Tercia decana

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(Entre la Oscuridad de la Noche y la Claridad del Día)

Unos humanizados Syvaksgloido, Mirukunin y Karuraida observaban al Sol salir por un horizonte mientras que, en el opuesto, las estrellas todavía perduraban. Eran el día y la noche convergiendo en un mismo lugar. Mirukunin, el estelar, dio un respiro. Sus ojos se habían vuelto negros de todos los malos presagios que tuvo.

Karuraida, la que anda con dificultad, sacó una baraja de cartas que tenía guardadas. El viento que soplaba se llevó a todas.

—No volverán —dijo imbuido en melancolía Syvaksgloido, el protector victorioso. —Los Arkanux han dejado este planeta hace mucho y ahora son exploradores del universo. Gracias a que Orodomvelor convenció a Gran Ente de otorgarles una mejora a sus semillas del alma, se convirtieron en seres libres.

—Hay una esperanza en el futuro —Mirukunin advirtió una buena nueva.

—Dime, cuál es esa esperanza y cómo es que lo sabes.

—El futuro, lo he visto. Cuando me otorgaron el titulo de Conciencia de Reserva, no me quitaron los poderes, solo el rango.

—Y, ¿Cuántas tienen ese rango? Gran Ente no nos dijo nada. Es injusto que él pueda leer nuestros pensamientos y nosotros no —Karuraida interrumpió entre sus compañeros.

— ¿Cuántos son los puntos cardinales básicos incluyendo el centro?

La conciencia femenina rezongó entre molestias. Al igual que sus compañeros, le causaba rechazo algunos de los procederes del ser supremo; o no los podía entender. Los dos masculinos la miraron con recelo, no tenía el derecho de quejarse porque Gran Ente la perdonó a ella, Maishklyle y Orodomvelor, el asesinar a los padres de los zodiacos hace muchos siglos atrás.

—Mirukunin —Syvaksgloido continuó la conversación, evitando una pelea innecesaria—. No nos terminaste de contar. ¿O es que tú eres igual un ocultista?

—No lo soy ni lo quiero ser. Las creaciones que reemplazarán en funciones a los Arkanux serán los Cazadores Celestiales; les será otorgado, la Semilla del Alma suprema.

Al pronunciar la última palabra, el astro rey terminó de elevarse en el horizonte. Había comenzado un nuevo día.

Stellaris: el epítome del destino (Stellaris 0)Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz