Cassiopeia Black estaba sentada en uno de los sillones de la sala de estar con un libro abierto en sus piernas, mientras acariciaba a Orión y leía en voz alta para Kreacher.
Era casi la hora de la cena y la adolescente estaba esperando a su padre. Esa mañana lo llamaron de urgencia al ministerio y no volvió en todo el día.
Todos estaban más alterados desde la noticia del escape de Sirius Black, su padre dejo de trabajar en San Musgo para prestarle más atención a su trabajo en el ministerio, el ministro lo mandaba a llamar muy seguido y los constantes insultos hacia su persona no se hacían esperar. Pareciera que todos olvidaron quién era el y su relación con su propio hermano.
Andrómeda llevo a Cassie por unas semanas a Francia, dónde la chica podía salir en paz sin que nadie la molestará o la mirara con odio. Ella devolvió a la chica a una semana de comenzar las clases.
—Buenas noches.—dijo Regulus entrando a la sala, Orión bajo del regazo de la chica y ella se levantó para recibir a su padre con un fuerte abrazo.
—¿Cómo te fue?—pregunto ella al separarse.
—Bien, bien. Ya no tendré que seguir ocupandome del trabajo extra del ministerio, todo quedó resuelto. —dijo el, mirando a su hija con cariño. —Parece que tendré que comprarte más ropa, de nuevo te quedaron cortos.
Los pantalones de Cassie estaban por encima de los tobillos, la chica pego un estirón digno de sus 13 años. En los últimos dos años no había crecido nada, parecía ser que estaba esperando a cumplir esa edad.
—Te acompañaré, tengo cosas que comprar.—respondió ella, por supuesto que podría dejar que su tía le comprara sus prendas íntimas como lo estuvo haciendo en sus años pasados, pero la chica sentía un poco de incomodidad cuando se trataba de su cuerpo y los cambios que estaba teniendo.
Padre e Hija se sentaron en la alargada mesa, cubierta por rebosante comida para los dos y disgustaron todo acompañado de una amena charla entre ambos.
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Bajo las mantas de la pequeña habitación en el segundo piso del 4 de Privet Drive, se encontraba un azabache de 13 años recién cumplidos. Mirando por la ventana como pasaban por su lado cuatro lechuzas con paquetes y dejaban a la más vieja de ellas sobre la cama.
Harry se levantó deprisa, quitando el paquete de la lechuza y poniéndola en la jaula de Hedwig para hidratarse.
Quito el envoltorio del pequete con sumo cuidado para que nadie lo oyera, era una carta de Ron y un pequeño paquete con una peonza de cristal.
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HarryEsto es un chivatoscopio de bolsillo. Si hay alguien cerca que no sea de fiar, en teoría tiene que dar vueltas y encenderse. Bill dice que no es más que una engañifa para turistas magos, y que no funciona, porque la noche pasada estuvo toda la cena sin parar. Claro que él no sabía que Fred y George le habían echado escarabajos en la sopa.
Hasta pronto, Ron.
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Abrió la otra carta, había un recorte de El Profeta, en el que se describía como Arthur Weasley gano el premio de Galleon Draw. También había una foto que mostraba a la familia en Egipto, Harry se sintió sumamente feliz por la familia de su amigo.
Posdata: Percy ha ganado el Premio Anual. Recibió la notificación la semana pasada.
Harry noto la brillante sonrisa de Percy en la foto, reluciendo la insignia de Premio Anual.
Tomo el otro paquete, contenía un regalo, una carta y una tarjeta.
Harry dejo de lado la carta después de leerla, el miraba el regalo intentando adivinar que había dentro ¿Talvez un libro? ¿Ingredientes para otra poción? Harry no quería volver a probar los pelos de Goyle.
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Bella Costellazione [Harry Potter - Draco Malfoy]
FanfictionEn el mundo de la magia hay muchas cosas que no se podrían explicar con simples palabras, aún así es algo sumamente increíble vivir sin saber cuál será el final. Cassiopeiae Black tenía un don un tanto peculiar para este mundo.. ¿Podría una niña de...