Medidas desesperadas

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Sakura y Naruto se dirigieron al hospital cuando terminaron de comer, la pelirrosa estaba ansiosa por descubrir de una vez por todas si todo lo que le estaba sucediendo era fruto de su imaginación o realmente alguien estaba jugando con ella, mientras que el rubio, también estaba deseoso de averiguar la verdad, ya que el tema de la hora de grabación en la cinta lo había dejado con la mosca detrás de la oreja.

*

Al llegar al hospital se cruzaron con Itachi en uno de los pasadizos subterráneos, pues éste venía de comprarse un bocadillo en el bar. En ese instante, el azabache se quedó sin saber que decir, pero no podía levantar sospechas, así que enseguida le preguntó a su cuñada mientras que de soslayo fulminó al rubio.

—¡Sakura! ¡¿qué te trae por aquí?!, no sabía que ya te hubieras incorporado al trabajo  —dijo el azabache sin saber a ciencia cierta si ese era el verdadero motivo de su presencia allí.

—Hola, Itachi. No es eso, estoy aquí para realizarme unas pruebas, ya sabes... por lo del posible sonambulismo  —Itachi palideció.

En estos días Itachi había tenido mucho trabajo y apenas se acordaba de la conversación mantenida con Konan y la posterior charla con su hermano menor, en la cual habían decidido hacer lo imposible para evitar que le hicieran las pruebas a la pelirrosa, pero ya era demasiado tarde.

—¡Oh, es verdad!. Konan me lo había comentado, pero se me ha ido el santo al cielo, pues de haberlo sabido, yo mismo habría podido acompañarte —esto último lo dijo con desdén y sin dejar de observar a Naruto.

—No te preocupes, para eso me tiene a mí, ¿verdad, Saku?  —el rubio aprovechó para picar un poco a Itachi.

El Uchiha apretó la mandíbula por no estamparle un puñetazo y enseguida puso una excusa para salir de allí cuanto antes, pues tenía que llamar a Sasuke por si las cosas se ponían feas, que seguro así sería porque en realidad Sakura estaba perfectamente y muy pronto toda la farsa quedaría al decubierto.

—La compañía es muy grata, pero tengo que irme —Itachi se despidió—. Llámame en cuanto sepas algo, Saku.

—No te preocupes, Itachi, así lo haré —contestó ella poniendo una falsa sonrisa.

Sakura desconfiaba de su cuñado desde el comportamiento que tuvo el otro día, cuando en pocas palabras la tachó de zorra por una supuesta infidelidad hacia su difunto hermano, de hecho, en realidad así era, pero ella no quería que se supiera, quería seguir fingiendo que había sido una leal y ejemplar esposa a ojos de la gente, sobretodo a ojos de su cuñado...

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Después de despedirse del azabache, Naruto y Sakura se dirigieron a la consulta de Konan y en pocos minutos ésta apareció para hacerles pasar.

—Me alegra que te hayas decidido a venir, Sakura, sin lugar a dudas esto es crucial para determinar que es lo que está sucediendo realmente en tu cabeza. ¿Seguro que no ha ocurrido nada más en estos últimos días? ¿algo que deba saber? —inquirió Konan.

Sakura quería explicarle lo de la cámara, pero prefirió callar y esperar a los resultados, algo que  desconcertó a Naruto, pero el rubio no dijo nada.

—Bien. Por teléfono no te he comentado que la prueba que tenemos que realizarte requiere que pases la noche aquí, ya que se trata de una polisomnografía, se trata de una prueba en la que estarás conectada a una máquina mientras estés dormida, estudiaremos tus ondas cerebrales para observar tu nivel de oxígeno en la sangre y también para saber si sufres convulsiones, así como si puedes padecer el síndrome de piernas inquietas. También te realizaremos un escáner y una resonancia magnética para descartar que no hayan otros problemas subyacentes, el resultado de todo te lo daremos mañana por la mañana en cuanto despiertes, ¿de acuerdo? —Sakura asintió—. Por tu acompañante no te preocupes, si quieres puede pasar la noche aquí contigo, eso ya os lo dejo a vuestro criterio —explicó Konan.

PSEUDOCIDIO 🔞 (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora