PSEUDOCIDIO 🔞 (TERMINADA)

Impotencia

Sakura iba de un lado a otro del comedor esperando la llegada del rubio, y para cuando éste llegó, se lanzó desesperadamente a sus brazos. Su cuerpo temblaba como una hoja y pequeños sollozos escaparon de su interior, por lo que Naruto no tuvo más remedio que calmarla y llevarla hasta el sofá para escuchar lo que tanto le preocupaba.

*

—Gracias por venir, Naruto. Ya no sé qué hacer, desde que Sasuke murió que estoy percibiendo cosas extrañas, sensaciones demasiado reales. Al principio pensé que todo era producto de mi mente, pero estoy convencida de que no es así  —Naruto la observó atentamente mientras escuchaba cada palabra.

—A ver... ¿qué tipo de cosas, Saku?, cálmate y explícamelo.

—Todo empezó la primera noche, la noche en que enterramos a Sasuke. Intenté dormir en mi casa, pero las pesadillas no dejaron de rondar mi mente y me presenté en casa de mi cuñado para pedirle si podía dormir allí. Al principio todo fue bien, hasta que me metí en la cama, entonces ocurrió. Durante la noche noté perfectamente como si alguien me tocara y me estuviera observando, y no solo eso, sino que escuché un susurro dándome las buenas noches, pero no logré reconocer la voz, me pareció tan real... —la pelirrosa hizo una pausa.

—Tal vez tuviste una pesadilla y extrapolaste el sueño a la realidad, quizá te pareció que había alguien allí, cariño. ¡Seamos realistas, Sakura!, los fantasmas no existen, y con eso no estoy diciendo que no te crea, pero opino que simplemente te lo imaginaste —la pelirrosa frunció el ceño y lo miró  decepcionada.

—¡Perfecto! ¡Igual que mi cuñado! ¡Que no estoy loca, joder!  —Naruto enseguida la acunó entre sus brazos.

—Yo no he dicho eso. Mira, si quieres podríamos llamar a la policía y explicárselo, tal vez alguien esté intentando gastarte una broma de mal gusto —Naruto intentó calmarla.

—No serviría de nada, Naruto —Sakura negó convencida—. Sin pruebas ni indicios, me tomarían por una desequilibrada, además, si fuera alguien que quisiera gastarme una broma, no habría ocurrido lo de hace unas horas —Sakura se refirió al hallazgo de la rosa blanca sobre la mesa.

—¿Q... qué ha ocurrido? —respondió inquieto, Naruto.

—Sasuke solía prepararme el desayuno todas las mañanas antes de ir a trabajar, y además, siempre me dejaba una rosa blanca recién cortada de nuestro jardín encima de la mesa de la cocina. Pues bien, esta mañana cuando me he levantado, apenas me he dado cuenta cuando he entrado en la cocina, pero cuando me he dado la vuelta para sentarme a desayunar, he visto que había una rosa blanca encima de la mesa, solo él hacía eso, era algo entre nosotros dos, nadie podía saberlo, pero lo peor es que hace un rato ha estado aquí su hermano para ver cómo me encontraba, y yo, en vez de estar agradecida, lo he culpado a él, le he dicho que había sido él quien había dejado la rosa, pero me ha asegurado que no, entonces, cuando he querido mostrársela, la rosa había desaparecido de encima de la mesa, así que algo muy extraño está pasando aquí y no voy a parar hasta averiguarlo —el rubio suspiró derrotado.

—Sakura... no te enfades, pero... vuelvo a insistir en lo mismo, tal vez te lo ha parecido y ya está. Creo que son cosas normales cuando perdemos a un ser querido, nos parece ver cosas dónde no las hay, necesitamos aferrarnos a algo. Nos parece sentir su olor, nos parece que un objeto personal se ha movido de un sitio a otro, te lo digo por experiencia porque cuando falleció Hinata me pasó lo mismo que a ti, me parecía verla en todas partes, sentía su presencia... no sé muy bien cómo explicarlo, era como si siguiera conmigo, pero eso es algo que crea nuestro propio subconsciente, pero una vez la persona se ha ido, lo hace para siempre, y lo siento, pero no creo en eso de que el alma se queda entre nosotros. Es mi opinión, por eso recurrí a ti, me estaba volviendo loco y caí en una depresión, pero gracias a ti salí de ella, es por eso que no quiero que te ocurra lo mismo  —Sakura lo miró confundida.