Quinta decana

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(Entre el espacio y el tiempo II)

En los siguientes años del siglo XIX, nacieron otras quince constelaciones que fueron: Alkres Crateris, Alsciaukat Lynx, Alderamín Cepheus, Shedir Cassiopea, Cristiaan Holorogium, Olabisi Camelopardis, Magnius Pyxis, Mirach Andrómeda, Thuban Draconis, Deneb Cygnus, Ankaa Phoenix, Isocelia Norma, Regor Vela, Gina Octantis y Augustus Michelis Sculptor.

Siendo siete hombres y ocho mujeres, todas nacieron por "parto natural" en distintas familias alrededor del mundo. Sus verdaderas identidades les fueron advertidas mediante visiones por el mismísimo Gran Ente.

Al aumentar el número de encarnaciones, por consecuente, en el momento que las nuevas alcanzaron poco más de la mayoría de edad, comenzaron a recorrer el globo para conocerse entre sí. El comunicarse no les fue mucho problema ya que todos hablaban más de dos o tres lenguas humanas.

En el año 1880, cuatro constelaciones se volvieron las predilectas del Gran Ente por las proezas que realizaron; se trataban de: Thuban, Shedir, Mirach y Alderamín que usaron sus dones en favor de la humanidad. El resto de las constelaciones, algunas se pusieron celosas y a otras no les importaba recibir atención divina o humana.

En recompensa para las constelaciones proezas, tuvieron una ceremonia de premiación realizada por el supremo junto con Karuraida, Maishklyle y Orodomvelor que dejaron en el pasado el camino de la maldad y sentaron pases con su creador.

Se resaltó la valía del cuarteto de constelaciones. Se les premió con habilidades que iban más allá de las otorgadas por su Semilla del Alma. Algunas constelaciones del resto, no les dirigieron la palabra desde ese día y cuando podían degradarles, lo hacían.

Stellaris: el epítome del destino (Stellaris 0)Where stories live. Discover now