Capítulo 23

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Narración Amy.

Delante de mí se encontraban un grupo de Vampiros sentados en una mesa apunto de devorar a un humano quien estaba pidiendo por su vida. No reconocí a nadie excepto al Rey Nesbit y a el mentiroso de Jeff.

-Realmente se me quitó el apetito al verte querida. -volvió a hablar el Rey. -Jeff comete mi parte, yo estaré entretenido en mi habitación con Amy. -Ese asqueroso tipo le miró con perversidad.

Escuché unos gruñidos a mi espalda y cuando me di la vuelta ya había un lobo gris y enorme saltando por encima de mí y los dos guardias tirados en el suelo disecados. Todo pasó en cuestión de segundos, un lobo devorando cabezas y otro color castaño recostado esperando algo.

-¡No dejen ir a Amy! -gritó él Rey desde adentro.

Sin pensarlo me subí al gran lobo que estaba recostado, esperando por mí. Realmente nunca había visto uno de cerca, en las engañosas clases de Jeff sólo los veía en imágenes o encima de una montaña a lo lejos viendo como cazaban. Pero ahora, estoy encima de uno, aferrando mi vida a este precioso animal.

Vamos corriendo en busca de la salida, pasamos las habitaciones y la cocina, ya solo queda el cuarto de servicio y estamos fuera.

Cuando divisamos la puerta dos vampiros guardias nos empujan de lado haciendo que perdamos el control.
Caí al piso tan fuerte que cuando intenté levantarme toda mi cabeza daba vueltas.

Intenté levantarme a pesar del dolor y ayudar con uno de los vampiros pero vi como ambos se quedaron mirándome, tenía sangre cayendo de mi cabeza, sus ojos cambiaron de color y se abalanzaron contra mí.

Uno de ellos tenía su mano agarrando mi cabeza hacia un lado mientras sacaba sus colmillos para morderme.

¿Cómo si soy Vampira puedo estar derramando sangre?

Hay muchas cosas confundidas en mi cabeza, mi corazón, si es que tenía alguno, se sentía helado y vacío. Sentí como toda mi vida pasaba por mi cabeza con imágenes no perfectas pero mucho mejores que las últimas. Todo en cuestión de segundos.

Otro lobo de pelaje marrón se tiró encima del vampiro que me estaba a punto de matar. Mis lágrimas no paraban de salir. Tenía un enorme nudo en la garganta y no sabía ni siquiera por qué lo estaba haciendo.

Cuando terminaron de matar a los dos guardias, me ayudaron a parar y subirme de nuevo al lobo y por fin salimos de la horrorosa casa.

El dolor de mi cabeza aun seguía, pero nada se comparaba con sentir el aire en mi cara y la libertad que sentía en ese momento. Nada se igualaba al sentimiento de sentir mi cabello volando junto a la fresca brisa de la noche y él olor de las plantas mojadas después de una larga tormenta.

Las nubes dejaron ver a la luna llena que hoy había en un cielo iluminado de estrellas, alzé mi rostro para verla y sentí esa necesidad de gritar a todo pulmón.
Me daba un poco de vergüenza hacerlo, pues estaba con licántropos que quizás no conozco a pesar de que los siento como una lejana familia.

Mi pecho subía y bajaba por la exaltación, y mi corazón no dejaba de latir con fuerza; ya estaba segura de que sí tenía uno. A mi alrededor había tanto silencio que lo único que se escuchaba además de mis latidos, eran los respiros y las pisadas de los lobos con los que estaba. La sensación de vacío aún no se había ido, pero aun así la otra mitad de mi corazón se llenó de adrenalina, felicidad y sin saberlo, me di cuenta que tenía una sonrisa en mi rostro.

Grité, grité con todos mis pulmones, sentí la necesidad de hacerlo y no parar nunca, grité como si mi vida dependiera de ello, grité a los cuatro vientos que no sabía que pasaba pero me sentía bien, que era FELIZ. Y como si de una sinfonía se tratara, los 3 lobos aullaron, acompañando mi grito de rebeldía.

***

Después de correr por un tiempo, llegamos a una cabaña realmente conocida por mí.

Uno de los lobos de atrás aulló y de la casa salieron 2 personas adultas y una chica.

Me dejaron en el suelo y me quedé mirando la cabaña.

-Cabaña Warburtom.

-¿Qué? - dijo el hombre, al parecer hablé en voz alta.

-Derek, Akelah...¡Trice! -Dije emocionada al verlos. Los recordaba, todo llegó a mi mente como si de un encendedor de luz se tratara.

-Amy, te extrañamos mucho. -Expresó Akelah.

-¡Creí que no te volvería a ver más, tuvimos que adelantar el viaje, no queríamos irnos sin intentar rescatarte! -Trice me abrazó con todas sus fuerzas.

-Espera.... tienes una herida muy grave, la puedo oler, ¿Estás bien? -Me preguntó Derek.

-Me caí y me di en la cabeza. Realmente me duele mucho.

-Esta bien, deja verla.
Amor prepara el mueble y lleva el botiquín. -dijo dirigiéndose a Akelah.

Los licántropos que antes venían conmigo se transformaron.

-¡Steve! ¡Jessica, Jess! Oh, cuánto me hacían falta. -Corrí hacia ellos y los abrazé.

-Sabes, pesas mucho, ¿cómo escondes esas libritas, gordita? - me dijo Jess.

Reí de verdad, tenía mucho tiempo que no lo hacía.

-Si quieres te doy mis trucos ¡EH, ¿Qué dices?

Reímos todos y entramos en la casa, donde empezaron a curar la herida y luego a cenar.

-¿Y los demás? - preguntó Akelah.

-Se complicaron las cosas, tuvimos que modificar los planes de repente.

En la cara de Akelah y su esposo se veía la preocupación aunque no lo querían decir.

-¿Qué paso? - inquirió Derek.

-Bueno, todo se hizo según lo planeado, pero Amy no estaba donde se suponía que tenía que estar, así que Jake y Alice siguieron buscando hasta escuchar que estaban hiriendo a Sam, Max y Jacob. Habían más guardias de lo que pensábamos, así que entré primero para buscar a Amy pero la encontré apunto de ser acorralada por vampiros, sin pensarlo me aventé hacia ellos y luego no supe como Amy llegó a la entrada. -Dijo Steve mirando a Jess.

-Bueno. -Contestó Jess. -Como supe que papá no podía hacer las dos cosas, entré unos segundos después de él. Encontré a Amy en shock y un vampiro iba a atraparla así que la dejé subir a mi lomo y así podíamos salir más rápido, pero no contábamos con que dos idiotas nos encontraran. -Jess rió por lo bajo mirando hacia a mí y yo le devolví la sonrisa. -Estaba luchando con uno de ellos hasta que mamá llegó y acabó de inmediato con el otro y salimos. Por cierto, buen grito ese Am. -Dijo refiriéndose a mí.

-Me sentía totalmente libre en esos momentos, no sé por qué pero fue algo que me gustó mucho.

Todos me escuchaban con grandes sonrisas en sus rostros.

-Y no sabes lo que te espera...-Akelah habló dejándome un poco confundida aunque no pregunté.

-Bueno, ya es tarde. Vamos a dormir y mañana iremos a ver lo que ocurrió.

Me dieron una habitación para que tomara un baño y pudiese descansar.

Las palabras que dijo Steve en la cena me dejaron helada y pálida. Me había olvidado por completo de los demás. Me sentía egoísta, por no pensar en los demás cuando se arriesgaron por mí.

En especial por Jake, ¿Cómo estaba? ¿Acaso aún seguía vivo?

Tenía muchas preguntas que necesitaban ser respondidas, pero eso iba a ser mañana, hoy había tenido un día ajetreado y necesitaba descansar.

Love, Blood & Wolfs.Where stories live. Discover now