La Verdad sale a la Luz

11.8K 606 53
                                    

A la mañana siguiente todos se despertaron, medio dormidos en los sofás del salón.

Thor, Sif y los Tres Guerreros volvieron a Asgard tras despedirse de los demás; Fury, María y Sharon regresaron a S.H.I.E.L.D.

Selvig, Jane y Darcy se marcharon después de desayunar, mientras que los Nuevos Vengadores y Happy decidieron tomarse un descanso y fueron a pasear por Central Park.

Entre tanto, Tony, Bruce y sus novias se quedaron en el laboratorio.

Natasha era la única que todavía seguía en la cama, más por temor de encontrarse con Steve que por estar cansada. La conversación con Betty todavía le rondaba por la cabeza.

-¿De verdad me he enamorado de Steve?

Aún le costaba creérselo, pero no había otra explicación para su cambio de humor tras el comienzo del entrenamiento de Wanda, Sam, Visión y Rhodey. Pero a pesar de sus sentimientos hacia el soldado, todavía no estaba segura del todo

-Me dijo que no tenía a nadie especial, y aunque me guste, no soy para él. Se merece a alguien que no tenga un pasado oscuro como el mío.

Finalmente, la espía decidió levantarse e ir a la casa de Clint. Si alguien podía ayudarla, ese era su mejor amigo.










Mientras tanto, en la sala de entrenamiento...

Steve se había levantado temprano para ir a entrenar.

Llevaba bastante tiempo golpeando el saco de boxeo, pero la verdade pelea estaba en su cabeza.

No comprendía por qué Nat se fue de repente. Solo sabía que había huído de él, como las cientos de veces que trató de hablar con ella durante el entrenamiento.

Sin previo aviso, miles de imágenes pasaron por su mente. Todas y cada una de ellas pertenecientes a sus momentos con la espía: la primera vez que se vieron, cuando lucharon juntos contra los chitauris, HYDRA, Ultron... hasta que llegó al momento en el que se besaron en el centro comercial.

Éste último recuerdo provocó que, en un abrir y cerrar de ojos, el saco saliera volando por los aires, hasta chocar con la pared.

Antes de que pudiera recoger el siguiente, escuchó que alguien aplaudiendo en la puerta de la sala.

-Y con ese, damas y caballeros, ya van cuatro sacos destrozados en una sola hora. Felicidades Cap, has batido el récord.

El soldado no necesitaba girarse para saber quien era.

-¿No deberías estar en el laboratorio con tus juguetes, Stark?

Por su tono estaba claro que no estaba de humor para hablar, y mucho menos con el multimillonario.

-Me he tomado un descanso para ver cómo estabas, y mira lo que me encuentro... -respondió señalando los sacos rotos.

-Pues como ves estoy entrenando, y me gustaría continuar sin público.

-Ahh, pero estoy seguro de que no dirías lo mismo si estuviera aquí la arañita -le dijo en tono burlón.

Rogers se quedó rígido ante su mención.

No quería seguir pensando en ella, pero no era capaz de olvidarse de esos enigmáticos ojos verdes y ese reluciente pelo rojo. Trató de conservar su actitud seria y evitar sonrojarse.

-Tasha se marchó de la fiesta anoche, y momentos después apareciste tú, saliendo del mismo sitio donde estuvo -continuó acercándose a él, esta vez con una sonrisa en la cara.

El rubio comenzó a impacientarse.

-Sea lo que sea lo que creas que pasó, no es asunto tuyo, ¿vale? Sólo fui a preguntarle por qué se había ido de la cena y segundos después se fue, creo que a su cuarto. Supongo que estaría cansada -se defendió mientras se quitaba las vendas de las manos.

-¡Por Dios, está más que claro que necesitas mi ayuda desesperadamente!

Steve le miró confundido.

-¿Tu ayuda en qué?

-¿¡En qué va a ser!? ¡En enamorar a Romanoff, por supuesto! -exclamó riéndose.

Ahora sí que el soldado tenía que impedir que Tony viera el rubor que se le estaba subiendo por las mejillas.

-No... No sé de lo que me estás hablando -murmuró bajando la mirada.

-Oh vamos, todos saben que te mueres por confesarle tus sentimientos a nuestra querida espía. Y estoy seguro al cien por cien que ella siente lo mismo -trató de convencerle.

-Tony, te digo que yo no...

-Demasiado tarde Capipaleta, te has delatado a ti mismo.

-¿Cómo que me he delatado? -preguntó frunciendo el ceño.

-Desde que nos reunimos, todos hemos visto cómo actúas cuando hablamos de Nat o estás cerca de ella: te sonrojas al instante, te tiembla todo el cuerpo, sudas como si hubieses corrido por un desierto... Incluso cuando te habla parece que en cualquier momento se te vaya a salir el corazón -se rió.

Por primera vez, desde que lo conocía, Stark llevaba toda la razón del mundo.

Era imposible llevarle la contraria, ya que todo lo que había dicho era cierto. Se acercó un poco a él y echó un pequeño vistazo a la puerta, con la esperanza de que nadie los escuchara.

-Te juro que como le cuentes a alguien esto...

-Nada saldrá de mi boca, te lo juro como que me llamo Anthony Edward Stark -levantó la mano en señal de juramento.

-Vale... Sí, tienes toda la razón -le susurró- Estoy enamorado de Natasha.

-¡¡¡LO SABÍA!!! -gritó emocionado, pero el supersoldado le tapó la boca antes de que siguiera gritando.

-Calla, por favor Tony, alguien nos puede oír -le susurró asustado de que el grito de Stark se escuchara por toda la Torre- Nadie más debe saberlo.

-¿¡Cómo que nadie... qué estás diciendo!? ¿¡Y qué pasa con la arañita!? ¡Tiene que saberlo! -murmuró poniendo cara de molestia.

-Lo sé, y se lo diré. Pero por ahora quiero dejarla en paz. Ni siquiera sé si siente lo mismo por mí.

-¿Cómo puedes pensar eso? Cualquier mujer en el planeta mataría con tenerte como pareja, y es obvio que Nat sería la ganadora.

-Bueno, en eso estoy de acuerdo contigo, pero si está alejándose de mí es por algo, y antes de nada quiero saber por qué.

Tony soltó un suspiro de derrota.

-Vale, tómate el tiempo que necesites. Pero en cuanto sepas algo, dímelo y yo os prepararé la mejor cita de la historia -comenzó a pasear por la sala con los ojos mirando a la nada- Imagínate: el Capitán América y la Viuda Negra, dos superhéroes enamorados, juntos en una mesa elegante y rodeados de velas, observando el cielo estrellado y la luna en lo alto...

-Tampoco te pases -se rió de la actitud de su amigo- Me cuesta creer de verdad que te hayas vuelto tan romántico.

-Ahh, ¿qué puedo decir? Pepper ha hecho de mí un hombre feliz y honesto. Por cierto, ya que estamos hablando de romanticismo, le tengo una sorpresa guardada para nuestra próxima "cena familiar".

-¿En serio? ¿Cuál?

-Voy a pedirle matrimonio -le dijo sonriendo de oreja a oreja. Steve no pudo contener su sorpresa y su alegría.

-Eso es fantástico Tony, felicidades. Estoy seguro que la harás muy feliz.

-Gracias, amigo. Bueno, ¿que te parece si nos vamos y preparamos la comida como hermanos que somos ahora?

-Me parece bien.

-Pero antes de nada, ve a cambiarte. Apestas a sudor -dijo tapándose la nariz.

-Trato hecho -se rió.

Y ambos Vengadores salieron del gimnasio.












Los Mellizos Rogers (INACABADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora