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| Arman |

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| Arman |

Miro de reojo cómo mi hermano queda inmóvil en la puerta; yo estoy en una esquina de la habitación, lejos de ella. Nuestra mate aún no ha notado nuestra presencia; yo estaba aquí antes de que ella despertara. Su pequeño cuerpo estaba cubierto por la manta, así que no me había percatado de que estaba en su forma humana. Seguramente está débil; cambiar de forma consume demasiada energía y ella solo ha comido una vez.

Le hago una seña a Antosha para que cierre la puerta. No deseo que se vuelva a escapar por su culpa. El imbécil cierra la puerta muy rápido, haciendo ruido. Nuestra compañera de inmediato se encoge en su lugar. Ella todo este tiempo ha estado mirando hacia la pared, de espaldas a nosotros. Cuando despertó, solo empezó a oler las sábanas y a tocar sutilmente la pared. Después, simplemente se quedó mirando hacia la pared por un buen rato, hasta que el idiota que tengo por hermano delató nuestra presencia. Deseaba seguir apreciando más su comportamiento mientras ella creía estar sola.

Nuestra mate empieza a temblar. Mi pecho se oprime al ver cuánto miedo le causamos. Lentamente, ella gira su rostro hacia Antosha. Quedo impactado por su apariencia. Rostro ovalado, mejillas rellenas, ojos ámbar, cejas gruesas y pobladas, nariz pequeña pero ligeramente aplastada, labios carnosos, el superior más pequeño y fino que el inferior. No puedo seguir admirando, ya que ella se empieza a hacer pequeña pegando su espalda contra la pared. Su rostro queda oculto por toda la maraña de pelo enredado que tiene. Su cabello es tan largo que puede llegarle hasta el comienzo de su trasero.

— ¿Dónde estoy? — no habla, se comunica a través del enlace. Pero de todas formas, eso manda un escalofrío por todo mi cuerpo. Puedo asegurar que Antosha también lo sintió.

— En mi casa. Esta es tu habitación —respondo sin moverme. Quiero hacerle saber que tiene algo suyo, que ella mandará aquí. Si nos dice que nos vayamos, lo haremos. Necesita un lugar en el cual sentirse segura.

Ella empieza a poner su cuerpo en posición fetal. Odio eso. Está aterrada y me sorprende que no esté en su forma animal. Supongo que en medio del sueño volvió a su forma humana de manera inconsciente al sentir la comodidad de la cama.

— ¿Me puedo ir? — es más una súplica que una pregunta. Mi hermano y yo intercambiamos miradas. Esta conversación no saldrá nada bien, pero debemos intentar ser lo más amables y comprensibles que podamos, ignorando nuestros instintos y lobos que luchan por gruñir y hacerle entender que su lugar está a nuestro lado.

— No, somos mates —me tenso cuando Antosha es el que contesta—. ¿Sabes lo que significa mates?

Ella no contesta de inmediato. Primero nos mira a través de todo el cabello que tiene sobre su rostro. Su cabeza se mueve de un lado a otro y sé que está buscando una posible vía de escape que no conseguirá.

— Mi loba cree que ustedes lo son, pero no estamos seguras —su respuesta me tensa. Es común que un lobo reconozca a su compañero sin importar que nadie le haya enseñado el término que se usa para eso. Pero al tener tres compañeros, las señales para ella pueden ser confusas y también pueden confundir a su loba y hacerla dudar de la veracidad y certeza que tiene su instinto.

Zinerva: Legado de AmorWhere stories live. Discover now