Capítulo 9

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Las cosas no pasaron más que de un simple comentario al que ninguno de los presentes le dio demasiada atención, Merlina salio de esa casa antes que alguien pudiera indagar más en el tema y antes de que la madre de Enid la asfixiara con su hospitalidad.

Regreso a su casa aún con la imagen de la rubia sobre ella, aún con la vergüenza en el sistema, y aún con la sonrisa idiota que le había causado un mensaje de Enid después del encuentro, camino hasta su habitación para encontrarse a mitad de camino con su hermano y su padre quienes charlaban junto a la puerta de este.

—¿Reunión familiar?—la morena pasó por su lado sin detenerse a mirarles la cara detenidamente— Vale, no tienen porque invitarme, no es como si perteneciera a esta familia.—giro el pestillo de la habitación para luego escuchar a su padre indicándole que se acerque. Odiaba que le hablara en un lenguaje que no quería admitir había forjado desde que eran pequeños, su padre hacía sonidos, muecas, o simplemente suspiros que podían indicarle a los demás lo que estaba diciendo, no sintiendo, diciendo; era completamente loco— ¿Qué es lo qué pasa?

—Tu hermano quiere ir a un festival.—dice con tranquilidad el hombre, demasiada para su gusto— ¿Qué opinas tú?

—No entiendo.—la morena miraba a los dos detenidamente, ambos estaban serios, Pericles con los brazos cruzados y la mirada baja, su padre simplemente tenía las manos recostadas a la pared— ¿No es muy pronto por lo de mamá?

—Es lo que digo, pero tu hermano no lo entiende, he de admitir que no pensé que llegarías a la edad en la que tenía que explicarte algo tan simple como esto.—Homero se dirige con un tono duro a su hijo— Tu madre acaba de fallecer, estamos en todas las revistas de la ciudad y ¿Quieres ir a exponerte a ese lugar?

—No quiero ir a exponerme, además mamá me hubiera dejado.

—No uses a tu madre para estas cosas, jamás pensé que algo así pudiera venir de ti, sinceramente lo esperaba más de tu hermana.—la morena trata de no voltear a mirar a su padre por su comentario, sabía que era un total imbécil cuando se enojaba.

—¿Por qué quieres ir a un festival?—Merlina se dirige a su hermano— Ni siquiera te gustan las fiestas, además sabes cómo es la prensa con nosotros, de monstruos no nos bajan, vas a exponer a ti y a tus amigos a un mal momento.—la morena trataba de que las cosas sonaran lo mejor posible para su hermano, no estaba mintiendo al decir eso, y su padre tampoco.

—Enid quiere ir, lleva meses diciéndome que sería un sueño para ella, compre las entradas hace meses, quería sorprenderla.—la morena traga en seco al ver como a su hermano se le humedecen los ojos— Ni siquiera sé porque estoy así.—Pericles hace ademán de meterse en la habitación y cerrar detrás de él pero Homero no se lo permite, impide que cierre la puerta y le indica a la morena que entre, entrando el Justo detrás de ella.

—Estoy seguro de que Enid no le molestara ir sola, o puede ir con Eugene, o puedes regalarle las entradas y permitir que ella elija con quien quiera ir.—Homero se sienta al costado de su hijo y le frota la espalda— Entiende que no puedo permitir que te pongas como carne de cañón para esos idiotas.

—¿Pero si vas a permitir que no tenga una vida normal con dieciséis años?—el coraje se escucha por el tono de voz que usa el chico— Ni siquiera sé porque te lo comenté, era más fácil salir sin decirte nada, igual como Merlina.

—¿Yo que?

—¿De donde vienes? Porque te aseguro que no es de misa, y mucho menos de tu habitación.—Pericles se desploma en la cama azontando su espalda contra el colchón— ¿Desde cuando te gusta el blanco?

—¿Desde cuando te importa?—Merlina trata de desviar la atención de la mirada de su padre que ahora cae sobre ella— Vengo de visitar a una amiga, no la veía hace mucho, y fui a una casa, no me fui a meter a una fiesta interregional con cámaras por todos lados.

Serotonina Wenclair AuWhere stories live. Discover now