Love, Blood & Wolfs.

Capítulo 14

-Es mi prometido. -Dice la estúpida interrumpiendo y haciendo que se pierdan todas las esperanzas que me quedaban. -¿Y tu? ¿Quién eres?

-Oh, Khloe, un placer. -Volvió a hablar dándome la mano.

Me quedé en shock totalmente, realmente no podía creer que esto estaba sucediendo. Salgo de una mentira para entrar en otra.

Todos los que se encuentran en la casa están mirándome con pena. Me siento la más estúpida de la tierra en estos momentos, sin duda alguna ellos sabían sobre esto y ninguno pudo haberme dicho "Hey Amy, eres el plato de segunda mesa de Jake mejor hazte a un lado" y creanme que hubiese preferido haber escuchado eso que lo que me acaban de decir.

Las lágrimas querían brotar de mis ojos pero no le iba a dar el gusto a nadie de verme llorando otra vez por un hombre.

-De acuerdo. -Expresé y corrí escaleras arriba. En algún momento las esperanzas quieren volver a tu vida y piensas que las cosas van a mejorar y cambiarán de curso; en mi caso, pensaba que Jake me seguiría y me abrazaría y explicaría las cosas. Me dijera que todo fue un malentendido y que no había escuchado bien... Pero no fue así, Jake ni siquiera subió un escalón para recuperarme.

Tomé algunas de mis cosas escenciales lo más rápido que pude. Las coloqué encima de la cama, con un nudo en la garganta tomé un bolso que se encontraba allí y con melancolía entré todo en desorden.

No podía volver a bajar y verle la cara de satisfacción a la rubia y mucho menos la de Jake. Por lo tanto abrí la ventana y salí por ella. Al caer, obviamente las cosas te salen completamente mal cuando estas apurada y mi tobillo se lastimó al igual que las palmas de mis manos.

Seguí caminando con el dolor en mi tobillo y allí se encontraban Blake y Mimí como siempre jugando.

Entré en el carro de Jake con las llaves que había tomado antes, Blake subió como de costumbre y al encender el motor todos salieron de la casa, viéndome partir sin un rumbo fijo a quien sabe dónde.

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Después de un rato en la carretera pensando en donde ir. Decidí detenerme a comer algo. Encendí mi celular y encontré millones de llamadas perdidas y mensajes de la manada. Busqué en el navegador alguna cafetería cerca donde aceptaran mascotas, elegí uno y me dirigí hacia allí.

Me estacioné, le puse la correa a Blake y nos dirigimos hacia la cafetería.