27.-: James

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—Qué le pasará a James? — pregunté desconcertada

—Lo más probable es que le den otra suspensión, siempre hace lo mismo...— dijo ella —Tú fuiste con él, cómo te salvaste? — me susurró al oído

—Después te cuento, no quiero verme sospechosa...— le dije

Llegamos al auto y nos subimos, Paul estaba en el asiento del frente y cuando llegamos nos saludó y nos pidió que lo esperásemos, tenía que hacer algo en el colegio, nosotras sólo asentimos y esperamos, miraba mi teléfono, sinceramente, me preocupaba el hecho de que James estuviera ahí, debería acompañarlo, sinceramente, yo estaba con él y escapé. Bueno, no sería la primera vez que me meto en problemas.

—Estás segura que James estará bien?

—Es probable, por qué tanta preocupación por él, eh? — me dijo ella

—Oh... Eh no nada... — dije desviando la mirada

—Ah, no me engañas, te gusta, no? — dijo mirándome

Me sonrojé como un tomate y bajé un poco la mirada, Beatrice reía y yo seguía poniéndome roja y suspiré. Realmente me gustaba James? Sí, me gustaba, muchísimo, pero apenas nos conocíamos por unas semanas! Pero me gustaba demasiado.

—Sí...

—Lo sabía! — gritó ella, pero luego se calló —Mejor hablamos después, no?

Supondré que notó mi cara, que quizás estaba más roja que un tomate, en ese momento quería salir del auto y tirarme a los demás y que quedara echa puré, pero por alguna razón no salí corriendo y me quedé ahí muriendo de vergüenza.

—Sí, yo creo que sí...

Nos quedamos ahí y yo suspiré, decidí ponerme a escuchar música, era una de las pocas cosas que realmente me relajaban, pero ahora no sabía qué ponerme a escuchar. Quería preguntarle a Beatrice si podía darme alguna sugerencia, pero no estaba segura si ella escuchaba la misma música que yo, bueno, debo ser una de las pocas personas que escuchan música de hace cincuenta años atrás, si es que no la única acá, todos tan, moda.

Paul ya iba llegando con una expresión un tanto seria, pero se le borró casi de inmediato al subirse al auto, esperaba que James estuviera bien, sinceramente, no me gustaba que me salvaran el pellejo a mí y tampoco me gustaba aprovecharme de las personas.

—Bien, fuga externa, otra suspensión, todos se preguntan cómo sigue acá, bueno, Trisha, después tenemos que hablar.

El corazón se me bajó y luego me subió hasta que casi pude vomitarlo, y luego, creo, que volvió a su lugar, no lo sé, de estar roja como un tomate debí haber pasado a estar blanca como un papel, más pálida de lo que soy generalmente por la anemia.

—Ella no hizo nada malo! — salió Beatrice 

Paul nos miró a las dos y yo simplemente me eché para atrás suspirando, dejando que todo el aire se escapara si era necesario, a ver si mi asma me ayudaba con un ataque para librarme de ésta. Bien, lo único que sé hacer es meterme en líos, así es como moriré sola con cuarenta gatos.

—Bueno, James me contó lo que realmente pasó, y sé que no es la primera vez que lo haces, jovencita— me dijo él, a chesumadre... —No te culpo, pero si no quieres venir, deberías decirme.

—Lo siento, estaba emocionada, además James se preocupó demasiado y...

—Está bien, te safaste de esa muy bien, sigo sin saber cómo, pero espero no lo hagas de nuevo.

—Sí, no lo haré otra vez.

Dicho esto, el auto se puso en marcha. No sabía a dónde íbamos sinceramente, pero en ese momento sentía tanta vergüenza que decidí ponerme a escuchar música. Saqué mi teléfono y mis audífonos, los cuales Beatrice se quedó mirando.

Mi padre es Paul McCartney.Where stories live. Discover now