosteniéndolo en la base de su pene. Una vez que lo tuvo firmemente, se empujó duro, dándole a Taehyung el placer por el que desgarraba el acolchado del respaldo del sofá. Inclinándose hacia adelante, Jungkook tomó las caderas de Taehyung, deteniéndolo mientras cubría la espalda de Taehyung con su pecho.
—Sostente Taehyung. Quiero que sientas esto.
Su voz era gruesa en el oído de Taehyung. Jungkook cerró los ojos, estaba en el borde.
—Muévete, Superman. Voy a correrme.
Taehyung jadeó.
—Córrete para mí. Déjame sentir tu cuerpo explotar.
Jungkook gimió en su oreja y Taehyung gritó. Jungkook tomó la base de nuevo, entrando en el omega, besando el cuello del omega mientras el cuarto explotaba alrededor. Brillantes luces brillaban mientras se corría. El pecho de Jungkook se expandió y contrajo con fuerza mientras veía al omega pegado debajo de él. Esa era la vista más erótica que podría ver. Pasó sus manos sobre la espalda de Taehyung sintiendo el sudor cubriendo la espalda del omega. Jungkook lentamente removió su flácido pene y jaló a Taehyung a sus brazos, sosteniéndolo fuerte y sin ganas de querer dejarlo marchar.
Minutos más tarde habían conseguido llegar a la ducha. Y en ese lugar el deseo los atrapó de nuevo. Jungkook llevaba muchos años sin sentir que otras manos le enjabonaban la espalda y, cerrando los ojos, disfrutó. Y cuando los labios de Taehyung se posaron en su cuello, sonrió. Dejo que Taehyung hiciera lo que quisiera con él.
Taehyung, aquel gruñón omega que siempre lo sacaba de sus casillas, en la intimidad estaba resultando ser un omega dulce, sensual y mimoso.
Taehyung estaba totalmente sorprendido por lo que estaba ocurriendo, disfrutó tanto o más que el alfa. Ya estaba ahí y tenía a un alfa bien dispuesto ¿Por qué no aprovechar? Después de todo con el problema de su acosador, Taehyung no podía tener sexo con cualquiera en este momento.  Jungkook lo sorprendió cuando se agachó ante él, cogió su pene y se lo metió en la boca, se tuvo que agarrar a los mandos de la ducha para no caerse de la excitación. El alfa lo chupó con mimo. La presión de sus manos en su escroto y de su boca en su pene lo hizo jadear y cuando sintió que se iba a correr, lo paró.
—Si sigues, no voy a poder parar.
—Pues no pares Replicó él capturando de nuevo entre sus labios aquel ancho y duro pene. Taehyung se apoyó en la pared y decidió seguir su consejo. Jungkook, deseoso de él, le agarró las duras nalgas del culo y disfrutó. Abrió la boca todo lo que pudo para darle cabida al pene y lo obligó a introducirse una y otra vez en su boca.
El corazón de Taehyung no dejaba de latir acelerado, sus piernas no dejaban de temblar, él soltó un gruñido varonil acompañado de espasmos y apretó las caderas contra el rostro del alfa, se dejó ir.
Instantes después, Jungkook se levantó del suelo de la ducha y, mojándose la cara con el agua, se limpió los restos de semen. Después, acercó su cuerpo al de él, que seguía con los ojos cerrados, y murmuró:
—Que sepas que me debes un orgasmo.
Taehyung asintió, todavía en una nube. Lo que Jungkook acababa de hacerle había sido algo colosal, diferente. Su manera de tocarlo, de poseerlo, de exigirle, lo había dejado sin voluntad ni aliento.
—Te debo lo que tú quieras, Superman.
Varios minutos después salieron de la ducha y entraron desnudos a la habitación. La diversión continuó hasta bien entrada la madrugada; sin embargo, horas más tarde, mientras Jungkook dormía, Kim Taehyung se escabullo de la cama como siempre lo hacía.

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