Una Loba para el Cachorro

Extra 2

         La manda White Moon está de fiesta, lentamente se van acercando la medianoche y con ello la transformación de los mellizos Truswell se llevará a cabo.

-Kat, ¿podemos hablar? – Ferrán interrumpe la charla que están teniendo Amira con Katia sobre lo emocionada que ambas están por la próxima transformación. Katia mira a Amira quien asiente con una sonrisa diminuta.

-Me voy con Ki – los saluda a ambos y ellos la ven llegar hasta donde se encuentra Kilian hablando con sus amigos, Amira lo abraza por la espalda y la sonrisa de él resplandece.

-¿Pasa algo Fer? – la sonrisa de Katia desaparece al escuchar el suspiro de derrota de él.

-Vayamos a caminar – dice señalando el bosque y ambos comienzan a caminar en un tenso silencio, cuando se alejan los suficiente de miradas curiosas, Ferrán retoma la palabra – Katia en unos pocos minutos te transformarás.

-Lo sé – dice ésta con obviedad, por lo que él vuelve a suspirar, deteniendo su marcha.

-Debemos terminar Kat, lo hemos alargado lo suficiente – Katia se detiene en su lugar y lo mira con sus enormes ojos color miel - Tenemos que terminar –susurra lo último.

-No – Katia niega con su cabeza mientras sus ojos se llenan de lágrimas – No vamos a terminar Ferrán, yo te amo, nos amamos.

-Pero tú hoy puedes encontrar a tu mate Kat, y yo en dos días puedo encontrar a mi mate – dice con dolor en su voz.

-¡Muy pocos encuentran a su mate el día de su transformación! Y si lo encuentro lo rechazo – grita desesperada, con su corazón resquebrajándose.

-No llores, por favor – le pide mientras se acerca para limpiar esas lágrimas que no parecen querer dejar de salir. Ella saca sus manos de un manotazo, limpiándose ella misma – Kat, no vas a rechazar a tu mate, es quien la Diosa Luna eligió para ti. Ya hemos hablado esto, lo hablamos desde que comenzamos con esta relación.

-Cuando lo hablamos no nos sentíamos así – dice con dolor.

-Lo sé – susurra él.

-No me dejes, por favor – le susurra Katia. Ferrán cierra sus ojos, porque verla sufrir es de las peores cosas que le han pasado. Pero sabe que tiene que ser fuerte por los dos. Por eso da un paso hacia Kat y pone sus manos en las mejillas de ella, le limpia las lágrimas con delicadeza, sin dejar de mirarla a los ojos.

-Sé muy feliz con el mate que la Diosa Luna tiene destinado para ti. Siempre vas a estar en mi corazón – deja un beso en la frente de Katia y comienza a alejarse de ella a pasos rápidos, porque sabe que si mira para atrás no va a ser capaz de dejarla. El sollozo que suelta Katia, termina de romperle el corazón en miles de pedazos, pero sabe que eso es exactamente lo que tiene que hacer.

-¡Kat! Acá estás, todos te estamos busca... ¿Qué te sucede? – Keila se apura en llegar a su hermana y abrazarla con fuerzas, dejando que se desahogue en su pecho.

-Me dejo Kei, Ferrán me dejó – dice sin dejar de llorar, Keila suelta un suspiro, doliéndole en el alma el dolor de su hermana, pero sabiendo que lo que el cachorro hizo es lo correcto.

-Kat, sabes que es lo correcto – le susurra, corriéndole un mechón de pelo detrás de su oreja – Puede que hoy encuentres a tu mate, puede que en dos días él lo encuentre, ¿no sería injusto que ustedes siguieran juntos? – Katia sorbe sus mocos e intenta limpiarse las lágrimas, indignada con su hermana que le da la razón a quien le acaba de romper el corazón.