Sexta decana

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(Ruinas de Atenas; año 1881)

—Señor Gran Ente, yo, Shedir Cassiopeia; en nombre de mis compañeros le damos absolutas gracias por la maravillosa reunión que nos fue hecha —agradecía una fortuita constelación.

Nadie sospechó que aquel inocente encuentro despertó una fuerte envidia en las dos primeras constelaciones, quienes asistieron a ocultas al lugar del encuentro: las Ruinas de Atenas.

Las constelaciones, zodiacos y otras creaciones del Superior portadores del Semilla del Alma, a pesar de lucir como humanos y tener comportamientos de uno, tenían permitido realizar acciones fuera del código de la moral humana o que antes los ojos humanos, podían ser aberrantes.

O poseían habilidades que un ser humano normal envidiaría. Eran capaces de aprender nuevos idiomas a un buen nivel en un par de semanas. Sentían menos el hambre, la sed, el calor o el frio; mas les era necesario dormir, incluso si podían estar unos buenos días sin hacerlo.

Una de sus más importantes peculiaridades que los llevó a conocerse fue la atracción generada por la Semilla del Alma. Porque un portador atraía a otro sin importar lo lejos que estuviese; era uno de los principios elementales y, la semilla y el Cuerpo Astral, estaban unidos por el alma y el cuerpo celestial del portador.

Entre la magia y la energía, la Semilla del Alma se ubicaba próxima a la magia, poderes que, aunque en esencia parecían iguales, de la magia se sabía no siempre tenía alguna explicación que los humanos dijeran que es científica. El poder que se emanaba de ella no era similar al de Gran Ente o sus conciencias pese a que uno de sus componentes era una pequeña concentración del poder del original; osease, Gran Ente.

Para no caer en tantas complicaciones, el poder de la Semilla del Alma, además de provenir de la unión entre el alma y el Cuerpo celestial y Astral de su usuario, era una versión mucho más débil de lo que podían hacer los originales; y, provenían igual de la fuerza, la potencia y la esencia del universo. Las tres cualidades por las que algunos clasificaban a las constelaciones, habiendo unas que eran resonantes con la fuerza del universo, otras con la potencia y otras con la esencia.

Stellaris: el epítome del destino (Stellaris 0)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang