𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐈

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Una joven de cabellos (c/c) estaba entre las filas de una formación de soldados, ella tenía su típico semblante sereno y tranquilo, todos hablaban sobre en qué formación irían, la chica estaba decidida a ir a su meta, La legión de exploración, una formación encargada de salir de las murallas para descubrir e investigar. Su curiosidad le ganaba. Desde su entrenamiento como cadete era su meta, sus ojos miraban al frente con su semblante serio, hoy era el día, el gran día, su graduación como cadete, mientras su corazón palpitaba de emoción, hacía firmemente el saludo militar, puño en el corazón, el sol resplandece ese brillo, habían escuchado el discurso de su comandante. Miró a sus compañeros de forma sutil, todos tenían algo de temor, pensaban el porqué estaban en ese lugar, ella sí se sentía nerviosa pero lo ocultaba. Tiene esa mirada de firmeza.

Pronto un hombre de baja estatura, cabello negro e intimidantes ojos grises, miro a todos los soldados, escaneándolos, sus ojos se posaron en algunos, muchos se sentían intimidados por aquella firmeza que emanaba su aura, hasta que esos ojos la miraron, la joven se erizó mientras sus ojos seguían mirando al frente hasta verlo a él, hizo el saludo de manera de respeto.

—Tú, ven aquí— señaló.

Otros soldados fueron llamados por ese hombre, aquel que era llamado "El soldado más fuerte de la humanidad", junto a otros soldados, formarían parte de la unidad de operaciones especiales, esa unidad de soldados totalmente fuertes. Tú eras parte de ellos. No lo creía, puesto que todos eran más grandes o con más experiencia, estaba temerosa, pero quería salir de su zona de confort y para ello debía trabajar en equipo, lo cual no era su fuerte.

Eras la menor de la formación, aunque nadie la subestima, parecía una simple flor, pero las flores solo pinchan, ella podría hacer algo peor.

(...)

Una expedición, cabalgaba por el bosque mientras algunos compañeros peleaban mientras ella lanzaba una bengala, una bengala roja, se escuchaban gritos y sonidos de espadas, los titanes corrían despavoridos como si de locos se tratarán, todo era igual en las expediciones. Esos titanes que te daban asco, grandes y horribles, mientras cabalgaban, tu cabello se movía al compás del viento, las riendas eran sostenidas con fuerza, el amanecer estaba en su cumbre.

—¡___! ¡Titanes a la izquierda!— gritó su capitán.

Asintió mientras se levantaba poniéndose de pie sobre su caballo, tardo un poco en mantener el equilibrio, pero lo consiguió, el caballo seguía corriendo, tomó su equipo y se enganchó en la nuca de un titán, saltó para darle en su punto débil y derrotarlo, un corte profundo y preciso que manchó sus manos de sangre que pronto se evaporara, gracias a eso liberó aún compañero, ella volvió a caer de pie mientras buscaba a su caballo.

—Oye, puedo hacerlo yo—se quejó Auro.

Ella le hizo señas con sus manos mientras le decía "solo ayude", detrás de ellos se burló Petra ligeramente negando, era común que ellos 'pelearan' aunque en realidad se llevaban bien todos, si era complicado al principio, pero eran un equipo que tenía confianza.

—¡Más titanes llegando! ¡Distancia de 100 metros!—gritó Erd.

Titanes que habían estado hace más o menos 107 años, la raza humana estaba bajo su dominio público, fueron devorados hasta la extinción, excepto los pocos que quedaban. Nosotros. Dado a eso se hicieron murallas que protegían la extinción de los confinados, muralla María, Rose y Sina. La joven ___ vivía en la muralla Rose (antes de que quedara huérfana).

𝐋𝐄𝐓𝐑𝐀𝐒| Eren JaegerWhere stories live. Discover now