𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐕𝐈𝐈𝐈.

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La mirada fría de la cadete estaba en esos dos mirándolos fijamente, si uno de ello se mueve lo tomará como amenaza, sin más solo puede escuchar la plática de esos tres hombres, Eren pasó desapercibido como si no creyera lo que estaban diciendo los otros dos, sin lucir sospechosos, pero entonces el rubio aún tenía una mirada frustrada, o quizá tenía una mirada perdida, algunos también dejaron su andar. Hubo un silencio tenso, hasta que él dejó escapar un respiro.

—He estado aquí por mucho tiempo... He pasado tres años de mi vida aquí rodeado por idiotas, es por eso que dije cosas tan estúpidas— mencionó Reiner. — Tan solo éramos mocosos que no sabíamos nada en ese entonces... Si nunca hubiera conocido la existencia de esos idiotas... Jamás... Me hubiera convertido en alguien patético como lo soy ahora.

Él suena frustrado, molesto, empezaba a llorar de la impotencia, asombrando a algunos que podían escuchar, sin más empezó a quitar la venda de su brazo, la mayor le indica a Mikasa que se prepare, toma sus cuchillas esperando la orden. Aunque claro, ella atacara sin pensarlo.

—No sé qué es lo correcto y que está mal... Pero lo que sé es que sin importar el resultado que mis acciones y mis consecuencias traigan, como un guerrero, tengo la responsabilidad de cumplir mi deber hasta el final amargo.

En ese momento que quitó las vendas su brazo estaba restaurado de nuevo mientras salía vapor de este, en ese momento la chica aprieta sus dientes mirándolos molesta, el ojo esmeralda se quedó perplejo al ver eso sin saber si moverse o no.

—Reiner... ¡¿Qué vas a hacer?! ¿Aquí? ¿Ahora?— cuestionó el azabache.

—¡¡Sí!! ¡¡Vamos a resolver esto!! ¡¡Aquí y ahora!!— anunció Reiner.

___ le dio la señal a Mikasa quien, empuñando sus cuchillas, lo atacó cortándole el cuello, este puso su brazo en medio queriéndose proteger haciendo que la asiática lo cortara, aun así no recibió gran daño, por otra parte, Bertholdt cayó al suelo luego de que la misma pelinegra le rajara una parte del cuello, ella iba a atacar de nuevo, Reiner tenía una cuchilla en una parte de su brazo, mientras que Berthold se cubría la herida para que dejar de sangrar, la asiática de cabellos cortos se lanzó hacia el portador del colosal tirándolo al suelo para terminar con él mientras le gritaba al ojo esmeralda que escapara. Mikasa fue lanzada por el rubio haciendo que cayera a un lado de la muralla.

—¡¡Eren!! ¡¡Corre!!— gritó Armin.

No había palabras para explicar ese momento, un rayo impactó la muralla, muchos soldados salieron volando mientras ambos titanes se dejaban ver por el resplandor, ___ estaba perpleja sin más quiso correr hacia el castaño, pero antes fue tomado por la mano titánica del acorazado, su compañero el colosal tomó entre sus manos a aquella morena que aún estaba en la camilla, acompañado de un grito de la rubia que gritaba por su amiga. Sin más, Reiner dio un salto mientras se deslizaba por la muralla derrapando, el castaño en su mano lloraba de impotencia, coraje y decepción, esos dos que parecían ser sus amigos no lo eran, a su mente inundaban muchos recuerdos, les contó sobre como perdió a su madre e irónicamente fueron ellos quienes le dieron apoyo cuando ellos lo provocaron.

Reiner... Bertholdt... ¡¡Son unos malditos traidores!!

Mordió su mano iluminando todo mientras se transformaba en titán, dándole un golpe que lo mando a estrellarse contra el muro, la de coleta miro todo eso mientras se reponía, el titán colosal estaba sobre la muralla, se quedó con su puño temblando, si tan solo se hubiera movido antes quizá les hubiera cortado sus cabezas, perdió esa oportunidad, cobarde, se supone que su orden fue protegerlos, sin más corre hacia sus compañeros observando al colosal alzar su mano para golpearlos, ella salta del muro esquivando el golpe, algunas rocas caen al vacío mientras se protegen.

𝐋𝐄𝐓𝐑𝐀𝐒| Eren JaegerDove le storie prendono vita. Scoprilo ora