||Capítulo 21.

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Doncaster, Reino Unido.

Ambos chicos se quedaron en un completo shock sin saber cómo reaccionar o qué hacer. ¿Cómo es que la suerte de Louis estaba tan maldita que en el billón de personas que había en el mundo entero había caído en la casa precisamente de Harry Styles?

Vio todo con nuevos ojos y se retiró casi inadvertidamente de Anne, ¿así que ella era la madre de ese engendro, de ese maldito anormal, de aquella persona que le había quitado todo? Louis frunció el ceño al ver a Anne. ¿Cómo es que había llegado a confiar en ella? Se sintió... traicionado, por decir algo.

—Hola Harry, hijo —saludó ella con entusiasmo, levantándose de la mesa rápidamente y yendo hacia su hijo a abrazarlo con un inmenso cariño— Tenemos visitas, cariño. Él es...

—Louis, sí, ya lo conozco mamá —asintió Harry algo confuso aún, acercándose con cautela un poco hacia la mesa del desayuno, dejando su abrigo en el sofá despreocupadamente.

Louis no sabía qué mierda hacer. Se sentía como entre la espada y la pared, se sentía encerrado, acorralado y sin salida. Era gracioso hasta cierto punto el pensar que de verdad era un completo desgraciado y que por eso se encontraba ahí, en un nido de maricones.

Y había pensado que Anne realmente era una buena mujer, ¡No lo era! ¡Había criado a un maricón! De pronto Anne no le agradaba tanto como antes. Aunque era algo muy tonto puesto que Anne tenía una mirada cálida, y lo había tratado bien a pesar de todo, le había hecho un gran favor al hospedarlo en su casa. Lo había atendido y le había dado su ayuda... Pero aún así eso no justificaba el hecho de que había criado a una aberración. A Harry Styles.

—Que bueno que has llegado Harry —anunció ella sentándose de nuevo en la mesa e invitándolo con un gesto amable a que tomara asiento, sonriente aún— Estamos a punto de desayunar y quería que conocieras a Loui-

La acción que tomó Louis interrumpió a Anne de decir cualquier cosa, Louis se levantó inmediatamente de la mesa y se alejó rápidamente de ellos dos.

—Tengo que irme —interrumpió Louis de forma rápida y se levantó de la silla haciendo ruido al arrastrarla con fuerza hacia atrás—, adiós.

La actitud del chico los tomó por sorpresa a los dos, tanto a Anne como a Harry que se miraron confundidos entre ellos sin saber cómo reaccionar a la actitud que había tomado el chico. Louis caminó de manera rápida a la puerta y tras varios intentos la abrió, quería salir de ahí, quería correr lejos. Sentía vergüenza de sí mismo por haber aceptado la ayuda de ella.

—¡Louis, espera! —pidió Anne en voz alta antes de que Louis saliera de la casa.

Louis ni siquiera se detuvo. Prometió internamente que se encargaría de pagar cada cosa que Anne hubiera gastado en él y que se los devolvería pronto para no sentir que le debía algo y así poder estar bien consigo mismo y con su poca dignidad. ¿¡Cómo se había atrevido si quiera a aceptar la ayuda de un Styles!? ¡¿Cómo?!

A Harry no le sorprendió mucho la actitud que había tomado Louis, realmente lo comprendía, no del todo pero lo hacía. Desconocía los motivos por los cuales Louis había estado con Anne hace unos momentos, pero algo le decía que el chico no estaba enterado de la situación completa, que Harry vivía en esa casa. Harry pudo haberlo detenido, pero no lo hizo, se quedó expectante a sus acciones. 

—No se moleste, estaré bien—dijo Louis a Anne en voz lo suficientemente alta para que ella lo escuchara—.  No me busque, le pagaré todo lo que le debo mañana por la mañana. No voy a deberle nada.

Cerró la puerta de la casa. Anne y Harry la observaron por un largo rato, cuestionándose internamente qué había pasado. Anne volteó a ver a Harry algo confundida, sin embargo había prestado atención a la primera vez que él y Louis se vieron y daba a relucir que ellos dos ya se habían tratado antes.

Detrás del arcoíris ||L.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora