Mi padre es Paul McCartney.

12.-: You Like Me Too Much

No recuerdo qué fue exactamente lo que pasó ayer, sé que caí rendida ante el sueño o algo por el estilo, pero amanecí en la cama de mi habitación, y era porque tenía mis posters alrededor.
Miré mi teléfono y era relativamente temprano, las cinco de la mañana recién. Me iba a levantar a las seis, quería dormir un poco más.
Aunque lo más probable es que termine levantándome tarde, siempre me pasa, pero generalmente más seguido cuando digo cinco minutos más, una vez llegué tarde a mi colegio por eso, los cinco minutos traicioneros de la vida...

Me di la vuelta y miré mi closet, me sorprendió que tuviese un closet así de grande y con bastante ropa... Me volví a dar la vuelta, sabía que no iba a poder dormir de nuevo así que me quedaría simplemente acostada en mi cama. Miré esta vez hacia mi poster de Paul, el único que tenía en toda mi pieza. Al menos me hacía feliz, me recordaba a la vez que lo vi en vivo por primera vez, estaba algo lejos... Pero era hermoso, aunque las entradas eran exageradamente caras... Oh Paul, me diste la sorpresa de mi vida si soy sincera, pero fue hermoso, aunque en esos momentos haya querido gritar como la fangirl que soy.

Me levanté de la cama y me miré en el espejo, tenía el pelo hecho un nido de pájaros y mi ropa era un desastre, claro, si dormí con ella toda la noche y bueno mi pelo siempre fue un desastre en las mañanas. Miré la caja y decidí sacar algunas cosas, uno de los jeans que por suerte era negro, las converse altas que también eran negras y una polera de Paul, lo dejé en mi cama y de la otra caja saqué uno de los chalecos, y también lo dejé en mi cama, revisé mi pequeña maleta y saqué una toalla y mis sandalias, aún tenía sueño y no estaba muy consiente de lo que hacía.
Con la toalla y las sandalias en mano, salí y me dirigí a los baños, que por suerte habían unos en mi piso, no quería dejar una mala impresión si soy sincera.

Por suerte no había casi ningún alma por los pasillos, aunque debo retractarme de eso, sentía algo, no sé qué, pero algo, no le di mucha importancia y seguí caminando, lo primero que haría sería meter la cara en agua helada, a ver si ahí reacciono.

Caminé hasta que llegué a los baños, entré en silencio y cerré la puerta. Me quedé un rato ahí sin reaccionar, fijé mi vista en los lavamanos.

—Oh sí, la cara, agua helada

Me acerqué a los lavamanos y abrí la llave de agua fría, hice un pequeño tapón con la mano y llené hasta un punto aceptable con agua, y la cerré. Tomé aire y metí la cabeza en ella, y la saqué rápidamente soltando el aire y volviendo a tomarlo agitadamente.

—Eh sí, ya reaccioné.

Saqué la mano con la que hice el tapón y dejé que agua se fuese. Agarré mi toalla y la colgué cerca de una de las duchas y me saqué la ropa, también la colgué cerca de mi toalla y entre a las duchas.
A la primera que pillé y cerré la puerta, abrí la llave de agua caliente y comencé a ducharme, a decir verdad se sentía bien, y no sé, no quería ponerme ropa nueva así como así.
Dejé que mi pelo se mojase un poco, pero no tanto, no tenía secadora de pelo siquiera, por lo que una simple pasada estaría bien.
Estaba pensando, esto era real, y muy raro si soy sincera, nunca pensé que llegaría a vivir a Londres, es muy, lindo y raro, al menos sé que cuando termine lo que viene a ser cuarto medio en Chile, me iré a estudiar a Liverpool maestría en The Beatles, ya que es lo único que me sale bien, o si no la música, estoy en Londres, tengo alguna oportunidad aunque sea de hacer al menos una banda, no sé, ese es mi sueño desde que descubrí que amo la música y que no podría vivir sin ella.
Cuando terminé de ducharme salí, primero me fije en que no hubiese nadie y agarré mi toalla lo más rápido que pude y después salí corriendo con mis cosas hacia mi dormitorio.

—Eh un momento– me dije cerrando mi puerta —Qué carajos de día es hoy? Ah no importa.

Me cambié ropa y luego me peiné, tenía el pelo un nido de pájaros y se veía horrible, eso es porque ayer apenas tuve tiempo de peinarlo de pasada con las manos.
Una vez ya lista me senté en la cama y me tiré en ella, miré el techo, blanco.