capítulo 19

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Jungkook se enorgullecía de sus instintos, muchas veces sé salvo en medio del campo de batalla gracias a ellos. Muchos soldados afirmaban, que mucho mejor que un arma, era tener un sexto sentido.
Pues aunque ahora no estaba en la guerra, sus instintos no le fallaban.
Ciertamente, contemplar como Eduard abordaba su auto y la forma en la que se quedó pensando por varios segundos, le indicó a Niko que algo andaba mal. No fue correcto seguirlo en su motocicleta. No era apropiado intervenir. Sin embargo, ahí estaba.
El club Luxatic era un club nocturno muy… ruidoso, pensó Jungkook.
Apenas estaba dando vuelta a la esquina después de aparcar la motocicleta y el ruido proveniente el interior ya le estaba reventando los tímpanos. Al llegar a la calle principal pudo ver la gran fila de personas esperando ingresar. Fue fácil darse cuenta de que todas las personas en la fila eran betas. Eso le dio una pista sobre que al ser él un alfa tendría la posibilidad de entrar primero. Por supuesto que en ese tipo de lugar daban prioridades a gente con dinero, pero esta sociedad, el género también era importante, no era como si estuvieran exigiendo enseñar tus tarjetas de crédito, la mayoría daba por sentado que al ser alfa tenías la vida resulta <<Incrédulos>>.
Ajustándose la chaqueta y despeinando un poco su cabello, Jungkook avanzó con seguridad hacia la entrada. Era un alfa después de todo, y los demás lo veían con deseo y lujuria, vistiera lo que vistiera. Por su parte, Jungkook los ignoraba y seguía decidido en su camino hacia la entrada ignorando completamente la fila, esperaba tener suerte con el guardia de la puerta.
Dos hombres betas vestidos de trajes negros custodiaban la entrada, a esa altura el ruido de la música ya era demasiado, estaba seguro de que terminaría con dolor de cabeza. Jungkook se acercó a uno de ellos, y seguro de sí mismo mencionó que alguien lo estaba esperando y le entrego un billete de cien dólares disimuladamente. Este parecía ser un club exclusivo y estaba seguro de que si mencionaba el nombre de Taehyung lo dejarían entrar.
Su soborno debió ser convincente por el hombre, asintió y abrió la franja roja dejándolo entrar, ignorando las protestas de los demás en la fila. Le dolió entregar ese billete, pero era un mal necesario.
Si antes el ruido de la música era insoportable, ahora sentía que los tímpanos le iban a reventar en cualquier momento, los olores entremezclados de sudor, perfume, alcohol y excitación lo hicieron marearse. Llegó a una baranda, la cual permitía ver el centro del local que resultó estar un piso por abajo, se paró en la barandilla que bordeaba todo alrededor, en el centro había una gran pista de baile, la cual estaba llena de cuerpos sudorosos restregándose unos contra otros.
Jungkook escaneó todo el lugar en busca de Taehyung, pero era difícil distinguirlo, la tenue iluminación hacía difícil distinguir los rostros, el lugar estaba lleno. En la parte superior había mesas con pequeños sofás de color rojo, había parejas de todo tipo haciendo cosas que la oscuridad les permitía, no escandalizaba ver a las parejas teniendo sexo en público. Lo que sucedía era que se le retorcían las entrañas al pensar que podría encontrarse a Taehyung en alguna de esas situaciones. ¿Por qué había venido aquí? Jungkook apretó los dientes, era mejor que dejara de hacerse el loco.
Taehyung y él no eran nada y si el omega decidía buscar a otro amante, Jungkook poco podía hacer al respecto.
Después de que recorrió toda la parte superior y de no encontrar nada, se dirigió por unas escaleras en forma de caracol a la parte inferior. Jungkook no era claustrofóbico, pero comenzaba asfixiarse ahí. En esta zona, también había apartados privados donde más parejas estaban haciendo lo suyo protegidos por la oscuridad y la intimidad. Algo le llamó la atención en una de las tarimas del fondo, un gruñido escapó de sus labios al darse cuenta de que Taehyung estaba ahí junto con otro grupo de chicos y chicas que bailaban, un grupo de hombres los rodeaban mientras gritaban y silbaban. Jungkook sintió cómo la furia se apoderó de él, antes de poderlo evitar ya estaba luchando contra la marea de personas con tal de llegar a Taehyung ¿Cómo era posible que se exhibiera de esa manera para esos hombres? Si tanto deseaba compartir sexo con alguien, pues ahí estaba él, eran pensamientos muy poco amables, pero estaba furioso, estaba luchando contra el deseo de arremeter a golpes contra estos idiotas que gritaban estupideces.
Fue solo hasta que se encontraba a un par de metros de él que se dio cuenta de algo, había cinco omegas en la tarima, cuatro de los cuales bailaban sugestivamente hacia sus espectadores. Se movían, se tocaban entre ellos mismos y compartían miradas de deseos hacia los alfas y betas que los vitoreaban. No obstante, el omega en la esquina a la derecha ni
siquiera se daba cuenta de los demás. Bailaba seximente, pero parecía ajeno a todo a todos. Ni siquiera miraba hacia ellos, tenía el rostro hacia arriba, los ojos cerrados y estaba... Descalzo. Se había quitado el saco, la corbata y desabotonado la camisa.
A pesar de la furia que lo carcomió, sonrió, se dio cuenta de que él no estaba tratando de seducir a los alfas para conseguir sexo. Él estaba perdido en él mismo y disfrutaba del momento.
—¡Eh! ¡Guapo! ¡Mírame!
Un alfa estaba tratando de llamar la atención de Taehyung, Jungkook alcanzó a interponerse antes de que el alfa tuviera la oportunidad de acercarse más.
—¡¿Qué haces idiota?! ¡Apártate! Yo lo vi primero.
Gritó el alfa, para su fortuna el tipo era varios centímetros más bajo que él, Jungkook lo sujetó por la camisa y lo alzó lo suficiente para que su rostro quedara cara a cara con el suyo.
—¡Aléjate!
Gruñó amenazadoramente, dejando fluir sus feromonas.
—¡Ahora!
El olor a miedo que provino del hombre no lo alteró en lo más mínimo, lo liberó no muy amablemente y el alfa sin perderlo de vista comenzó a caminar hacia atrás. Solamente cuando estuvo seguro de que el tipo no regresaría se giró para enfrentarse al Taehyung, el cual seguía bailando inconsciente a todo lo demás.
A pesar de lo molesto que estaba se tomó un segundo para observarlo, él estaba apetecible, todo desarreglado, la ropa se pegaba perfectamente a su cuerpo detallando a la perfección sus curvas seductoras, mientras bailaba contoneando las caderas. Nuevamente otro alfa intentó acercarse y con eso Jungkook tuvo suficiente, sin detenerse a pensar las consecuencias de su acción, alcanzó Taehyung tomándolo por la cintura, lo empujó sobre su hombro.
—¡¿Qué haces?! ¡Bájame!
Jungkook caminó con su carga hacia un rincón donde vio una mesa desocupada, él sacó y los zapatos de Taehyung estaban ahí, durante el camino Taehyung luchó por liberarse, golpeado su espalda y sus piernas no dejaban de patearlo. Al llegar a una parte alejada, lo bajó. Estaba más que dispuesto a sacarlo de ahí, pero, aunque pudiera salir con él sobre su hombro, sería complicado con tanta gente. Cuando colocó a Taehyung sobre sus pies, tuvo que sostenerlo cuando se tambaleó.
—E … Eres… un idiota Fue entonces cuando Jungkook se dio cuenta de que él había tomado, con una mano levantó su rostro y apartó el cabello de su cara.
—Estas, ebrio.
No era una pregunta, ahora que lo tenía cerca podía oler su particular aroma mezclado con el desagradable y agrio olor del licor. Él lo miró con ojos nublados y desenfocados, los cuales se abrieron de golpe cuando lo vio, era lógico pensar que él no lo esperaba verlo ahí e ignoraba quien la había bajado de la tarima.
—¿Cómo...? ¿Qué…? ¿Haces aquí?
Taehyung miró hacia todos lados.
—Los omegas de aquí te saltaran encima como lobos hambrientos.
Susurró, pero alcanzo a escucharlo ¿Acaso le importaba eso a él?
¿Acaso estaba celoso? Taehyung colocó sus manos sobre su pecho, tuvo que recurrir a su autocontrol para no gruñir ante su toque.
—Hora de irnos.
Le dijo; sin embargo, esas tres palabras lo alteraron, puesto que Taehyung lo miró al mismo tiempo que trataba de empujarlo lejos.
—¡Nooooo!
Gritó tratando echarse hacia atrás, pero él no lo permitió.
—¡No me quiero ir!
—Estas, ebrio, debemos irnos.
—Pero ¡¿Quién te crees tú?! ¿Mi hermano mayor? ¿Mi papá?
Sus palabras eran rebuscadas, y de repente comenzó a reír a carcajadas, estaba más ebrio de lo que había ensado en un principio.
—Taehyung…
—No, claro que no...
Rio tontamente.
—Definitivamente no eres mi papá.
Dijo tratando de controlar su risa.
—¿Sabías que no tengo, papá?
Lo miró a los ojos, ahora ya no reía, estaba triste.
—No, claro que no sabías, no sabes nada de mí.
Jungkook apretó su agarre en su cintura.
—Nos vamos.
Anunció de nuevo, Jungkook, pero como era de esperar, la fiera hizo acto de presencia.
—¡Que Noooo! ¡Que no me voy!, ¡Voy a tomar hasta que no pueda más!
Jungkook gruñó una advertencia, pero la reacción de él fue contraria a lo que él quiso conseguir. Taehyung no se asustó, al contrario. Lo observó con ojos bien abiertos, después sonrió, Jungkook se tambaleó una poco cuando él se dejó caer contra su pecho y colocó sus manos en su cara.
—¡Me gusta que hagas esoooo! Es taaaaaan sexyyyyyy Tenía su rostro tan cerca, no pudo evitar ver esos labios rosados y carnosos, sería tan fácil inclinarse y …
—Eres tan guapooo, todas y todos te desean… Susurro pegándose más a él.
—Pero no te tendrán… Yo peleó con uñas y dientes por lo que es mío.
Jungkook sintió todo el cuerpo de él apretarse contra el suyo, tuvo que tomar sus caderas para alejarlo un poco y evitar que se restregara contra su entrepierna.
—Taehyung…
—Baila conmigo.
Interrumpió él.
—No sabes lo que dices, debemos irnos, no quiero bailar…
—De acuerdo.
Taehyung lo empujó hacia atrás, el movimiento lo sorprendió y él pudo poner algo de distancia.
—Yo no te necesito… Yo no necesito de ningún alfa.
Con piernas inestables, él se acercó a la mesa y tomó un vaso que por instinto Jungkook supo que era alcohol, levantó el vaso hacia él.
—¡Tú te lo pierdes!
Antes de que pudiera detenerlo se tomó todo el contenido del vaso y con un sonido fuerte lo estrelló de nuevo contra la mesa. Maldito tonto.
¿Dónde quedaba su prevención de las últimas semanas? Jungkook sabía que después de que lo drogaron, Taehyung había sido bastante cuidadoso al respecto, por eso Yoongi preparaba sus comidas y ahora de buenas a primeras se estaba embriagando en un bar donde cualquiera podría volverlo a drogar.
—¡Buscare a alguien que quiera bailar!
Taehyung no dio ni un paso cuando ya lo tenía aprisionado contra su pecho, él comenzó a forcejear, pero lo sostuvo con más fuerza.
—¡Bailaré contigo!
Gritó, él se calmó y lo miró. Jungkook no era de los que bailaban.
Nunca aprendió. Pero podría intentarlo, todo fuera porque el omega no fuera a los brazos de otro hombre
—Lo hare.
Repitió, Taehyung sonrió coquetamente. Durante segundos, minutos, incluso pudieron ser horas, ambos se miraron. Hasta que él lo rodeó el cuello con sus brazos, comenzó a mover las caderas al ritmo de la música.
Como hipnotizado por ese hombre, Jungkook comenzó a moverse junto con él. Ninguno jamás apartó la mirada. Jamás había hecho esto con nadie.
—Lo haces muy bien, Jungkook.
Susurro él cerca de su boca, pegó un poco más la cadera contra la entrepierna de Jungkook.
—Cuidado con lo que haces… no juegues con fuego.
Taehyung lo miró fijamente a los ojos, le dio un beso en la comisura de la boca.
—Pues yo quiero quemarme...
Jungkook contuvo la respiración ante aquella declaración… de repente el sonido de la música ya no le molestaba, ya no notaba a todas esas personas revoloteando alrededor. Todo a su alrededor desapareció. Se hizo un largo silencio entre ellos. Entonces Jungkook anunció con voz enronquecida:
—No sabes lo que estás diciendo.
<<Está ebrio, está ebrio, está ebrio>> Quería apegarse a algo, no tenía que perder el control. Pero él se lo estaba poniendo muy difícil.
—Por favor.
Taehyung se pegó más a él, no supo de donde tuvo él la fuerza, pero lo empujó hacia atrás. Jungkook retrocedió hasta que sintió sus rodillas chocar contra algo, cayó pesadamente en uno de los sofás negros
—No… Jungkook casi gimió cuando Taehyung se colocó a horcajadas sobre él.
—Taehyung...
Estaba siendo un hipócrita, sabía que sin ningún esfuerzo podría apartarlo, pero siendo sincero lo único que deseaba era aprovechar esta oportunidad, deseaba besarlo… deseaba tocarlo… deseaba desnudarlo y recorrer con sus labios cada rincón de su cuerpo, para después follarlo hasta que ninguno de los dos pudiera más y al final marcarlo como suyo.
Cualquier otra protesta que él habría podido dar, fue callada cuando el omega estampó sus labios con los suyos, en ellos parecía que había un fuego acumulado que ahora amenazaba con consumirlos si no hacían algo.
Visiblemente confundido, Jungkook permaneció inmóvil ante el ataque de Taehyung, pero ese momento duró muy poco, pues pronto su cuerpo se relajó al contacto del omega y no pudo hacer otra cosa que envolverlo entre sus brazos y devolverle el beso con la misma pasión y necesidad.
Jungkook gimió cuando Taehyung comenzó a ronronear de placer, aferrándose a él como un gato mimoso. La suavidad de ese cuerpo moviéndose contra él y esos gemidos lo hacían enloquecer, no quería dejar de escucharlo... No quería dejar de besarlo y tocarlo. Necesitaría un gran autocontrol o acabaría fallándolo contra la pequeña mesa que tenía enfrente, sin importarle lo demás.
Taehyung continuaba suspirando y rozando su cuerpo, y este respondía con una tremenda erección. Jungkook se decía a sí mismo que eso era todo lo que les estaba permitido, pero sus manos ignoraban la razón: una de ellas descendió hasta debajo de la cintura, presionando el cuerpo delgado contra el suyo, sus penes comenzaron a rozarse a pesar de la ropa, su otra mano comenzó a explorar por debajo de la camisa del omega.
— Oh, si Jungkook … Taehyung murmuró, jadeando cuando Jungkook interrumpió el beso y sus labios deslizaron por su cuello. Él soltó un nuevo gemido que solamente hizo que la erección de Jungkook aumentase.
—Esto está mal… Jungkook susurró.
—No deberíamos estar haciendo esto.
—Cierto, no deberíamos.
Taehyung concordó, aferrándose a los hombros de Jungkook, al mismo tiempo que arrojaba su cabeza hacia atrás, permitiendo que él besara con más facilidad su cuello.
—Deberíamos parar… pero me encanta tu gran pene de alfa.
Él susurró al oído de Taehyung, Jungkook y lo sintió estremecer en sus labios.
—Taehyung…
—Me encantaría que me marcaras… Taehyung le mordió el lóbulo de la oreja.
—Para…
—Márcame, Jungkook … Hazme tu omega… Te daré un bebé.
—Detente...
Jungkook murmuró, la camisa de Taehyung estaba comenzando a molestarlo, le estaba dificultando la tarea de probar la piel salada del omega. El olor de las feromonas de Taehyung lo estaban volviendo loco.
Mordisqueó la piel de debajo del cuello y Taehyung abrió la boca y soltó un gemido. Nada quedaba aquel omega poderoso, serio, rígido, Taehyung ahora mismo se estaba derritiendo en sus brazos.
—Debemos detenernos.  
—Tal vez … Jungkook le acarició la piel suave y él arqueó su cuerpo.
—Tal vez... ¿Qué?
Jungkook preguntó jadeante.
—Tal vez debas besarme de nuevo.
Dijo Taehyung jadeando, Jungkook dejó escapar de sus labios un pequeño murmullo y cubrió los labios de él con los suyos. Taehyung acarició sus cabellos, retribuyendo los besos con el mismo ardor. Jungkook deseaba que ese momento durara para siempre, jamás se había sentido tan excitado en su vida… no podía soportar más, necesitaba hacerlo suyo. En ese mismo momento, estaba decidido a tomarlo en brazos, cargarlo hasta el auto y llevarlo a casa… más concretamente el último destino sería su habitación.
Lo marcaría y lo convertiría en su pareja. Con ese pensamiento, dejo de besarlo, aunque él no permaneció quieto. Sintió sus manos, desabotonar los botones de su camisa y después sus suaves labios, recorrer su cuello.
Jungkook gruño, <<¡Debemos salir de aquí… con urgencia!>> lo sujetó por las caderas, estaba decidido a levantarse cuando sintió que él caía pesadamente contra él.
—¿Taehyung?
Lo llamó, pero él no contestó, sosteniéndolo con un brazo, con la otra mano levantó su rostro.
—¿Taehyung?
Pero fue inútil, él no contestó, murmuró algo, pero era claro que estaba profundamente dormido… ¡Mierda!

un omega sin rival KooV Parte #1Where stories live. Discover now