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| Antosha |

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| Antosha |

Vemos cómo ella camina, se tambalea un poco y sus rodillas se mueven de forma graciosa, pero está feliz, tiene una hermosa sonrisa solo por estar usando tacones, Olivia tenía dos pares de su talla, todas sus prendas son únicas, no hay un par igual al otro, eso nos fascina.

— ¡Miren, miren! — todos nos acercamos cuando ella camina hacia la barandilla.

Cómo lo pensamos se termina tambaleando y cayendo, la atrapamos, por supuesto, Arman revisa que no se haya lesionado.

— ¡Mira! — exige moviendo sus pies mostrando sus tacones, uno es gris y el otro es celeste —como tú y tú— señala a Anakin y Arman, después ella me muestra una tela con un diseño, es una mezcla de colores entre diferentes tonos de verde, marrón y amarillo— tú — me señala, la emoción con la que la habla es adorable.

—Ten más cuidado, pudiste haberte lastimado— le dice Arman preocupado.

— ¡Pero mira! — él sonríe rendido ante los deseos de nuestra mate.

—Sí son muy bonitos y se parecen a nosotros— responde Arman y noto cómo acaricia sus nudillos, está aprovechando la euforia que ella siente por los objetos para tocarla.

— ¿Puedo quedar? — nos mira, con la expresión que tiene en su rostro le daríamos un maldito castillo.

—Todo lo que quieras, solo dile a Olivia lo que te gusta— me sorprende que Arman esté hablando tanto, creo que el susto hizo que se le soltara la lengua. Con cuidado la dejamos de pie, pero Anakin le quita los tacones para que no se vuelva a caer, ella sube las escaleras corriendo y empieza a decirle a Olivia lo que quiere, me sorprende la firmeza con la que le da las órdenes, como si le hubiera hablado de toda la vida, Olivia le enseña algunos ejemplos de antiguos diseños, creo que ya tomó sus medidas, le dijimos que no los haga tan ajustados porque está ganando peso rápido y no la quiero ver llorando si llegan los vestidos y no le quedan.

Varios minutos después podemos irnos, ahora Arman maneja, nuestra mate está en medio de Anakin y yo, mira sus tacones feliz y a veces de forma disimulada mira nuestros ojos.

—gracias... mucha gracias— mi pecho se oprime al escucharla, es feliz solo con dos pares de zapatos.

—Te mereces el mundo entero osita, solo danos tiempo— Anakin agarra su mano con delicadeza dejando un beso en sus nudillos. No pasa desapercibido el aumento de sus latidos, la puso nerviosa, ella retira su mano, no con desagrado, más bien con timidez.

— ¿Cuántos vestidos quieres? — pregunto, sé que ella ya los pidió, pero tengo curiosidad.

—Seis—murmura, observa nuestra reacción temerosa.

— ¿Por qué tan pocos? — habla Arman mirándola por el espejo retrovisor. Ella nos sonríe, no responde solo mira las cajas de zapatos que están en el asiento del copiloto.

Zinerva: Legado de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora