Tropiezo 19

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Parte II

El auto de la familia Baji, avanzaba entre el tráfico, demostrando una parte muy hermosa de la ciudad; tiendas de ropa, con diferentes nombres, diseños y marcas, pasaban delante de los ojos de la joven rubia, que podía sentir su estómago hasta su garganta, exponiendo sus ganas de vomitar; mientras que la señora Ryoko, conducía con tranquilidad, escuchando la radio, feliz ante el día de hoy.

—Y... Fumiko ¿Qué clase de ropa te gusta? Siempre veo que sueles usar ropa cómoda, o larga— Cuestionó, intentando tomar un tema de conversación.

—Mjm— Soltó sin más, tragando saliva ante el día tan agotador que le esperaba hoy.

Espero unos segundos, con demasiada ansiedad corriendo por sus venas, hasta que el carro por fin se estacionó; ambas mujeres salieron del carro, con expresiones completamente distintas.

—¿Estas emocionada? Por que yo sí— ánimo la mujer pelinegra, tomando, animadamente la mano de la chica, cuando ella camino hacia su par.

—Ah, pues...— murmuro, siendo interrumpida por al mujer, cuando la jaló para empezar a caminar por las calles de tiendas.

—Me siento tan feliz, no puedo creer que, después de casi un año, tu y Keisuke por fin se llevarán bien, y hasta vayan a tener una cita ¡Ay, muero de amor por ustedes!— Soltó emocionada, jalando de manera entusiasta a la joven rubia.

Ella permanecía con una sonrisa incomoda.

—Si... pero, tampoco hay que exagerar— Pidió, pero, nuevamente fue ignorada.

—Ah, Hay que entrar a esta tienda— señaló un cristal, donde tenían ropa de invierno, que se veía realmente cómoda, además, muy estilizada —Seguro va a ver muchas cosas que te queden preciosas— ánimo, arrastrandola hasta la tienda.

Ella, acepto ser jalada, pero la idea de algo, la ponía algo desanimada. Desde que les dijo a Ryoko, Chifuyu y Keisuke, lo de su cumpleaños, los tres estaban actuando demasiado extraño. No era una chica ingenua, sabia que todo esto lo hacían, por lo que les había dicho de su cumpleaños.

Puso una mueca con los labios, mientras entraban a la tienda —Señora Baji...— llamó

—Ryoko, linda, sabes que puedes decirme así—Corrigió, caminando por la tienda, tocando la tela de algunas prendas —¿Te gusta este?— Cuestionó, enseñándole un vestido azul.

—Ah... no creo que sea mi estilo...— murmuro, dejándo que la mujer pelinegra, lo analizará un poco más, y después lo dejara en su lugar.

Todavía seguían tomadas de la mano; esto se sentía un poco familiar e incómodo para Fumiko, así que, poco a poco, fue deslizando su mano, para soltarse.
La pelinegra, estaba tan concentrada en su acción de buscar prendas, que ni siquiera, decidió prestarle atención a eso, en cambio, prosiguió hablando.

—Bueno, debe haber algo que te guste aquí; son muy lindos, pero sobre todo, tú eres muy bonita—halago, seguía sacando prendas de ropa mostrandoselas, aunque ella negaba con la cabeza.

Quería decirle, a ella y Keisuke, incluso a Chifuyu, que no necesitaba que hicieran esto por ella, nada cambiaría, no era necesario que se esforzaran por un cumpleaños.
Pero, en verla tan feliz, paseando como una niña entre los pequeños percheros de ropa, le parecía adorable; además, que sus ojos tenían un brillar sin igual, tal vez, y sólo tal vez, porque deseaba volver a vivir esa experiencia, de vestir a alguien, como su hijo, pero ahora su hija.
Seguramente, cuando Keisuke estaba pequeño, lo vestía de forma adorable, o tal vez graciosa, y revivir ese momento, pero ahora con una chica, como ella deseo tener, era una idea, que por más incomodidad que sintiera Fumiko, no se la iba a quitar.

HumoWhere stories live. Discover now