Cuarta

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(Entre los recuerdos y las ilusiones del pasado)

Al acabar la "limpieza", el astro Tierra quedó desprotegido. Los humanos comunes y corrientes no bastaban; buena parte carecía de utilidad. Viendo el problema, se generó descontento sobre Gran Ente. Se creían superiores tal y como había pasado con aquellos con los que alguna vez compartieron hogar. Se deshicieron de todo rastro del homo celestialis, o al menos creyeron que habían acabado con todo.

La soberana espió la actividad humana durante mucho tiempo, viendo con gran avidez y emoción lo que hacían sus creaciones mortales. Cuatro siglos antes de la llegada de Irtón, un profeta humano que hablaba de la salvación y grandes recompensas si es que se seguía el camino de mediación entre los humanos, se le ocurrió una magnífica idea: usar a los zodiacos para hacerles cumplir par función que las razas celestiales.

Incontables culturas poseían su propio zodiaco compuesto por cierto número de arquetipos humanos repartidos por todo el año, ocupando fechas o meses

La divinidad no se quedaría sin aprovecharlos. Se puso manos al trabajo, y alrededor del mundo hizo nacer individuos con poderes similares a los pertenecientes de descendientes divinos, dotándoles de una pizca de sumisión para que no pudieran cometer los mismos errores que los anteriores. Lo había pensado todo.

Al igual que sus antecesores, se les dio una Semilla del Alma, que, a diferencia de su primera versión, contaba con más posibilidades en su uso, pero también con más limitaciones que pudieran restringir su poder.

Las mujeres encomendadas para la misión, tenían la peculiaridad de llevar junto a su nombre la denominación de: Zodiac, pero no eran hermanas o familiares directos, al menos no todas. En cambio, los hombres portaban distintos. Tuvo que pasar de varios a muchos años para que las creaciones se conocieran y entablasen lazos de amistad que les uniera en su labor.

Para comienzos del último siglo antes del I o Siglo de la Gran Mediación donde terminaron las Crónicas Celestiales y los últimos descendientes de las razas divinas murieron o consiguieron la forma de reunirse con los suyos en otros planetas, ya habían nacidos varios zodiacos.

También se recurrió a las "trampas divinas" preparadas por Exadrusk y Maishklyle. Algunas peores que otras. Sus diversos encuentros dieron origen a los signos zodiacales de los distintos horóscopos.

Está la historia de Maddox Mac Crann, originario de Eilsídhe, que, junto a una muchacha rescatada por él en una de sus expediciones marítimas, y de nombre Lajkia Zodiac, cambiado a Gaela engendraron a los signos del zodiaco druida, quienes se les reconocía por llevar de apellidos el de su clan Mac Crann, junto al de Zodiac. En rara ocasión mencionaban su segundo apellido.

Stellaris: el epítome del destino (Stellaris 0)Where stories live. Discover now