Capítulo 3

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Merlina llevaba horas dándole vueltas al asunto de la amiga de su hermano, quien por cierto era de una forma muy evidente que no planeaba ser su amigo en absoluto, la morena se levantó de la cama cuando las campanas que anunciaban la cena empezaron a sonar, con un paso lento se aproximó al gran comedor donde ya estaban sentados su padre, su hermano, y sus dos idiotas.

— Pensé que la primera comida iba a ser de pena. —dice con tranquilidad mientras todos regresan a mirarla — ¿Qué?

— Merlina, por favor. —habla su padre mientras se lleva el primer bocado — Comamos en paz.

—¿Desde cuándo hemos cenado en paz, padre? —el veneno en sus palabras se hacía notar. Enid se encontraba incomoda ante el enfrentamiento que se avecinaba, en cambio Eugene estaba acostumbrado a esos tratos por parte de la Addams mayor.

—Merlina, si no quieres cenar vete, pero no arruines este momento de paz. —habla Pericles quitándole la mirada y volviendo su atención a su plato — De todas maneras, es lo que siempre haces, arruinas todo.

— ¿Qué es lo que dices? —el tono ligeramente mas alto alarma a Homero quien se levanta levemente de la silla dispuesto a detener cualquier enfrentamiento, definitivamente estaba perdido sin su amada, sin su Morticia — Pequeño insolente, ¿se te olvida que soy mayor que tú?

— Eres la mayor imbécil de esta familia, eso todos lo tienen claro. —dice el chico con burla en su tono de voz, Merlina hace ademan de acercarse hasta él, pero es detenida por su padre — Déjala padre, quiero demostrarle lo mucho que he crecido. —Pericles se acerca aún más a la morena mientras Eugene y Enid miran aterrados la situación.

— Están siendo unos completos idiotas los dos, disculpe mis palabras señor Homero, pero ustedes son hermanos. —Es Enid quien ha tomado la palabra y se ha levantado de su asiento — Es realmente grosero como tratan a su padre. —Enid le da una ligera mirada a Merlina para luego concentrarse en Pericles — Otra vez, disculpe Señor Addams. —la rubia se sienta ante la mirada de todos en el comedor.

— No te preocupes Enid, las disculpas las deberían dar otros. —Homero señala con la mirada a ambos chicos que han cambiado sus posturas defensivas por unas mas relajadas.

La cena siguió transcurriendo con la poca tranquilidad que podía estar en la casa, en un total silencio, y con bromas desubicadas de Eugene cada un aproximado de dos minutos, a la última casi todos se paran de la mesa.

Momentos mas tarde Merlina vuelve al frio de su habitación, se detiene en el umbral de la puerta y mira a su alrededor, le molestaba seriamente estar aquí y mucho mas el motivo por el que estaba, nunca pensó que su madre fuese a morir, o al menos nunca pensó que tan pronto; coge su móvil de uno de sus bolsillos inferiores y marca el primer contacto en la lista.

— Bianca, por fin contestas. —la morena habla antes que la otra persona en la linea pueda hacerlo.

— Eres una jodida mierda, te fuiste sin decirnos nada y luego nos enteramos por las noticias que había muerto tu madre. —el tono de Bianca era el de siempre pero con algo de molestia en su voz — Siento mucho... —

— Vamos, cállate; no te llamé para eso y lo sabes. —Merlina suspira y pone el teléfono sobre el escritorio para ponerlo en altavoz mientras se desviste — ¿Tienes algo que hacer el lunes por la tarde?

— ¿Estarás aquí el lunes por la tarde? —pregunta Bianca con sorpresa.

— ¿Por qué te sorprende, pensaste que me quedaría a vivir aquí? —el tono de sarcasmo en su voz es notorio y Bianca gira los ojos.

— Pensé que te quedarías un poco mas de tiempo, pero si, estoy libre el lunes por la tarde.

— ¿Por qué debería quedarme?

Serotonina Wenclair AuWhere stories live. Discover now