||Capítulo 37.

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Doncaster, Reino Unido.

Louis no volvió esa noche a casa.

Anne recibió una llamada de Louis donde le explicaba que se quedaría en su propia casa, debido a que Eleanor quería estar con él un par de días y quería pasar tiempo con su novia para una posible reconciliación. 

Cuando Harry llegó a casa, confuso al haber salido y no haberlo encontrado, Anne le explicó la situación y aunque eso disminuyó sus nervios al no encontrarlo, sintió una opresión en el pecho cuando se dio cuenta de que estaba al lado de Eleanor. 

Lo dejó pasar, desechó poco a poco el feo sentimiento que pensar en ellos dos juntos le provocaba y decidió dormir. 

Sin embargo, antes de dormirse, discretamente pasó su habitación para dirigirse a la de Louis y vio un par de camisas que estaban dobladas en la esquina de su cama. Tomó una con cuidado y la olió. El aroma de Louis estaba impregnado en ellas y no pudo evitar sentirse triste. 

Pensó en los ojos de Louis, en su sonrisa contagiosa, en sus groserías, en sus cambios de humor, en sus mejillas teñidas de rojo cuando se avergonzaba. 

Suspiró.

¿Estaría con ella en ese momento...?

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Louis se encontraba en su casa, Eleanor se había ofrecido a hacer la cena y se habían dirigido directamente allí. Hace mucho que no pisaba su casa, así que era de esperarse que hubiera algo de polvo en el suelo. 

Regresar allí le causaba una sensación agri-dulce. Era la casa en la que había crecido y ahora estaba completamente sola. No había nadie que le hiciera compañía allí más que Eleanor abajo en la cocina. 

Y Harry... ¿Por qué estaba pensando tanto en Harry? Él había decidido eso, él era el que quería eso. ¿Por qué estaba pensando en él? Lo consideraba un homosexual homofobico, le habían hecho un diagnóstico sin siquiera haberlo hablado con él. Y peor aún, había vivido en la casa de Harry sin ser consciente de sus sentimientos. Nadie había sido sincero con él. 

No iba a volver, se dijo a sí mismo, no lo iba a hacer en lo absoluto. 

—¡Louis! ¿Puedes bajar? La cena está lista —gritó Eleanor desde abajo y él suspiró.

Tenía tantos pensamientos en la cabeza, y ahora con su novia allí, sentía que todo había sido una decisión precipitada. 

Finalmente ambos tomaron asiento en el comedor y Louis ayudó a servir la cena. Cuando estuvo a punto de probar el espagueti que ella había hecho, le hizo un gesto para que se detuviera.  

—Louis, no sé por dónde empezar a hablar.

—¿Tienes algo que decirme?

Ella asintió y se acomodó en la silla. Louis se incorporó para prestarle más atención.

—Siento que todos... todos estos meses nunca fui lo suficientemente atenta contigo, y tampoco fui la mejor novia. Debí haberte apoyado más cuando lo necesitaste. Esta tarde, cuando te encontré, me enfurecí cuando te vi con... con... —hizo un pequeño gesto pero luego sacudió la cabeza— Sobre-reaccioné, no quería hacerte sentir mal con mis comentarios. Debí estar contigo cuando me necesitabas para que no te apoyaras en alguien más que te diera lo que yo no te di. Te debo una disculpa. Por absolutamente todo. Soy tu novia, yo debo apoyarte y complementarte. Lo siento.

—Eleanor-

—No, espera, déjame terminar —prosiguió ella—. Sé que quizá no te di suficiente cuando pude haber dado más, siento que no estuve allí cuando más me necesitabas, cuando más necesitabas de tu novia dándote un abrazo después de un largo día. Sé que lo que has pasado es algo horrible y no quiero recordártelo, pero por favor, permíteme demostrarte que puedes confiar en mí, que yo, al final del día, puedo ser tu hogar

Detrás del arcoíris ||L.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora