Prólogo

959 65 2
                                    

Mi refugio siempre fue la música, era el fuerte más potente que tenía, y siempre curaba mis heridas emocionales. Sin embargo, siempre la oscuridad se acercaba y amenazaba mi felicidad y... Salud mental, por decirse así.
Mi padre jamás estuvo presente en casa durante mi infancia, crecí sin él, y las raras veces que estaba en casa, bebía y le pegaba a mi hermano, mi hermano recibía los golpes de nuestro ebrio padre por defenderme. Mi madre, jamás estaba en esos actos. Mi madre siempre, o casi siempre, se preocupaba de nosotros. Pero yo siempre fui tratada mal, como si todos los errores del mundo fueran culpa mía. Particularmente a ella le agarré un inmenso odio a través de mis catorce años. Siempre tuve altos y bajos, pero uno me dejó afectada para siempre. Mi mejor amiga murió a los once años, fue el golpe más bajo que recibí en mi vida. Hasta que un día, común y corriente, cambio mi vida y la dio vuelta.

Me llamo Patricia, o eso es lo que pienso, a los trece comencé a dudar de quien era, y si de verdad tenía trece, y las personas a las que llamaba mamá y papá, eran realmente ellos. Mi cabeza fue un caldo de ideas y eslabones sin resolver, desde los diez años, que comencé a dudar, literalmente de mi existencia, y hasta hoy, no puedo encontrar los eslabones que me faltan, y muchas ideas siguen flotando en el infinito de mi mente. Las únicas cosas que me ayudan son la música, el "dibujo" y los libros, pero ahora mi búsqueda y felicidad, más bien, salud mental, se comienza a ver afectada, y ya no se que hacer, sólo busco una solución para todo.

Mi padre es Paul McCartney.Where stories live. Discover now