||Capítulo 38.

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Doncaster, Reino Unido.

¿Habría algo que doliera más que el amor no correspondido?

Harry apenas comía, hablaba poco, sus sonrisas brillaban por su ausencia, se sentía perdido en días, revisaba su celular cada cinco minutos esperando noticias de Louis en algún momento... y ese momento jamás llegaba. 

Louis se había ido a su casa a pasarla con su novia y con su aparente reconciliación parecía haberlo olvidado por completo. Pero claro, ¿Qué esperaba? ¿Que Louis se quedara con él cuando eran claras las señales de que no estaba interesado?

Lo había sabido, desde un principio, que la posibilidad de una relación entra ambos era vaga, ilusa, tonta. Y ahora se encontraba sufriendo las consecuencias de su ilusión, de su terrible error al siquiera pensar que Louis lo miraría, aunque fuera un segundo. 

Dolía, ese sentimiento al que le había huido le dolía, le quemaba, le rasgaba el alma y sentía que entraba en un pozo profundo, interminable, oscuro, maldito. 

¿Por qué se había enamorado de alguien que no podía tener?

Había sido imposible no hacerlo, desde el momento en el que había visto ese azul en sus ojos sabía que había caído

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—Harry, deberías salir con nosotros hoy, iremos a cenar, invitamos a Ed, por favor ven. 

Nick estaba haciendo todo lo que estaba en sus manos para poder animarlo, pero no podía, incluso sus mejores intentos habían fallado. 'Hey, vayamos al cine, está esa película que te gusta', 'Vamos a casa de Jeff y veamos otro episodio de ‎‎‎‎‎‎Rupaul's Drag Race', 'Escuché que en la Zona Rosa abrieron un nuevo lugar, podríamos ir...'

Era difícil mantener su sonrisa por más de cinco segundos, Harry se veía cansado y desgastado, como si la vida se le hubiera escurrido de las manos, llevaba su cabello largo algo enmarañado y ya era usual verlo con su cabello recogido, cuando antes amaba llevarlo suelto y libre. 

Harry se encontraba ordenando papeles de entrada de dos chicas que habían ingresado por violencia familiar, eran hermanas y Harry les había ofrecido asilo en la fundación mientras comenzaba el proceso legal. Jeff se encontraba en la última sesión del día y posteriormente todos irían a comer a un restaurante chino donde se encontrarían a Ed, que era quien los había invitado. 

Últimamente todos estaban en sus propios asuntos, la reunión consistía en volver a verse y charlar sobre las novedades de todo. Excepto que Harry no quería ir. Llevaba días así, salía del trabajo y se iba directamente a casa, llegaba muy temprano a la oficina para seguir ordenando, visitaba a los huéspedes de la fundación uno por uno, monitoreaba su situación psicológica, charlaba con Jeff sobre todos (especialmente sobre Niall y Fizzy) y volvía a la oficina, para salir y repetir la rutina diariamente. 

—Nick, de verdad, muchas gracias, pero no deseo ir. Estoy seguro de que ustedes pasarán un mejor tiempo sin mí. Si voy, sería como tener a un zombie ahí, estoy algo cansado, no puedo asistir. 

—Harry, todos te queremos ahí, la reunión no es lo mismo sin ti, por favor, ven. Por mí y porque queremos verte bien. 

Harry levantó la vista y vio a su amigo tan esperanzado que suspiró. Realmente no tenía ánimos de nada y no se encontraba en posición de decir que no tampoco, ya había rechazado suficientes salidas y una más le pesaba. Quería a sus amigos, pero no era un buen momento. 

—Nick, la verdad...

—Por favor Harry, prometemos que nos portaremos bien, y que no haremos estupideces, pero te queremos con nosotros.  

Detrás del arcoíris ||L.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora