CAPITULO 3

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La oficina del profesor Lockhart se encontraba en el segundo piso, Cassie se encontró con Draco a mitad del camino y por primera vez en sus dos cortos años en Hogwarts, compartieron el mismo pensamiento.

Draco llamo a la puerta con pesadez, la cuál fue abierta mostrando al profesor con una sonrisa de oreja a oreja.

—¡Oh, llegaron mis delincuentes!—decia este en forma de broma, lo que no causó ni una pisca de gracia en los niños. —Entren, entren.

De algún modo, el profesor se las había arreglado para poner fotos suyas en toda la habitación, era extrañamente brillante. Había un montón de fotos firmadas en la que parecía ser la mesa, al lado había otras dos pequeñas que también tenían fotos firmadas y algunos sobres.

—Muy bien, señor Malfoy. Usted se encargará de escribir las respuestas a cada carta. Y usted señorita Black, pondrá una de estas. —tomo un foto firmada para colocarla en un sobre y siguió.—En los sobres con respuestas que le entregué el señor Malfoy. También debe poner la dirección.

Cada minuto que pasaba parecía una eternidad, los niños ya tenían las manos entumecidas; Draco ya ni siquiera leía las cartas, solo las respondía de la misma forma. El profesor Lockhart les contaba sobre sus viajes y también les daba consejos para ser celebridades, en un momento hablo un poco de Harry Potter y su buen futuro si dejaba que el lo guiase. Cassie no pudo sentir más lástima por el pobre niño.

El chasqueo la lengua.— Harry debería tener un club de fans, yo a su edad ya me hice de múltiples fanáticas. Es lo lógico, nadie nunca se pudo librar de enamorarse de mi.—decia con una sonrisa satisfecha y luego levanto la mirada hacia los niños. —¿Sabian que estuve seis meses encabezando la lista de los más vendidos? Batí todos los retos.

Pero Draco y Cassie ya no lo escuchaban, el niño dormía con una mano apoyada en el pupitre, mientras que la otra aún sostenía la pluma. Cassie miraba sus pequeñas manos, que ahora tenían un poco de tinta en los dedos y era difícil de quitar.

Pasaron otros 30 interminables minutos en los que a Draco se le cayó la pluma haciendo un ruido que alertó al profesor.

—¡Válgame! Los tuve tanto tiempo aquí ¡Ya seis horas! A solo dos horas del almuerzo. —el profesor se levantó a recoger los sobres.—Bueno niños, pueden retirarse.—con la mano que tenía libre se acomodo el cabello y dijo.—No tendrán tanta suerte la próxima vez que sean castigados, pero tranquilos, quizás pueda convencer a Dumbledore para que los mandé conmigo.

Al salir de la oficina, ambos estaban callados mientras iban de regreso a sus salas.

—Me duele toda la mano, ese idiota me las va a pagar. —se escuchaba a Draco quejarse, al bajar del segundo piso. Se encontraron con Ron y Harry, quienes estaban agitados.

—¿No oyeron una voz?—pregunto Harry acercándose a los niños.

—No escuché otra voz aparte de la de Lockhart hablando sobre sus admiradoras.—dijo con fastidio Draco, a lo que yo solo asistí en comprensión.

—¿Ves Harry? Yo tampoco oí nada. —decía Ron. —¿Por qué ustedes están juntos? ¿Lockhart?

—Nuestro castigo es contestar la correspondencia de Lockhart. —dije con una mueca agarrando mi mano que aún tenía tinta rosada con brillos. Los niños miraron con notable lastima.

—¡SEÑORITA BLACK! —era la voz del profesor, el venía hacia donde estaban. —¡Tome, un regalo! Que desconsiderado fui, seguro usted sintió un poco de celos por mis fans. No sé preocupe, yo no olvido a mis preciados alumnos. —decía con una brillante sonrisa, yo solo tenía una mueca de disgusto, podía ver de reojo a Draco con una sonrisa.

Bella Costellazione [Harry Potter - Draco Malfoy]Where stories live. Discover now