Tropiezo 4

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Advertencia: Este episodio tiene contenido que puede llegar a ser sensible; como abuso sexual, relaciones íntimas, o palabras explícitas, se recomienda discreción.

Cerró la puerta de su departamento, hasta escuchar que el cerrojo estaba bien puesto, reviso en sus bolsillos, si tenia lo esencial para ir a la escuela, claro, no podía salir sin su cajetilla de cigarros; dio un paso para atrás, chocando inesperadamente con algo, o mejor dicho con alguien.

-oh- giro su cabeza, encontrándose con la figura masculina del chico, que también estaba vestido con el uniforme; que al chocar con ella, gruñó con molestia.-Lo siento-termino de decir, dando unos pasos para tras,cuando lo miro mejor, se dio cuenta que llevaba unos lentes algo peculiares, una sonrisa se dibujo en sus labios, temblando al sentir que quería burlarse de él.

Baji gruñó-¿Qué?- Soltó, al verla un poco enrojecida, queriendo aguantar la respiración, para no soltar una carcajada.

La rubia, señaló sus anteojos -No sabía que ocupabas Lentes....-masculló, soltando sin querer una pequeña risita.

-¿Qué te causa tanta gracias?-Cuestionó, alzando una ceja.

-Nada....- mordió su mejilla, cuando sintió su risa aproximarse; no se pudo contener un segundo más, cuando el pelinegro achico sus ojos para verla más detenidamente-¡Dios! Si antes creía que eras un Freak, ahora más ¡Te ves horrible con lentes!-Soltó un genuina carcajada, señalando su rostro con las gafas.

Él no dijo nada, solo rodo los ojos con verdadera molestia, pasándola de largo, para caminar hacia abajo, en las escaleras

-El cabello largo si que no te ayuda-masculló, ella, bajando de igual forma las escalera, aún con pequeñas secuelas de risas.

Aproximadamente había pasado una semana y media desde que el chico llegó a su nuevo condominio, pero con tan poco tiempo, le basta para empezar a irritarse con la presencia de la rubia.
Su madre todos los días le hablaba de ella; le parecía tan irritante que le contará cuando la ayudo a ir por las compras, a regalarle un poco de azúcar, pasar una tarde con ella, etc. Era también, tan insistente con el hecho de, pedirle que la acompañará de ida y regreso de la escuela, que no importaba si no la veía en la escuela, ya estaba bastante fastidiado con su presencia.

Un tic nervioso le apareció en el ojo, cuando en todas las escaleras, se escucho la sutil risa de la rubia, murmurando tonterías sobre sus lentes y corte de cabello.

-¡Ya callate!- Soltó, cuando la chica estuvo unas dos escaleras arriba de el -¿Tienes un botón de apagado?!Para de una vez apretarlo y que me dejes de estar jodiendo!-Le grito, volteando para ver a la rubia, con una sonrisa pintada en los labios, pasando sus manos hacia atrás, entralazando las en la espalda.

-Uy... que mal humor- contestó ella, sacándola la lengua, para después, pasarle de largo, ignorando que el chico bufó con molestia -Solo quería bromear con mi vecinito...-canturreó,giro levemente la cara, para guiñarle el ojo.

No se dio cuenta que una pareja, un poco mayor que ellos, pasó a su lado, casi chocando con el cuerpo de la rubia. -Ah... lo siento- murmuro.

La pareja se quedó en silencio; la mujer miró con seriedad a la chica, mientras él hombre, se le pintaba una sonrisa coqueta en el rostro; miro sin pena alguna, el uniforme que delineaba su figura, con una falda ligeramente corta, y sus piernas adornadas de unas calcetas altas; delineando sus labios con la lengua, como si un platillo delicioso se presentará enfrente de él.

-No te preocupes, Fumiko-Dijo, soltando a su acompañante, solo para voltearse frente a frente de la rubia, aunque, no duro mucho, porque la otra chica, jaló del brazo a rápidamente, encaminandose -¡Nos vemos luego!- se despidió, alzando una mano, para sacudirla.

HumoWhere stories live. Discover now