Capítulo 5

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TE LO HABRÍA HECHO MÁS SUAVE

Vicenta

Llegar a la frontera entre Siria y Turquía nos toma menos tiempo del esperado, no obstante, apenas estamos a la vista somos atacados por múltiples balas que me hacen reaccionar de inmediato dando órdenes a mis compañeros quienes activan el lanzagranadas para arrojarlo contra los enemigos mientras yo suelto tiros con la ametralladora hacia otro objetivo porque estamos rodeados.

—¡¡A tu izquierda, Mecánico!! —le grito a Ricardo por su nombre clave, girando el blindaje a la par de mi arma para darle en las cabezas a esos hijos de perra que seguro ya nos estaban esperando—. ¡Dispara, dispara, dispara!

—¡Están en las cuatro direcciones, mi teniente! —informa Kaan, metiéndole velocidad al todoterreno.

Con rapidez me giro y apunto a la cabeza del conductor del carro que nos sigue logrando hacer que se detengan, choquen y exploten. El zumbido que percibo en mi oreja me desorienta un poco.

—¡Usa el lanzamisiles ahora, Hacker! —Jesús activa lo que pido, haciéndome escuchar la perfecta detonación que se acompasa con mis latidos.

A través del lente de la M240G noto cómo unos Vamtac aparecen por el sur helándome la sangre por que esos todoterrenos solamente están disponibles en el ejército lo cual me indica que los han robado o los militares sirios están conspirando contra nosotros.

Con agilidad saco el radio portátil táctico militar VHF Harris Falcon sintiendo que tiemblo de los nervios porque esto debe ser una mentira, pero entonces Jesús me frena con sus palabras antes de pedir los refuerzos.

—¡Los rebeldes se han tomado la base militar del oeste y han robado maquinaria militar para terminar con todos los que busquemos ayudar al país!

—¡¿Hace cuánto fue eso?! —le pregunto a gritos, mirando como aquellos todoterrenos se nos acercan más. Le pido a Kaan que retroceda hacia el área donde están los muertos que dejamos.

—¡A la hora del ataque que tuvimos en el cuartel, mi teniente!

Suelto un gruñido porque entonces lo que hicieron fue distracción ya que la base militar que robaron está ubicada por dónde estábamos residiendo.

¡Maldita sea! Esos hijos de perra tenían todo planeado.

Ni siquiera deseo imaginar qué otras cosas robaron porque, sea lo que sea, pueden usarlo en nuestra contra ya que el armamento militar es demasiado peligroso en manos ajenas. Con la furia calentando mi sangre, inicio la transmisión de llamada hacia el coronel Morgado.

—Sirena comunicándose. Solicito refuerzo aéreo urgente en la frontera. Repito, solicito refuerzo aéreo urgente, mi coronel.

—¿Qué está pasando?

—Estamos siendo atacados por los rebeldes. Ya dimos de baja unos autos, pero seis Vamtac vienen en nuestra dirección.

¿Crees poder mantenerte con vida hasta que lleguen los helicópteros de combate?

Es una pregunta capciosa que determina muchas cosas. Mi lado egoísta cree que sí podemos con ellos, pero mi lado racional sabe que es imposible ya que son seis contra uno. La oportunidad de ganar es nula.

—Negativo, coronel —respondo con la impotencia comiéndome la cabeza—. Si ellos detonan sus lanzagranadas al mismo tiempo, estamos muertos. Y no pretendo arriesgar nuestras vidas de esa forma.

Excelente decisión, teniente. Inicien la extracción inmediatamente.

—Así será, mi coronel. Cambio y fuera. —Guardo el radio militar y miro a través del lente como esos vehículos todoterrenos vienen acercándose con más rapidez hacia nosotros. Quieren sacarnos de Siria, pero no lo van a lograr—. ¡Orden de retirada, chicos!

Tornado (Libro 1)Where stories live. Discover now