PSEUDOCIDIO 🔞 (TERMINADA)

Descubierta

🔞Contenido adulto

Los minutos seguían transcurriendo en el reloj y Sakura no llegaba, pero Sasuke, lejos de inmutarse, siguió bebiendo de su vaso de whisky pacientemente, luego ya la enfrentaría a ver qué excusa le inventaba su mujercita, pues estaba seguro que algo muy gordo se cocía a sus espaldas y no tardaría en descubrirlo.

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Once de la noche

Sakura abrió la puerta completamente en silencio, estaba convencida de que su esposo aún no habría llegado, craso error, al terminar de entregarse al rubio volvieron a repetir, cayendo de esta forma exhaustos y completamente dormidos en aquella cama de hotel, así que para cuando la pelirrosa despertó, ya se le había echado el tiempo encima.

Entró y se quitó los zapatos para enseguida avanzar de puntillas antes de encender la luz del comedor, y en cuanto lo hizo, se quedó pálida al ver a Sasuke sentado en el sillón escrutándola de un modo que le heló la sangre.

—Buenas noches, querida. ¿Dónde estabas...? —preguntó sin rodeos mientras daba vueltas a los cubitos de hielo en el fondo del vaso que sostenía entre sus manos.

—Aam... creía que aún no habrías llegado, ayer me dijiste que hoy plegarías tarde —Sakura intentó desviar la conversación a su conveniencia.

—No has respondido a mi pregunta, querida, pero te lo preguntaré de nuevo. ¿Dónde estabas? —esta vez el tono del azabache fue más exigente.

—He plegado tarde y he ido a cenar algo con Hotaru, al parecer tiene problemas con Utakata y necesitaba desahogarse con alguien —contestó Sakura, ajena a que la rubia había ido a su casa a llevar la gargantilla.

—¿Con Hotaru...? ¿De verdad...? ¿Y qué se cuenta...?  —la fríaldad con que le habló Sasuke la hizo temblar, pero siguió disimulando como buenamente pudo.

—Pues nada, lo más seguro es que terminen divorciándose, no lo sé, me gustaría que pudieran arreglarlo, pero no soy quien para meterme en relaciones ajenas —contestó Sakura mientras se quitaba la chaqueta y colgaba el bolso en el perchero de la entrada.

—Haces bien... cada uno tiene que mirar por lo suyo, suerte que nosotros estamos más unidos que nunca. ¿No es así, mi amor? —Sasuke se acercó a ella y se colocó detrás de su espalda.

Era la primera vez que Sakura tenía miedo, sabía que lo ocurrido con el rubio había sido un error fatal, pánico sintió al pensar que su esposo la descubriera.

—¿H... has cenado...? —preguntó ella con un nudo en la garganta al notar la cercanía de Sasuke.

—No, ya sabes que detesto cenar solo, además, se me antoja algo en concreto —Sasuke comenzó a lamer muy lentamente el cuello de su amada.

—S... Sasuke... me gustaría darme una ducha, estoy agotada y... —Sasuke la interrumpió.

—Por supuesto, querida, te acompaño, yo también quiero ducharme —Sasuke reprimió la ira que se empezaba a apoderar de él, porque al acercarse a su esposa, notó un olor diferente al habitual, un olor a fragancia masculina.

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Los dos se dirigieron al baño y él cuidadosamente la despojó de sus prendas, con parsimonia, con lentitud, mientras ella lo único que deseaba era terminar cuanto antes por temor a ser descubierta.

—Eres tan hermosa, mi bella flor de cerezo... no me cansaría jamás de mirarte —la elogió agarrando su mano para incitarla a entrar en la bañera.