La Disculpa

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Después de casi media hora de explicaciones, los Vengadores, Fury y Hill se dirigieron al Quinjet con rumbo a la nueva base secreta de HYDRA, cerca de la Base Antártica Esperanza.

Todavía estaban en shock tras escuchar lo de la chica a la que tenían que salvar.

Su nombre era Grace Bellerose, una joven de 24 años que desapareció misteriosamente de su casa en París hacía un año.

Tras la batalla contra Ultron, S.H.I.E.L.D trató de averiguar más información sobre los hermanos Maximoff y sus poderes, para tratar de encontrar a otros como ellos.

Descubrieron que eran mutantes: humanos con habilidades sobrehumanas otorgadas a partir de un rasgo genético llamado Gen-X.

Fury les comentó que había conocido personalmente a uno de ellos varios años después de convertirse en director de la organización.

El mutante que conoció era Charles Xavier, también conocido como Profesor X, director de la Escuela Xavier para Jóvenes Talentos y líder de un grupo de mutantes superhéroes como los Vengadores: los X-Men.

Durante el viaje, llamó a Xavier para preguntar por la chica y este afirmó que Grace había sido alumna suya hasta que cumplió los 20 y volvió a Francia. Ella se autonombró Psíquica por su poder de invocar y comunicarse con los fantasmas, así como visualizarlos y escucharlos.

Wanda estaba emocionada. No sólo iba a conocer a una chica que era igual de diferente que ella, sino que podría volver a ver a Pietro, y esta vez nada podría volver a separarlos.

Los demás héroes también estaban alegres al saber que podrían volver a ver a sus seres queridos, sus familias, sus amigos...









En el Quinjet

Natasha estaba sentada en una de las sillas mirando hacia la nada, hasta que sus ojos se centraron en cierto soldado que hablaba a solas con Tony.

Ahora que no podía esconder sus sentimientos, se sentía incómoda al estar tan cerca y a la vez tan lejos de él. Pero recordó que antes de hablarle, debía hablar con Bruce. Observó a todos lados tratando de buscar al doctor hasta que le encontró aislado del resto del grupo y hablando por teléfono con una sonrisa.

-Debe estar hablando con Betty -pensó la pelirroja sonriendo. No era de extrañar que Banner se había enamorado de ella. Era una mujer dulce, valiente, comprensiva y sabia. Recordó su conversación en la fiesta y no podía estar más agradecida- En cuanto terminemos esta misión, debo ir a darle las gracias.

Cuando colgó, la espía se acercó. Bruce sintió su presencia y le dió una suave sonrisa.

-¿Hablando con tu novia? -le preguntó ella con tono burlón.

-Sí, le he explicado adónde vamos y que volveremos pronto -contestó guardando el móvil en un bolsillo y ella asentía en respuesta- También me ha contado lo de vuestra charla.

Tasha puso los ojos en blanco. ¿Ya lo sabía? Entonces, ¿qué se suponía que tenía que decir?: ¿"Siento haberte utilizado para alejarme de Steve"? ¿"No era mi intención hacerte daño"?

¿Cómo demonios podría arreglar las cosas con Banner si ni siquiera sabía qué decir?

-Bruce, yo...

-Sé lo que vas a decir -dijo con la voz calmada que tanto le caracterizaba y le diferenciaba de su "otro yo"- No te preocupes. Sé por qué lo hiciste. Y te perdono.

Ella le miró sorprendida. ¿La perdonaba así sin más? ¿Sin una pizca de enfado o molestia? ¿Sin rencores ni remordimientos?

-¿Me perdonas? Pero si te... utilicé y te hice creer que te gustaba, y...

-Nat, por favor, no sigas -levantó una mano para detenerla y se sentó en una de las sillas de la nave- Te perdono porque te entiendo. Steve es un buen hombre y es comprensible que pensaras que él estaría en peligro por ti.

Se sentó en frente de él mientras le escuchaba atentamente.

-Yo también tuve que abandonar a Betty para protegerla de mí mismo y de los problemas que le traería al estar conmigo. Pero está claro que el destino no estaba de acuerdo con eso y años después hizo que la volviera a encontrar. Me asusté cuando volví a verla. Intenté marcharme de nuevo pero ella me persiguió por todas partes hasta que no pude más... y permití que mis sentimientos y recuerdos con ella regresaran -esto último lo dijo con una pequeña carcajada que Natasha devolvió.

-No cabe duda de que estáis hechos el uno para el otro -respondió todavía riendo.

-Adonde quiero llegar con todo esto es... que hice lo mismo que tú: me alejé de la persona que más me importaba para mantenerla a salvo. Y sinceramente, no le deseo a nadie pasar por lo mismo por lo que pasé yo. Al principio creí que hacía lo correcto, pero tras volver a encontrarla y verla llorar diciéndome que me echaba de menos... -dió un largo suspiro- Supe que cometí el mayor error de mi vida. Porque no sólo le hice daño a ella, sino también a mí mismo.

La pelirroja lo pensó durante un breve momento.

Bruce tenía razón. Cuando supo que lo que sentía por el soldado era amor, hizo todo lo posible por alejarlo de ella. Pero cuanto más se distanciaba del soldado, más dolor sentía al pensar que no había futuro ni esperanza para los dos.

-Recuerda esto Nat: la lejanía no te hará olvidar lo que más quieres, sino que te hará extrañarlo hasta el punto en que nunca puedas ser feliz.

Esa era una elección digna de aprender para toda la vida. Por esto, la rusa ahora estaba más que decidida a confesarle sus sentimientos al capitán.

-Bien estúpidos miedos y oscuros recuerdos, intentad alejarme de él ahora -pensó orgullosa de sí misma.

-Muchas gracias Bruce, de verdad -se levantaron al unísono y se dieron un abrazo amistoso- No sé cómo agradecéroslo.

-Sí que puedes -dijo soltando una risita que la dejó confusa- No mates a Tony por llamaros a ti y a Steve "Romanogers".

Ambos se echaron a reír y regresaron con el resto de su familia. Nat le echó una mirada sonriente a Rogers, quien la miró durante unos sengundos para luego bajar la cabeza avergonzado. Eso era lo que más le entretenía y le gustaba ver: observar al Capitán América, un héroe legendario, actuando como un adolescente tímido con las chicas.

-Supongo que esa es la señal llevo esperando casi 4 años. Espero que sea cierto que siente lo mismo por mí -suspiró para sí misma.









Mientras tanto, cerca de la Base Antártica Esperanza

-Estas son las coordenadas que nos ha enviado Piper -dijo el chico misterioso dirigiendo su miraba a su brazalete. Luego, observó su reloj- Cinco minutos. No tardarán en llegar.

Él y su hermana pequeña se ocultaban en una duna cerca de la base secreta de HYDRA, observando a varios agentes con armas en mano y vigilando a todos lados. Parecía que sabían que los Vengadores vendrían pronto.

-Espero que no los tomen por sorpresa -susurró la chica con tono preocupante.

-Tranquila, si eso ocurre, seremos nosotros los que les demos una sorpresa -contestó sonriendo.

-Jejeje sí, no puedo esperar a verles la cara cuando nos vean- imitando la risa de su hermano- ¿Crees que nos reconocerán? Somos prácticamente nuestros padres de jóvenes, excepto que yo tengo los ojos azules.

-Depende... Antes tendremos que convencerles de que los viajes en el tiempo existen en el futuro.

-¿Y si preguntan cómo hemos podido viajar al pasado? -preguntó ella.

Su hermano soltó un suspiro, tratando de buscar una respuesta.

-En ese caso tendremos que explicarles que la futura heredera de la fortuna y la tecnología Stark es nuestra prima y nos ha enviado por una máquina del tiempo para asegurar el nacimiento de los futuros Rogers Romanoff -contestó sarcásticamente.

-No sé a quién le va a dar un ataque primero: a nuestros padres o al tío Tony -dijo soltando una carcajada.

-Seguramente al tío Tony -ambos asintieron al mismo tiempo.












Los Mellizos Rogers (INACABADA)Where stories live. Discover now