Capitulo 8

6.7K 489 7
                                    

           

-¡¡Asch!! ¿qué haces?
-Oh no eres un ladrón, acosador, violador de ancianas verdad?-
Qué pregunta Samantha eres una tonta es obvio que no.

- No ,y es enserio, violador de ancianas?

- Lo siento Diego de verdad, disculparme te hice daño? Quieres que vallamos al hospital?

- Si estoy bien,entre porque toqué varias veces y no respondías y la puerta estaba abierta,y respondiendo a tu pregunta,no creó que un cepillo para el pelo haga mucho daño que digamos...

Si mi arma mortal era un cepillo para el pelo que les parece?

-De verdad ni te imaginas cuanto lo sien...

Diego no me permitió terminar la palabra, sus labios se apoderaron de los míos como si estos tuvieran el elixir de la vida. Sostuvo mi cintura atrayéndome hacia él, llevé mis manos a su nuca y a cambio el sostuvo una de mis piernas específicamente donde me había lastimado el tobillo y la llevó a su cintura eliminando el poco espacio que separaba nuestros cuerpos, el beso se volvió más apasionado y profundo, sentí algo fuerte y duro en mi entrepierna  provocando que un escalofrío recorriese mi columna vertebral,mientras él presionaba su miembro contra mis ya húmedas bragas.

Unas corrientes eléctricas recorrían mi cuerpo y hacían que mi cuerpo se moviera involuntariamente en busca de más; de besar mis labios paso a mi cuello y posó su mano en mi seno izquierdo y empezó a exprimirlo como si de una naranja se tratarse a lo que yo reaccioné con un grito ahogado.Yo no tenía control de mi misma , no podía pensar o hablar solo sentir, esté hombre me hacía perder el conocimiento y eso me preocupaba, no sabía quién era o de dónde venía sólo sabía que parecía un Dios griego,que es perfecto físicamente y tiene un aire de misterio que me excita de una forma impresionante.

Diego fue bajando poco a poco mi vestido dejando mis senos al descubierto,mis pezones se endurecieron en seguida debido al frío y a que Diego pasó su lengua audazmente por ambos pezones logrando enloquecerme y estremecerme de placer ,jalo suavemente uno de mis pezones con sus dedos mientras me besaba apasionadamente,sin poder evitarlo un gemido salió de mi boca y las corrientes de electricidad que recorrían mi cuerpo se volvieron incontrolables.Nunca hubiese sentido nada parecido, mi clítoris latía y a la vez sentía una sensación desesperante que sólo se satisfacía levemente cada vez que Diego presionaba su miembro contra mis bragas.

Yo a mis 23 años de edad soy
virgen, y no creo que esta sea la forma correcta de perderla con alguien que es un desconocido para mí del cuál sólo se su nombre, pero mi cuerpo era incapaz de obedecerme estaba poseído por las caricias de aquel hombre que me hacía perder el control de mi misma.

FuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora