PSEUDOCIDIO 🔞 (TERMINADA)

Problemas

Sakura quedó tan pensativa después de hablar con Konan, que se puso a regirar todos los informes médicos de cuando era pequeña, pero en ninguno de ellos especificaba nada referente a sonambulismo. Se sentó frente al ordenador y pasó varias horas navegando por internet buscando toda la información posible sobre esta extraña parasomnia, y efectivamente, descubrió que todo lo que le había explicado Konan era cierto. Sintió escalofríos de tan solo imaginar la situación, pero es que otra explicación no había, pues tal y como Naruto le dijo, los fantasmas no existen, por lo tanto, tenía que ser sonambulismo.

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Sasuke la veía a través de las cámaras y no dejaba de preguntarse qué habría estado hablando con Konan, pues vio a su esposa nerviosa yendo de un lado para otro, regirando papeles y sentada durante varias horas frente al portátil, sonreía para sí mismo pensando en que tal vez la psicológa le había metido alguna paranoia en la cabeza, pero... ¿cuál...?.
Fuera como fuese, tenía que averiguarlo para jugar bien sus cartas, así que sin más dilación, llamó a Itachi.

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Por teléfono

—¡Hey, Sasuke! ¿Qué ocurre? ¿Algún problema con Saku? —preguntó el mayor al otro lado de la línea.

—Todavía no lo sé, pero Konan ha estado aquí, imagino que a petición tuya. Necesito que averigües que han estado hablado, pues desde que se ha ido, que mi mujercita está un tanto inquieta...  —Itachi suspiró.

—Sí, fui yo quien se lo pedí personalmente a Konan. No te preocupes que indagaré sobre ello, pero tu sigue alerta, ¿de acuerdo?  —le advirtió Itachi.

—¡Que sii!, mira que eres pesimista, Ita, que no pasará nada, joder. Lo tengo todo bajo control.

—Bueno... quien avisa no es traidor,  estás tensando demasiado la cuerda, Sasuke  —Itachi estaba muy angustiado con todo el tema.

—Estaré bien, ¿vale?, cuando hables con Konan, dímelo —el menor cortó la llamada.

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Sábado por la mañana

Naruto se presentó en casa de Sakura a la hora acordada, traía un par de maletas y una enorme sonrisa pintada en la cara, ella se abalanzó sobre él como si fuera su salvavidas, se había terminado lo de estar sola, ahora ya podría dormir tranquila.

—¿Cómo has estado? —le preguntó  el rubio visiblemente preocupado.

—Hace un par de días que no ocurre nada exraño, pero hay algo que debo decirte, Naruto —el rubio le prestó máxima atención. —El otro día me visitó Konan, una de mis compañeras de trabajo, estuvimos hablando sobre lo sucedido y llegó a una conclusión, me dijo que tal ves sea sonámbula y que todo lo que me ha ocurrido lo haya provocado yo misma —Naruto se quedó pensativo.

—Mmm... sí, eso explicaría muchas cosas, pero... ¿por qué no me lo habías dicho antes? —preguntó extrañado.

—Ni yo misma lo sabía, llevo dos días regirando informes médicos e indagando en internet, pero en ningún papel figuraba que yo sufriera esta enfermedad  —Naruto se frotó la barbilla.

—¿Has hablado con tus padres?, ellos mejor que nadie podrían aclararte la duda —Sakura frunció el ceño.

—¡No tengo nada que hablar con ellos!, hace años que me largué de casa sin ni siquiera despedirme, no sé si siguen vivos o muertos, y tampoco me importa —esa contestación fue completamente inesperada para el rubio.

—¿Puedo saber qué pasó? —inquirió un tanto desconcertado.

—Es complicado... pero ahora que vamos a vivir juntos, no quiero secretos entre nosotros —él le sonrió con ternura.